Sadness ➵ Aidan Gallagher.✔

d o s.

Me quité la mochila para luego colocarla sobre una silla de la casa, hace unos segundos acabé de regresar de la escuela, fue un día agitado, sobre todo Física ya que el maestro Gallagher nos cargó de tantas lecciones, y sin olvidar que fueron dos clases seguidas con él, encajar en su forma de enseñar es más complejo de lo que pude creer.

Me percaté de que el ambiente estaba algo tranquilo sin escuchar una voz molesta por parte de mis padres, por lo que me calmo quitándome la tensión de encima, ya que en la mañana me había ido al colegio con la imagen de ellos dos casi a punto de pelear.

Avancé llegando a la pequeña cocina en la que mi mamá se hallaba en plena cocinada.

- Hola mamá - saludé lavándome las manos y luego tomar un vaso de agua.

- Hola - la veo presionada por su falta de atención - Ayúdame a poner mesa, llevo rato esperándote, tu papá debe estar por llegar del trabajo.

- Si - ignoré su actitud seca y fui a sacar los platos dejando el vaso a un lado - ¿Y Elliot? - pregunté por mi hermano menor de 10 años.

- Debe estar en la habitación haciendo su tarea o jugando algunos videojuegos.

- Está bien, pero...nada más no hay que dejarlo mucho tiempo solo...- interrumpe.

- Dios, no empieces a molestar, solo deja lo que hace, es un niño - lo defiende.

- Lo digo para que no se haga daño...- murmuro sin que alcance oír.

No cabía duda de que ella siempre estuviera al tanto para protegerlo, claro, como es el más pequeño, toda familia tiene un favorito de la casa, mi molestia es muy notoria a eso, pero no quiere decir que tenga algún tipo de odio a Elliot, más bien me preocupa la actitud que él está tomando gracias a los "ejemplos" de mamá.

- Ya llegué - avisó papá tirando su mochila empolvada al suelo.

- Casi termino esto - sonó mi madre más apurada revolviendo la comida de un lado a otro.

- No te presiones, en lo que está iré a cambiarme de ropa y a lavarme bien las manos - se mira así mismo viendo lo sucio de tierra que venía - Y por cierto, hay algo de lo que tenemos que hablar - se retira.

Lo último si que me dejó pensando, lo mencionó de una forma preocupante y en su rostro se notaba tanta seriedad como para que sea un asunto delicado. Terminé de colocar todo en la mesa y en minutos después, los cuatro ya nos encontrábamos sentados.

- Te veo pensativo - habló mamá dirigiéndose a papá.

- Dijiste que querías hablar, ¿tiene que ver con eso? - cuestioné vagamente aprovechando la ocasión.

- Bueno...es sobre mi empleo, las cosas se complicaron - empieza a contar sin ánimos.

- ¿Te despidieron? - se alteró.

- Aún no termino - la detiene y ahora nos mira en general - Hubo un robo en la casa del señor Collins y está decepcionado de mí por no haber estado tan alerta para detener lo sucedido - suspira desilusionado de si mismo - Y por eso me bajará la mitad de mi sueldo.

- Eso...eso no es justo - negué tranquilamente, pero claro, por dentro me enojaba por la decisión que había tomado su jefe.

Papá es un buen jardinero de casi tiempo completo como para que lo dejé en esas condiciones y le disminuya el pago, más si llega a casa con las manos llenas de tierra y desgastadas de tanto empeño.

- Tienes que hablar bien con él - pide instantáneamente - Si no, ¿Cómo vamos a cubrir los gastos de luz, agua, gas, comida? - se exaltaba cada vez más mamá.

- No hay mucho que hacer, tal vez me pague más cuando las cosas robadas hayan sido cubiertas, aunque eso está muy lejos de lo que imagino - baja la mirada con pocas fuerzas para tomar el cubierto y comer - Venir a Los Ángeles nunca fue una opción - maldijo.

- Eso díselo a tu hija que tanto nos insistió.

Y aquí vamos de nuevo.

- Estoy dando lo mejor de mí, no puedes quejarte de eso si me estoy esforzando tanto - me quejé con ella.

- Eso espero, no quiero que me vuelvas a llegar con bajas notas y todo haya sido en vano - una vez más papá sacando el mismo tema - Te concedimos en que puedas estudiar aquí, no seas mal agradecida.

- Y lo evito, pero pónganse en mi lugar como estudiante - me defiendo, al menos una demostración de empatía por ellos no costaba.

- Te entendemos hija, pero...cuando éramos jóvenes sufrimos demasiado, no queremos que pases lo mismo que nosotros y te evites muchos problemas, además...no te falta nada así como a tu hermano.

Me quedé callada ante su respuesta, no quise seguir dándoles más razones para empezar una discusión, tal vez, el hecho de que no nos entendamos sea la causa principal por la que no dejamos nuestras indiferencias, ellos tienen un pasado algo marcado, y yo, solo vivo bajo estrés como cualquier adolescente, puede que tengan razón, me falta aún por sentir o asimilar lo mismo por mis padres, debo sacar más de mí, y una, es dando este paso.

- Conseguiré un empleo - solté sin pensarlo captando su completa atención.

- Si vas a trabajar en uno de esos puestos baratos, ni lo pienses, que vergüenza - contradice mamá.

¿Hay algo que no le plazca?.

- Déjala mujer, es mejor para que se independice - me apoya papá, y luego me mira - Pero cuando acabes este año, nos regresemos a Dallas, ya está decidido - pone la condición - Y continuarás allá con tus estudios que es más fácil, incluso sacar algo de provecho que no puedes hacer aquí, solo si das de tu parte - me miró con desconfianza.

- Esta...está bien - asentí no muy convencida de mudarme de nuevo, que no tuve más que guardarme las ganas de protestar - En este mes estaré buscando el trabajo - anuncié.

- Que sea el mejor - corrige.

"Mejor", esa palabra me era tan repetitivo al punto de desesperarme por lo tan exigentes que se han vuelto a lo largo de este tiempo.