Su vida, de su vida nadie había preguntado, pues nadie estaba interesado en lo que le pueda pasar a una persona como ella, pobre, humilde y sin nada que la hiciera "importante" entre los tantos adinerados. Mafiosos y sus elegantes esposas, pero la gran mayoría de esas esposas, eran en un principio mujerzuelas que vendían su cuerpo. Todo estaba mal, desde un principio como ahora, empezaban siendo algo malo pero pequeño, para luego ser combertidos en algo aún más malo y poderoso.
- ¿Que quiere que le diga? - pregunto, sin siquiera levantarse ni mucho menos despegar la mirada del techo.
- ¿De dónde es usted? Por qué no es de origen de este planeta y también puedo percibir que es una mezcla con otra raza, osea una mestiza - dijo Daishinkan, pues algo le daba curiosidad sobre su origen allí en ese planeta.
Seijun sonrió, pero no con lo que uno creería. Sino más bien, por qué nadie había echo esa pregunta nunca, y ella nunca tenía que revivir esos recuerdos y esas historias que algúna vez le contaron y se negaba a creer pero eran del todo ciertas.
- Mi madre y mi tía eran del Planeta tierra.... Pero un día....... Fueron... Fueron secuestradas por habitantes de este planeta - cada palabra que decía para describir ese vil acto del pasado, le costaba demasiado como para no notarlo.
Su madre y su tía cuando eran unas adolescentes de apenas unos 15 a 17 años más o menos, eran jóvenes de campo, un día cuando estaban entre sus bastos campos de vida vegetal, fueron secuestradas por unos seres que buscaban mujeres de distintas razas, para venderlas. Ellas fueron víctimas de ese comercio, fueron vendidas a el dueño de un prostíbulo, y fueron puestas a la labor tan ruin. Contra voluntad de ambas tomaban lo que les pertenecía, un día por idea de su tía, ambas pudieron escapar, fue mucha suerte el que lo hicieran sin ser notadas, pero había un detalle, su madre estaba embarazada de ella. De quién era ya lo sabía, era del dueño, quien era el único que tocaba a esa mujer. Ese hombre cuando noto la ausencia de ambas mujeres, busco furioso durante dos años, para ese Entonces Seijun ya había nacido. Le puso Seijun, para que fuera lo único puro entre tanta maldad. Cuando encontró a la mujer que era "suya" estaba tan furioso qué la mato con sus propias manos, delante de su hermana quien con Seijun en brazos salió corriendo.
Ese hombre por la vida que llevaba fue asesinado por uno de sus enemigos, así que pago por tales crímenes, pero eso no quitaba ni remediaba que había matado a una mujer honesta y dejo a una niña sin su madre. Seijun era hija de un abuso, pero nunca la vio su madre como un estorbo, la quería como lo único que verdaderamente era suyo. La tía tenía a Seijun, la crío. Encontró la casa donde hoy en día vivían, pero claro estaba aún más dañada que hoy en día. Ella cuando iba a trabajar en casas de adinerados como lo hace Seijun, se encontraba con niños extraviados o que habían escapado de secuestradores, ella sabía bien lo que era estar solo, sentirse perdido en ese planeta, así que se los llevaba y cuidaba. A muchos de ellos les encontró hogar, de eso se aseguraba que fueran personas honestas. Niños que habían crecido y estaban agradecidos, le daban ciertos tipos de donaciones para ese lugar. Y así fue su vida hasta que envejeció, y no había podido más, el niño lobo lo encontró Seijun, y ella se encargaba de él, como lo hacía su tía.
Todo eso se lo contó sutilmente a Daishinkan, claro con otras palabras. Daishinkan oyó atento a esa historia, le impresionaba el hecho de que fuera hija de un abuso, y también la forma en que en ese planeta hacían las cosas. Definitivamente ese planeta merecía la destrucción, pero ese no era asunto suyo, si el dios de la destrucción no consideraba que debía destruirlo era cosa de él, puesto a qué luego sería reprendido si estaba haciendo mal su labor. Pero ese no era asunto de ese momento.
Seijun en ningún momento se levantó ni lo miro mientras hablaba y ese acto le decía a Daishinkan que le daba vergüenza ese aspecto de su vida, o talvez no. Talvez solo le daba cierto disgusto el hecho que ella no podía cambiar nada de eso. En todo momento Daishinkan estuvo con las manos tras la espalda escuchado atento, ese comportamiento era único en su tipo, era ella manifestando su disgusto de una manera tan serena como aguas quietas.
- Eso es todo, disculpa por hacerlo tener que escucharme - dijo pues ella se sentía culpable de absolutamente todo lo que pasaba.
- No, no es todo - corrigió Daishinkan- ¿quienes la observan y por qué? - pregunto firme como solía aveses hablar.
- Hay un mafioso que me quiere como esposa, pero nunca lo seré. Siempre está al pendiente de lo que yo hago, está mañana me vio con usted, y cree que yo soy su pareja - explicó Seijun- y no me dejarán en paz, si ven que usted está aquí, matarán a mi familia incluyendome.
- Ya veo - dijo llevando su mano derecha a el mentón, meditando la información- ¿Es mi culpa su desdicha entonces? - pregunto buscando alguna reacción, que lo culpará, pues esa siempre era la Naturaleza mortal, echarle la culpa a otros.
- ¡¿Que?!Claro que no señor - corrigió rápido, pues no quería que Daishinkan se echara la culpa, claro que esa pregunta de Daishinkan solo era para ver su respuesta.
- Daishinkan rio de su característica forma tan sutil y a la vez tan misteriosa - solo una cosa que agregar - dijo luego de reír, no de ella, sino de su reacción.
- Seijun se sentó en el centro de la cama, y cruzó las piernas. Lo miró, pues el tono que Daishinkan usó, le dijo que era sería la cosa - Dígame .......
- He venido a pagarle - dijo llevándose de nuevo las manos tras la espalda y volteando a ver por la ventana.
Hizo una mueca de disgusto, que adorno su rostro durante el lapso que duró presenciar lo que la ventana permitía. Volteo de nuevo hacia Seijun y sonrió.
- Su labor fue muy agradecida por Zen oh Sama.....
- No es necesario, no tiene que pagarme nada. Con que haya tenido clemencia de mi vida es suficiente - dijo levantándose de la cama.
- Falsa modestia pecado de soberbia - dijo Daishinkan sonriendo.
- ¿Que significa eso? - pregunto Seijun ladeando levemente la cabeza, buscando entendimiento de esa frase.
- Que usted lo necesita y no debería despreciarlo - inocencia expresiva, era algo que vió Daishinkan en ella en ese momento. Ese gesto que hizo cuando no entendió, le recordó a Zen oh Sama cuando está confundido.
Con un chasquido de sus dedos, hizo aparecer un pequeño cofre de madera clara, el cuál abrí mostrándole unas pequeñas esfera color verde agua, del tamaño de canicas.
- Mire, estás esferas solo las puede usar usted - promedió a explicar Daishinkan- cuando usted necesita de bienes monetarios, solo tome una, y está se transformará en la cantidad que deseé y de cualquier lugar del universo.
Poseía ahora la cantidad que ella quisiese ¿Que iba a hacer con tanto? No tenía ni idea, pero por su mente no pasaban ni lujos ni derroches, pues su vanidad no pedía ese tipo de cosas, pues no la tenía. La verdad no necesitaba tanto, no quería tal recompensa, y si por ella fuera hubiera hecho el favor de gratis. Pero algo en Daishinkan le decía que no iba a permitir que no lo aceptará.
- Es demasiado - dijo con un tono muy sorprendido he inocente.
- Es lo que vale el favor - dijo Daishinkan, mientras se acercaba a ella - una última cosa - dijo cuando la acorraló contra la cama, cuando ya no pudo retroceder más Seijun.
- ¿Que quiere? - dijo asustada, creyó que ese tipo le iba a pedir un "favor" extra.
- Daishinkan le tomo la mano izquierda y le puso un objeto en ella- Tomé....
- ¿Que es esto? - pregunto al ver ese extraño objeto en su mano.
- Ese botón me llamara cuando usted lo presione. Si le urge mi ayuda en cualquier situación en qué dependa su vida, no dude en llamarme - dijo cerrando la mano de Seijun con la de él.
¿Por qué estaba ayudando a una mortal cualquiera? Solo era su deber pagarle, lo que le pasará después de eso no era asunto suyo, pero algo le decía que debía ayudarla. Culpa talvez, después de todo por él la vigilaban. Pero no era eso, era algo que ni el podía explicarse. Quería mantener a esa joven a salvó, pero ni el para que, se podía explicar él solo.
Continuara....................
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Débil Corazón
FanfictionUna chica humilde pero de puro corazón, en un planeta lleno de vicios y lujuria. Donde menos sé lo esperaba allí la encontró Daishinkan, un pequeño trato lo llevará a descubrir que los mortales no son como el pensaba. Amor, él no comprendía el signi...