Luna
Estoy aterrada.
El miedo me sube hasta la garganta cuando estaciono mi auto en la parte trasera de la casa de Alex, justo donde Alyssa dijo que lo estacionara.
No vi el auto de Alex en la entrada, por lo que estoy tranquila al saber que no ha llegado, pero la realidad es que me siento eufórica y asustada al mismo tiempo.
— Deberías dejar de sentirte nerviosa. Alex no va a dejar de hablarte. —Las palabras de Amanda intentan tranquilizarme pero la realidad es que me hacen sentir ansiedad.
Alex no ha querido hablarme y yo fui una tonta por dejarme llevar de los sentimientos del momento. Y como Alex siempre ha sido un caballero, me está dando mi espacio.
Pero la realidad es que no lo sé, tal vez ha aceptado eso como su verdad y ha decidido que es mejor estar como estamos.
Así que aunque Amanda me arrastra prácticamente del auto, aún me siento intranquila.
Hay varias personas alrededor de la piscina con cervezas en mano y disfrutando. Ali me da una mirada ceñuda y se acerca a mi.
— Si piensas volver a decirme algo...
Levanta su mano y se acerca a Amanda.
— Le hablé porque necesito que esté aquí pero ahora no le hablaré. —Amanda se ríe. Parpadeo confundida.
— ¿Es en serio?
— Te lo mereces —advierte Amanda y abraza a Ali.
Amanda da un traspié y entonces todo pasa en cámara lenta.
Henry Duncan que caminaba a saludarnos empapa a Amanda con su lata de cerveza al chocar con ella.
No se disculpa.
— ¡Eres un imbécil! —Grita Amanda quitándose los restos de cerveza de la cara. — ¿No te fijas por donde vas?
Amanda que usualmente es divertida, también tiene un temperamento de mil demonios cuando se meten con ella.
Henry se ríe.
Lo miro como si estuviera loco.
Amanda va a matarlo.
— No fui yo quien choqué contigo. No es mi culpa que tengas dos pies izquierdos. De todas maneras, ¿quién diablos eres tú?
Amanda lo fulmina con la mirada y luego se queda muy quieta.
Sé lo que ha visto.
Henry es demasiado guapo para su propio bien.
Sin embargo, Amanda es muy testaruda y orgullosa. Se acerca a la mesa de comestibles y toma un pudín y se lo coloca en la cabeza a Henry como si fuera un adorno.
Ali reprime una carcajada. Un grupo de jóvenes nos rodea y están alternándose entre murmuraciones y carcajadas. Yo observo la escena pasmada.
Duncan se queda quieto y luego toma a Amanda de la muñeca y la arrastra hasta la piscina. Oh, no.
Aguanto mi respiración al mismo tiempo que se zambulle con ella en la piscina. Amanda empieza a patalear y Duncan la agarra como si quisiera protegerla.
No sé lo que le dice, pero Amanda se queda muy quieta y luego le suelta una bofetada. Nada hasta la salida de la piscina.
Estoy viendo la escena como si fuera una película.
Amanda me mira muy molesta, como si yo fuera la culpable de todo lo que ha pasado.
Su ropa gotea. Ali sonríe.
— Has puesto a Duncan en su sitio. Muy bien, Amanda. —Le palmea la espalda pero Ali la fulmina con la mirada.
— Me dijiste que habían chicos guapos aquí, pero no me dijiste que también habían cerebros de chorlito.
Me fijo en Duncan que mira fijamente a Amanda desde la piscina. Bueno, eso no salió enteramente bien.
El mejor amigo de Alex odia a mi mejor amiga y viceversa. Da igual, Alex y yo ya somos amigos, así que no tienen que pasar tanto tiempo juntos.
— ¿Que fue lo que te dijo en la piscina? —Inquiero.
Amanda se sonroja por primera vez desde que la conozco. Y eso es toda la vida.
Niega con la cabeza.
— No dijo nada.
— Amanda...
Da una mirada hacia la piscina y sus ojos se encuentran con los de Duncan, voltea rápidamente.
— Es un imbécil.
— Es súper agradable, Amanda.
Ella me mira de manera irónica y luego señala su ropa, Ali se ríe a mi lado.
— Ve el lado bueno, Amanda. Ya no tienes que colocarte el traje de baño. —Ali observa.
No tenemos tiempo para nada más porque alguien grita que Alex ha llegado.
Mi corazón empieza a tambalear en el pecho. Una persona apaga la música, otra persona se acerca al pastel y se coloca para encender las velas.
El regalo de Alex está en mis manos. Lo agarro con fuerza y contengo la respiración diez segundos.
Aunque no quiera verme, estaré aquí.
Pero cuando Alex entra, su cara es una mueca seria. Mira alrededor a todos los invitados y saluda a los que están cantando cumpleaños y cuando sus ojos encuentran los míos, pienso que debo voltear y salir corriendo, pero la realidad es que no.
Alexander me sonríe con ternura y con sorpresa, así que hago lo que nunca he pensado hacer delante de toda esta gente.
Suelto el regalo en el suelo y corro a los brazos de Alexander y me trepo sobre su cuerpo. Me recibe con sorpresa y vacilación en un principio y luego sus brazos me arropan. Una carcajada se escucha en mi oído.
— Bueno, este es el mejor cumpleaños del mundo. —Sus palabras reflejan ternura y me relajan.
Me aprieta con todas sus fuerzas.
— Te he extrañado, Sol.
Es la primera vez que no quiero discutirle por mi apodo.
Es la primera vez que quiero desaparecer todo a mi alrededor.
No estoy pensando en encontrar una pareja perfecta. No estoy pensando en absolutamente nada.
Estoy segura de que estoy en mi hogar. Y mi hogar, definitivamente son los brazos de Alexander.
La afirmación me asusta.
La canción de cumpleaños termina.
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La pareja perfecta
ChickLitLuna Hill es una escritora frustrada que tiene seis meses buscando la inspiración sin encontrarla. Su publicista le da un último aviso de que debe entregar un nuevo libro en tres meses o deberá terminar el contrato. La famosa promesa de la Fórmula...