-¡Espera! -exclamó Daishinkan bloqueando el avance del pequeño ángel.
-Pero...
-Ella está bien, no te preocupes. Ese Ki está muy lejos, no significa peligro para este lugar -lo interrumpió.
En los ojos de Vesper se veía preocupación. Sintió un Ki muy fuerte y amenazante, por eso se distrajo, pensó de inmediato en Seijun, su madre, sentía que podría pasarle algo. Daishinkan le dijo que ella estaba bien, cuando el Gran Sacerdote decía algo, él le creía. Se tranquilizó con la explicación de su padre, además, sí él estaba allí, no iba a permitir que le hicieran algo a su madre.
Le pidió que se incorporara al entrenamiento, Vesper se colocó en posición de combate esperando a que su padre atacara, pero no, en vista de eso, se dirigió a gran velocidad a él para atacar de primero. Cómo no supo, pero ya estaba tendido boca arriba sobre el suelo a unos cuantos metros lejos de Daishinkan.
Se levantó con ánimos de atacar con más fuerza, estaba sucio con lodo y pasto. Alzó su vuelo y en un parpadear estaba a un par de metros delante de Daishinkan.
-No prestas tu completa atención -al darse cuenta su padre estaba delante suyo con un dedo sobre su frente- Te he ofrecido mis ataques más débiles y no haz podido esquivar ni uno -le dijo mientras mantenía los ojos cerrados.
Está vez fue como una ráfaga de viento, más bien, como un imán el que lo jaló hacia atrás. Cómo pudo se resistió a eso, logrando escapar de ese ataque. Se abalanzó contra Daishinkan y este lo esperaba con un golpe más, pero este logró esquivarlo esta vez. Un par de golpes más le ofreció el Gran Sacerdote y otra vez logró esquivarlos.
Cómo dijo Daishinkan, él estaba usando un mínimo de su poder para no dañar a su hijo. Al fin estaba esquivando sud ataques y eso lo alegraba bastante.
Vesper intentó atacar a Daishinkan por última vez, pero este se movía con la destreza de una bailarina y la velocidad de una bala. Hasta mantenía las manos tras la espalda y el semblante serio como si no estuviera pasando nada.
-Fue suficiente -dió por terminado el entrenamiento.
-¡Uno más! -gritó Vesper al tratar de colisionar su puño contra el rostro de su padre.
-He dicho que fue suficiente -dijo Daishinkan mientras con un dedo detuvo el pequeño puño del pequeño ángel- Tal vez no te diste cuenta mientas intentabas atacarme, pero mejoraste. Antes no lograba esquivar ni un golpe -eso fue una felicitación a su modo.
-Me falta mejorar -le dijo Vesper.
-Tal vez, pero para tu edad estás a un nivel bastante bueno -le dijo- Ahora, vayamos con tu madre.
Ambos emprendieron el vuelo de retorno a la casa. No tardaron ni dos minutos, y eso que volaron lento.
No era secreto tanto para el hijo como para el padre que Seijun era una mujer muy inquieta, no se quedaba sin hacer nada por mucho rato. Se aburría fácilmente de estar quieta, por lo que supusieron que de seguro estaba haciendo algo. Y así fue, al entrar no la vieron en la sala, por la hora podían deducir que estaba cocinando la cena o algo semejante.
La casa era muy grande, de camino a la cocina la encontraron en el pasillo, venía con unas ropas dobladas en manos, cuando los vió, el asombro se plasmó en su rostro.
-Mamá -le dijo Vesper al verla.
Los ojos de Seijun se encendieron como una hoguera incandescente al mirar a Daishinkan. Con esa sola mirada ambos entendieron las razones.
-Está bien, de hecho he visto una gran mejoría en esta oportunidad -le dijo Daishinkan anticipándose al reclamo de Seijun.
-Eso lo entiendo, pero no la necesidad de ensuciarse así -les dijo mirando a su hijo todo sucio- Ven, vamos a bañarte -tomó de la mano al pequeño ángel.
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Débil Corazón
FanfictionUna chica humilde pero de puro corazón, en un planeta lleno de vicios y lujuria. Donde menos sé lo esperaba allí la encontró Daishinkan, un pequeño trato lo llevará a descubrir que los mortales no son como el pensaba. Amor, él no comprendía el signi...