Capítulo 31: No soy yo

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NARRA ANA:
Lo que faltaba! Cinco poniéndose de su lado. Porqué nadie podía darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo, todo lo que pasaba frente a nuestras narices. Algo no estaba bien y no, no tenía pruebas de nada, pero no las necesitaba para darme cuenta que todo era extraño, sospechoso. No quería cambiar de opinión, me aferré y quizás solo sean celos, pero mientras no comprobara nada seguiría pensando lo mismo, Ocho miente; aunque aún no se en qué.
Después de lo que dijo Cinco no pude decir nada más, tenía razón, debí quedarme. Sin embargo, el cuaderno tenía una gran importancia para mí que no entendía del todo, lo descubriría.
Giré mi cabeza al final del callejón solo para pretender esperar a alguien y que no se dieran cuenta de mis ganas de llorar. Estuvimos un minuto en silencio hasta que escuché unos pasos apresurados y a Klaus llegar corriendo, no solo eso, sino que Ben estaba dentro de él, Klaus trataba de sacarlo, ambos peleaban por el control del cuerpo. Lo mismo que en la cena, Ben tomó posesión de Klaus y vaya que era una escena perturbadora ante mis ojos. Klaus vomitó expulsando a Ben y del asco tapé mis ojos, al mismo tiempo que los demás retrocedían unos pasos del reguero de Klaus. Ya que pasó me acerqué a ellos.

Ana: - ¿Qué hacen? - Levanté a Klaus sin tocarlo mucho.

Klaus: - Pregúntale al poseedor compulsivo.

Ben - Fue divertido. - Les sonreí de lado a ambos.

Luther: - No puedo creer que haya llegado Klaus y los demás no.

Klaus: - Soy muy responsable. - Ben le sonrió sarcástico.

Cinco: - Fantástico! Nadie puede siquiera estar en un lugar a tiempo. - Me sentí mal por él, cumplió el trato para nada.

" Ana tenía razón, ella jamás juega limpio". - Pensó y estaba a punto de disculparme cuando pensó en algo más. - " Ocho también tenía razón, era la única oportunidad y debía hacerlo".

De verdad que sentí lástima, después de todo lo había hecho por nosotros, yo sabía muy bien que no quería hacerlo y quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien. Pero la escuchó a ella y no a mí. Se dejó influenciar por ella, le dijo todo a Ocho, pero decidió dejarme sin decirme a dónde iba, la seguía prefiriendo a ella.
Me quedé callada, todos lo estábamos porque ni siquiera había ánimos de decir algo, ya no tenía ganas de ser positiva, es más, no me servía de nada serlo, todo era un asco, yo me sentía un asco. Esperamos a los demás hasta el último segundo pero fue en vano, nadie más llegó.

Luther: - Cinco, el maletín.

Cinco tomó el maletín y lo aventó al aire desapareciendo o tal vez apareciendo en 2019, ví como se abrió el pequeño portal algo decepcionada, hubiera sido increíble volver. Ya si había hecho lo que sea que hizo, era muy tonto el que los demás no aparecieran, algo triste a decir verdad.

Ocho: - Lo siento, Cinco, es una pena por tí. - Tenía que seguir hablando.

Ana: - Es una pena para todos. - Dije remarcando la última palabra.

Ocho: - No, él único que puso en juego todo fue Cinco, él mató a La junta directiva por esto. - Ya comenzaba a ver el carácter del que todos hablaban.

Ana: - Influenciado por quién? - Me referí a ella, ella le dijo que lo hiciera. - Tú lo manipulaste para que asesinara. - Se quedó callada un poco.

Ocho: - Yo le sugerí. No es un niño, es un adulto que puede tomar sus propias decisiones, hizo lo que creyó correcto. - Ahora yo me quedé callada, era cierto. - Deja de insinuar cosas que no son, no sabes nada, deja de querer humillarme.

Ana: - Es que no te creo nada, no puedes llegar así como así y cambiarlo todo.

Ocho: - Tú eres la que llegó así como así. Ni siquiera entiendo qué haces aquí. No perteneces, no eres de la familia, deja de pensar que eres una Hargreeves y de querer quitarme mi lugar.

Ana: - No me creo nadie, mucho menos quiero quitarte "tu lugar". - Le hice comillas con mis dedos. - Estoy aquí porque creyeron que podía hacer la diferencia, porque quería salvar a mi familia. Porque los quiero como una familia a tus hermanos.

Ocho: - segura? O estás aquí porque te parecías a mi? Porque me extrañaban tanto que buscaron a alguien que pudiera hacerlos sentir que estaba yo con ellos. - Tragué saliva, sentí mis ojos humedecer, no iba a llorar.

Ana: - Estoy aquí porque gané su cariño, porque me quieren por quien soy.

Ocho: - ¿Y quién eres? Eh? - Me preguntó porque sabía, ella sabía que me dolería.

Pensé en alguna respuesta, pero en realidad no sabía quién era, ya no lo sabía. No era una Hargreeves, tampoco una Paige, ni siquiera hija de La Encargada; era alguien que simplemente respondía a un nombre, más no a una identidad.

Ana: - No lo sé

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Ana: - No lo sé. - Susurré y el llanto se apoderó de mi.

Tenía tanta vergüenza que me fuí casi corriendo dentro de la casa de Eliot, sus palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza, no podía evitar el sentirme tan tonta porque tenía razón, ¿Qué es lo que yo hacía aquí? Estaba tan fuera de lugar que me sentía incómoda con las personas que había compartido dos apocalipsis. Ya no podía saber si la persona de la que me había enamorado me amaba de verdad o si solo fuí quien lo hacía sentir como si estuviera con ella.
Entré a un cuarto y cerré la puerta con fuerza, me tumbé en la cama aventando el cuaderno contra el piso pensando en lo que debería hacer, ahora estaba sola. Resignarme quizás, así como debí hacerlo la primera vez.

RECUERDO:
X: - Siempre recuerden quiénes son, lo importante que son para el mundo y la gran responsabilidad de portar ese apellido. No me decepcionen.
Fin del recuerdo.

Me quedé confundida ante tal deja vú, no sabía lo que significaba, me estaba volviendo loca.

The Umbrella Academy *TIME 2 *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora