Capítulo 41: En el pasado

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NARRA ANA:
En cuánto abrí mis ojos la frustración se apoderó de mí al no poder ver nada. Dos cosas cruzaron por mi mente, estaba ciega o muy oscuro. Las cosas no mejoraron cuando me di cuenta que tenía inmovilizadas mis manos y piernas, las tenía atadas a la silla en la que estaba sentada. Quise moverme un poco para aflojar el amarre, pero mi cuerpo a penas y me obedecía, quizás me había entumido. Las luces se encendieron dejándome encandilada por unos segundos, cuando me acostumbré y miré un poco el lugar, volví a poner mi atención a mis manos y piernas. Me concentré para dejar que mi energía recorriera mis manos y se rompiera lo que sea que me sujetara, no podía ver pues estaban amarradas por detrás del respaldo de la silla. Tres intentos después seguía amarrada, no sentía nada más que desesperación. Comencé a moverme tanto como pude haciendo que me cayera hacia atrás, para mí mala suerte la silla era de un material resistente. Me quejé del dolor en el suelo y el sonido de unos pasos me hizo olvidarlo de inmediato.

La Encargada: - Bueno bueno. Parece que alguien empezó la siesta antes de tiempo.

Ana: - Cierra la boca. - Espeté.

La Encargada: - Te comento que aunque intentes no podrás usar tus poderes, no hasta dentro de un rato. Te desmayaste más tiempo del que esperé.

Ana: - ¿Qué me hiciste?

La Encargada: - Nada malo. Solo me aseguré de que no intentarías lastimarme o escapar. No soy un mounstro querida Ocho. Una pequeña dosis para bajar tu ritmo cardíaco y hacerle creer a tu mente que estás cansada.

Ana: - Despreciable.

La Encargada: - Igual que tú. Pensé que me había deshecho de tí. Te di una segunda oportunidad y la tiraste.

Lila: - Ella dijo que no causaría problemas. - Apareció diciéndole y ambas rieron.

La Encargada: - Cariño, siempre has sido un problema. - Me habló. - Incluso creí que podrías quedarte conmigo, criarte como una hija, así como con Lila. Pero hubiera sido un problema al traer a Cinco después. De no haber sido por tu amistad con Lila y el insignificante cariño que llegué a sentir por tí durante dos meses, te hubiera matado. Lo cual habría sido mucho mejor.

Lila me levantó devolviéndome a mi posición original.

Ana: - Disculpa, pero no creo que sientas cariño.

Se acercó a mí y me cacheteó dos veces, dejándome un ardor considerable en ambas mejillas.

La Encargada: - Una fue por la que le debías a Daniela u Ocho y otra porque tenía tiempo con ganas de hacerlo.

Ana: - ¿Es todo? ¿Ya me puedo ir? - La hice enfadar más y se acercó a mí cara.

La Encargada: - Escúchame imbécil. No te mato porque te necesito viva, pero no significa que debas estar intacta o completa. - Le escupí en la cara.

Se limpió y me sonrió, hizo una seña con sus manos y unos agentes se acercaron golpeándome hasta que grité tan fuerte que mis propios oídos se taparon, fue entonces que pararon.

La Encargada: - Intenta hacer algo de nuevo y esto que sentiste será nada en comparación. - Me quedé callada.

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The Umbrella Academy *TIME 2 *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora