s e t e n t a y t r e s.

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Desperté poco a poco, y sentí mis ojos con un toque de ardor e hinchados por no dormir correctamente, por lo que me reincorporé tallándome la cara con una mano quitando el sueño.

Recordé al instante en donde estaba, y miré a mi lado en la que seguía él ahí, inconsciente sin mover un solo dedo, por lo que mis esperanzas disminuyeron, pero no bajé la guardia.

Mi vista paró a nuestras manos entrelazadas recordando lo de ayer en la noche, observando por unos largos segundos cómo estas se mantenían unidas.

Eso no duró ya que de un momento a otro sentí como él empezaba a tomar movimiento, por lo que me puse al tanto, tampoco me coloqué encima de él como si eso dependiera para que despierte pronto o ponerme alterada, solo me mantuve estática, viendo como por fin abría los ojos luego de largos días de espera.

Mi interior está en un estado bastante feliz con solo presenciar esta escena, por fuera me mantengo neutral para no inquietarlo, pero por dentro es una alegría que tengo de las grandes.

Veo como recupera todos sus sentidos, sus ojos viajan de un lugar a otro queriendo comprenderse, hasta que finalmente cae con los míos realizando contacto visual, del cual, mí sistema me empezó a fallar con solo poder tener su mirada en la mía.

— ¿_______? — preguntó con una voz ronca muy debilitada — ¿Qué...hago aquí? — cuestionó sin entender.

Pero...también parecía enfadado que me se me hizo tan extraño.

— Tú....— hablé después de mantener un silencio — Intentaste suicidarte....— confesé pensando si fue lo correcto.

— Eso...eso ya lo sé — respondió arrugando su frente, usando un tono muy seco que me transmitió más miedo.

Miró nuestras manos que seguían en contacto, y rápidamente apartó la suya causándome la misma desilusión.

— Entonces...— vuelvo a decir, observando cada expresión de confusión que hace.

— Un....momento —  levantó los brazos para ver sus muñecas en las que se provocó sus heridas — Maldición — las dejó caer frustrado.

No entendía cada vez que maldecía, no sabía si era el porque se encontraba en una cama de enfermos o era por otras razones de las cuales yo no sé y no me quiere decir, pero no trataré de sobrecargarlo de preguntas.

— Iré a ver a tu doctor, tiene que saber que lograste despertar — anuncié cambiando mi actitud a una positiva, queriendo que él se sienta igual.

— No...espera — me detiene estando en la puerta aún con toques de desesperación.

Me giré sobre mí propio eje y regresé con él bastante temerosa, se veía tenso, así que una vez más busco con mi mano la suya para hacerlo entrar en confianza, pero de nuevo la aparta evadiendo mi mirada.

— No...no me toques — pidió apretando su mandíbula con irritación.

Bajé la mirada muy entristecida, creía que luego de tantas cosas podría cambiarlo

— Lo...lo siento...— respondo empezando a balbucear viéndome más tonta.

— Debería estar muerto — se dijo que fue imposible no escucharlo — Para eso me hice daño, para morir, no para estar en un hospital recuperándome.

— ¿Eh...? — lo veo desconcertada — ¿Cómo...cómo puedes decir eso luego de lo que te sucedió? O más bien de lo que te hiciste — reclamé sin verme tan dura, pero me volví franca.

— Es la verdad — contraatacó — Esperaba no despertar nunca, no abrir los ojos y encontrarme con cualquiera de este lugar.

— Me enteré que es la segunda vez que lo haces....¿no te es suficiente? — cuestioné haciendo que me vea fijamente pero siguió esquivándome — ¿Te has puesto a pensar en tu hermana, en tu padre, en mí?....

Sadness ➵ Aidan Gallagher.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora