Alex
El día que por fin he soñado ha llegado. La carrera de Mónaco es la más importante de todas mis carreras como corredor de Fórmula 1.
He tenido varias conferencias de prensa hoy y no he tenido tiempo para ver a mi familia de ninguna manera. Mis manos sudan porque quiero ya acabar con esto.
Sé que la idea de Ali, Duncan y Amanda es que Luna esté en el palco de la familia y que si subo al podio hoy pueda dedicarle esta carrera a ella. Pero la verdad es que ya no me interesa la carrera, ya no quiero esperar, sólo quiero verla y sostenerla entre mis brazos. Si no quiere amarme, estará bien para mi, pero la necesito.
No sabía que podía necesitar tanto de Luna, no sabía que su sonrisa me hacía sonreír, no sabía que necesitaba escuchar su voz casi tanto como necesito sentir el volante en mis manos ahora mismo.
— ¿Estás listo, Alex? —Dean prueba el casco.
Doy un vistazo al palco de la familia que está cerca de la línea de meta. Y entonces ahí la veo.
Luna me mira fijamente. Está recostada contra el barandal, como si quisiera acercarse a mí. Mis brazos me hormiguean como si todo lo que necesitara es tenerla entre mis brazos para sentirme completo.
Me quedo pasmado, congelado frente al auto, como si no supiera cuales son los pasos a seguir. Como si todo se desdibujara alrededor y vea sólo a Luna.
— Alex, ¿me escuchas? —Dean me habla a través del casco.
Asiento y luego me doy cuenta de que estoy actuando en automático y que debo responder para que él entienda que lo escucho.
— Te copio.
Alguien me empuja hacia adelante y veo que Luna mueve su mano al pecho. Y todo vuelve a desaparecer y solo la veo a ella. Así que lentamente llevo mi mano al pecho para decirle que la he visto.
Oh, Dios mío.
Cuánto la extraño.
Me subo al auto decidido a acabar con esto de una vez por todas. Ya no aguanto más tiempo sin estar a su lado, no aguanto más tiempo sin verla, sin abrazarla. Sé que parezco desesperado pero todo lo que necesito... todo lo que siempre he necesitado ha sido a Luna.
Y ya he perdido demasiado tiempo.
Cuando las luces rojas se apagan, aceleró el auto con todas mis fuerzas. La carrera sólo durará una hora y media y después estaré a su lado.
Quiero estar en el podio y abrir la botella de champán.
Dinei y Grant me pisan los talones en el auto. Zigzagueo en las curvas para evitarlo.
En la vuelta trece, tomo la curva con demasiada fuerza y el auto se sale del camino pero recupero el control y entro de Nuevo. Es entonces cuando Grant me pasa.
Duncan me pisa los talones. Es divertido porque ahora estamos zigzagueando el uno con el otro.
Pero en nuestro juego, Dinei pasa a mi derecha y roza el auto.
Sostengo la respiración.
— Ten cuidado Alexander. —La voz de Dean es dura.
Duncan zigzaguea a mi lado pero nos estamos acercando a la curva y Grant ha desacelerado. Parece que su auto está deteniéndose en el camino.
— Alex, debes de salirte. Grant está bloqueando el camino. Su auto está fallando. —Dean me habla con desesperación—. ¡Vas a accidentarte!
Estamos cerca de la meta, a punto de concluir la vuelta catorce.
Solo pienso en que si salgo ahora, Duncan va a sufrir las consecuencias.
La verdad es que como corredor de la Formula 1 debes estar preparado para morir en cualquier momento.
Pienso en que Luna dijo que me mataría si algo me pasaba y pienso en que no hay manera en que pueda esquivar a Grant sin colisionar con Duncan. Y que no hay forma en la que ponga en peligro a mi mejor amigo.
Así que giro a la derecha. Duncan viene por la izquierda y me preparo para lo peor.
Cuando uno tiene un choque, se dice que tu vida pasa por frente tuyo mientras de momento estás inconsciente. Pero la realidad es que no es así. Veo todo con ojos agrandados.
Es como si de repente la película de mi vida pasara en cámara lenta. Escucho el sonido del choque como un traqueteo, veo los pedazos del auto cruzar el aire y luego observo como el auto gira en el aire.
Me aguanto la respiración.
El sonido seco del auto al caer es lo peor.
Y no sé si lo demás es producto de mi imaginación, pero escucho a Luna gritar mi nombre.
Y luego todo se vuelve negro.
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La pareja perfecta
ChickLitLuna Hill es una escritora frustrada que tiene seis meses buscando la inspiración sin encontrarla. Su publicista le da un último aviso de que debe entregar un nuevo libro en tres meses o deberá terminar el contrato. La famosa promesa de la Fórmula...