Sadness ➵ Aidan Gallagher.✔

v e i n t i c i n c o.

Con el paso de los días, mamá aumentó el nivel de preferencia hacia Amber, dejándome excluida, haciéndome ver como una buena para nada y restregándome lo que tengo que hacer bajo las sobras de esa chica para llegar a ser perfecta.

Papá...ni hablar de él, lo único que puedo decir es que se dejaba controlar por mi madre y cada vez que un insulto era lanzado hacía a mí se quedaba callado, deseaba en pedirle desesperadamente el que me diera mi lugar dentro de la familia, pero ni siquiera siente nada para hacer eso.

Incluso la relación de mis padres se deterioraba por peleas tontas y sin sentido, como una competencia de quien de los dos grita más fuerte.

- ¡Es que no me ayudas en nada, llegas y te sientas a ver la televisión!.

- ¡Vengo del trabajo, es cansado!.

- ¡Pero siempre me lo dejas todo, eres un bueno para nada!.

- ¡¿Y _______?!, ¡¿Acaso no está para ayudarte?!.

- ¡Es una inútil, ya veo de dónde lo heredó!.

- ¡¿Sabes qué?, me largo a dormir lejos de ti!.

- ¡Bien, porque ya me amargaste la cena!

Era a diario tener que soportarlos, no solo se trataba de una pelea entre adultos, sino que también hacían que mi hermano se entristeciera con el temor de que lleguen a separarse, a pesar de que ya no tengo una buena relación con él, era destrozante verlo de esa manera.

No era el único, yo estoy incluida, me desesperaba, y el único consuelo que encontraba era encerrarme en mí habitación y protegerme en un rincón cualquiera.

Estaba siendo hundida por ellos mismos.

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Conseguí en tener parpados muy pesados tras pasar un noche larga llorando y no era novedoso, últimamente se me había convertido en una nueva rutina nocturna.

Una esperanza es lo que quiero, solo eso.

Me odiaba ser o creer la clase de persona que me volví, alguien débil que se victimiza demasiado y llora, tengo que admitir que yo también tengo un papel que provoca un orden disfuncional entre la familia, no todo era ellos, yo soy un caos.

Fin de semana, sábado por la mañana, terminando de desayunar sin pasar por otra escena tensa, o eso creo.

- ¡Pero fíjate mocosa torpe! - exclamó mamá al ver que se me cayó un vaso de cristal.

- Per-don, pue-do lim-piarlo -- me agacho a recogerlo pero ella jala de mi suéter regresando a mi postura.

- Vete, no quiero que me sigas estorbando - regaña entre dientes.

- Pero....

- ¡Largo!.

Observé a papá con lágrimas, y de igual forma me observó con enfado, y odiaba esas miradas vacías, porque no hacían más que sentirme menos, y no quería seguir sintiéndome así, insignificante e insuficiente.

Me coloqué unos tenis, y salí de la casa para correr, aparte de dejar mi alimentación normal, me he presionado a mi misma en hacer ejercicio, y tomar la forma correcta de mi cuerpo, eso los puede alegrar un poco, ¿Qué más tienen que pedir?.

A cada paso que doy en la calle, más palabras que me lastiman de ellos llegan en mi mente, comenzando a exigirme.

Ellos se están separando.
Pero volveré a reunirlos.