La chica de cabello castaño no hace más que llorar desconsolada. Yeji le prepara un té y se sienta con ella en el sofá escuchándola desahogarse.
- Vaya suegra la que le tocó a Ryujin.
- ¡Es una vieja bruja! Y Lia, ¡Dios!, tener que dejarla sola con ella para que la manipule a su antojo.
- Picasso ya no es una niña, Yuna, imposible que se siga dejando manipular a estas alturas. Tarde o temprano tendrá que hacerle frente de verdad, tú no puedes estar con ella 24/7.
- Tienes razón –suspira cansada-. Es que me pone muy mal todo esto, más por Ryujin. Todo lo que han tenido que sufrir ese par. Maldito destino que no las deja ser felices.
- Maldito destino, por eso no creo en él.
Yeji ayuda a Yuna a instalarse en el cuarto de huéspedes. Ayuda a cargar sus maletas y a acomodar sus cosas en el clóset.
Está acomodando las últimas prendas en ganchos, cuando siente los labios de Yuna de repente sobre los de ella.
- No te había saludado, perdón –dice coqueta-.
- ¡Cierto!
Yuna la levanta poniéndola sobre el tocador tirando todo lo que la chica se había molestado en ordenar. Su perfume en el suelo queda hecho trizas pero no le importa, sus manos están muy ocupadas en los pechos de su... ¿amante?
Yuna siente su corazón latir fuerte y rápido en sus oídos cuando Yeji la atrae sobre ella en la cama sin soltarse del beso. La rubia ayuda con sus manos al adictivo movimiento de sus caderas que empieza sobre su regazo, mientras tanto acariciando con su lengua la piel expuesta de su cuello.
- ¡Yuna! –llama Ryujin desde la sala interrumpiendo su sesión de besos-. ¡¿Ya llegaste?!
- ¡Dios, ¿por qué siempre nos interrumpen?! –se queja Yeji-.
- Ya tendremos tiempo –le da un beso corto-. Mírale el lado positivo, ahora vivimos bajo el mismo techo –guiña perversa-.
- ¡Yuna!
- ¡Aquí!
Yeji agarra el martillo que hay sobre la cómoda (que no sabe qué hace allí, pero que sirve muy bien para generar una distracción) y trata de calmar sus nervios y su respiración cuando Ryujin entra.
- Me debes un perfume.
- ¡¿Qué?! Pero si fuiste tú la que...
- ¿Por qué huele a perfume de puta este cuarto? –pregunta la pianista-.
- Perfume de puta el tuyo –Yuna le suelta un golpe-. Yeji me lo dejó caer –miente-.
- ¿Qué haces con ese martillo Yeji?
La diseñadora observa la escena incómoda. Mira a Ryujin confundida, luego a Yuna y luego al martillo que olvidó sostiene en sus manos.
- ¡Ay! Pues yo, este... el clóset tenía una tabla mal.
- Okey... ¿A todas estas ya llamaste al plomero?
- El calentador lo puedo arreglar yo, Ryujin.
- Pues hazlo ahora, con Yuna aquí vamos a necesitar ese baño.
- Voy a cambiarme.
Sale corriendo apresurada hacia su cuarto dejándolas solas.
Ryujin se sienta sobre la cama con mirada sospechosa.
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"EN NOMBRE ̶D̶E̶L̶ DE NUESTRO AMOR" // JINLIA // (RYUJIN+LIA ITZY)
RomanceEn nombre del amor ha cambiado su concepto, pero no su objetivo. Ryujin y Lia decidieron tomar este ejemplar y hacer algunos acomodos en los títulos de los capítulos para darles sentido. Esta es la continuación de su historia de amor, espero que la...