26. Fechas

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Luna

La fiesta decae justo después de que cortan el pastel.

Trent y Licelot se despiden porque deben ir al hotel donde se quedarán. Han viajado desde Nueva York solo para estar acompañando a Alexander en su cumpleaños. Vincent y Eduardo se despiden luego, y poco a poco los demás invitados van recogiendo hasta que sólo hemos quedado Amanda, Henry, Alyssa, Alex y yo.

Miro el reloj y empiezo a cantar el cumpleaños feliz cuando dan justo las doce.

— Hoy sí es tu cumpleaños. —Chillo emocionada en la mesa redonda.

— Ya desdibujé la línea entre ayer y hoy. Recibí dos sorpresas y acabé por creerme que cumplía años ayer y no hoy.

Ruedo los ojos.

— Eso es imposible Alex, uno no se le olvida de los cumpleaños.

— Se olvida de todos los cumpleaños menos del tuyo —interviene Duncan—. Hagamos una apuesta. ¿Cuándo es mi cumpleaños Alex?

Alexander vacila y entrecierra los ojos mirando a Duncan.

— Fue a inicios del año.

— Frío.

— ¿Febrero? ¿Marzo? —Duncan mueve la cabeza de un lado al otro.

— Fue el veinte de julio. Exactamente hace dos meses, energúmeno.

— Que palabra más sofisticada viniendo de la boca de un gorila. —Murmura Amanda y Duncan la fulmina con la mirada.

Decido ignorarlos.

— Para su defensa, sólo te conoce desde hace cuatro años, así que no es necesario que recuerde tu fecha.

— Pues si a eso vamos, ¿cuándo es la fecha de cumpleaños de Alyssa?

Ali levanta la mirada y se ríe con armonía.

— ¿Cuándo, hermanito mayor?

Alex vacila. Quiero pegarle porque hasta yo recuerdo eso.

— El tuyo fue a inicios de año. —Dice convencido.

— Estás caliente. Ahora di el mes y el día.

— ¿El 29 de febrero?

Ruedo los ojos.

— Fue el 17, pero buen intento. —Aclara Ali.

— ¿Cuándo es la fecha de cumpleaños de Luna, Alex? —pregunta Duncan.

Alex sorprendentemente se sonroja levemente.

— Es el 7 de Mayo.

Me sonrojo también y lo miro. Amanda carraspea luego de unos segundos.

— Alex, ¿no tienes unos regalos que llevar a tu habitación?

Duncan mira a Amanda con sospecha. Luego Ali los mira a ambos.

— Debes ayudarlo, Luna. —Interviene Ali.

Entrecierro mis ojos y apunto a Duncan.

— ¿Por qué no ayudas tú? Eres de los más fuertes.

Duncan se sobresalta.

— Porque tengo que hablar con... —mira sus opciones desde Ali a Amanda—. Tengo que hacer algo con Alyssa, porque me quedaré a dormir aquí hoy.

— Ah. Genial. Entonces, Amanda puedes ayudarnos.

— Estoy muy cansada.

Ruedo mis ojos y Ali se ríe.

Acompaño a Alex a su habitación. La realidad es que la mayoría de los regalos son botellas de alcohol que probablemente acumularán polvo.

Lo ayudo colocándolos encima de su cama.

La habitación de Alexander es impersonal. Si bien todo es de colores neutros, cuelga uno que otro poster de corredores famosos a lo largo de la historia que le dan un toque de vivacidad al espacio.

En su mesa de noche hay dos fotografías, una de su familia y una mia y de Alex cuando teníamos diez años y yo usaba frenos y coletas.

La tomo en mis manos.

— Puedes tener una mejor foto mía aquí. ¿Lo sabes?

Alex se ríe.

— Me gusta esta.

— Si alguien entra a tu cuarto y ve mis tiempos oscuros...

— Va a decir que hiciste un glow up sorprendente. —Alex me da una sonrisa.

Se acerca a mí y me acorrala entre su cuerpo y el borde de la cama.

Me siento nerviosa porque estamos solos y nadie va a entrar en la habitación. No soy tan boba como para no darme cuenta del plan de los chicos.

— Sobre hoy...

El corazón cae a mi estómago cuando Alex comienza.

— ¿Qué hay que decir? —le pregunto. Empiezo a jugar con la fotografía y estoy tan nerviosa que casi se cae.

Alexander la toma en sus manos y la coloca en la mesa. Uno de sus dedos se desliza por mi barbilla. Sus ojos están tan brillantes que me recuerda a la miel.

— Quiero decirte que me disculpo por decir las cosas sin pensarlas.

– No es necesario. Entiendo que a veces el furor del momento te hace decir cosas que no sientes.

Me dejo caer encima de su cama.

Alex trepa a la cama y se coloca sobre mí. Mi corazón empieza a latir con fuerza.

— Tú no estás entendiendo y yo quiero ser completamente claro.

Alex desliza el pulgar por mi labio superior. Mi piel se eriza.

— Alex... ¿qué haces?

— ¿Cuántas veces es necesario que te bese para que entiendas que lo digo es lo que siento?

Jadeo.

La pareja perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora