s e s e n t a y s e i s.

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Ambos nos detenemos sin separarnos del todo, pero segundos después, nos alejamos, abriendo los ojos, encontrándonos con la mirada, viéndonos tímidamente uno al otro.

Pensé que sería el momento de confesarme. Pero antes de que dijera algo...el comenzó a negar, pareciendo estar arrepentido de lo sucedido.

— No...— susurró alejándome de él — Esto...no está bien — me miró con sus orbes oscuros, aquellos que no suelo ver con frecuencia.

— ¿Qué....? — cuestioné sin entender — Pero yo...

— No _______ — volvió a callarme — Es algo que no debe suceder, lo siento — se levantó de golpe, yéndose lejos de mí.

Siento como todo se iba al colmo, pero no pensaba quedarme así, por lo que también me levanto siguiéndolo, en la que se dirigía a pasos apresurados a su habitación.

— Aidan, detente — pedí a medio corredor antes de que se encierre.

Hago lo que puedo para alcanzarlo, porque mis llamados son inútiles para que se detenga. Pero todo resultó en vano, ya que llegó a su cuarto poniéndole seguro impidiéndome el paso.

— ¡Aidan, por favor, tenemos que hablarlo! — toqué la puerta con la idea de que me abrirá, pero no.

— ¡Largo, quiero estar solo! — dijo bruscamente, casi como un grito.

Entendía que no estaba siendo grosero o fingía serlo, pero detrás de esa voz llena de ignorancia se ocultaba el dolor, y es algo que no se puede disimular. Él tiene sus razones y quería saberlos.

— Pero yo...— hablé y vuelve a correrme.

— Vete _______ — ordenó cerca del otro lado.

Supe que no iba a desistir, así que renuncié a seguirle insistiendo.


[•••]


Un día solo ha pasado y durante el transcurso de estas horas, nada ha sucedido luego lo del...beso. Sigo sin borrar eso de mi mente, es como sentir su tacto todavía, sin ser superado.

Nerviosa, me mantengo quieta en la sala, sentada en un sillón, esperando a que Aidan llegue de la universidad luego de dar clases.

Conversar con él es necesario, quiero saber que pensamientos tiene respecto a lo que surgió ayer en la noche, o fue un simple impulso, pero lo segundo no me parece creíble, sentí que ese momento era único y que...era lo más sincero que había sentido, lo más afectuoso.

Me puse al tanto cuando escuché la puerta abrirse, fijé mi mirada en esa parte en la que lo vi al instante, y el también me encontró, pero rápido apartó el contacto visual pasando desapercibida de mí y observé sus movimientos donde dejaba sus cosas en un mueble.

— Ho-hola — saludé acercándome dudosa.

— Hola — responde cortante quitándose su saco.

— Eh....yo...— comencé con lo mío, buscando las palabras adecuadas.

— Si vas a tocar ese tema, de una vez te digo que te olvides de ello — contestó evitando verme.

Sadness ➵ Aidan Gallagher.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora