Durmió junto a ella hasta que el sol se asomó por entre las cortinas de la habitación. Seijun fué la primera en levantarse, dejándolo a él allí en la cama. Daishinkan había optado por dormir en esa ocasión, y así lo encontró la mañana.
Seijun besó su frente y lo dejó acostado, dormido. Se veía tan pacífico entre sus sueños, la paz se plasmaba en su rostro. Solo contadas ocasiones lo había visto dormir, por lo que siempre le era extraño, pero no quitaba el hecho de ser tierno. Parecía un niño entre sus sueños.
Fue a la ducha para bañarse y arreglarse, su cabello era un caos que debía domar cuál fiera fuera. Minutos después salió del baño a la entre sala de este, el lugar era espacioso, le recordó a la habitación que ocupó aquella vez en el templo de Zen Oh Sama.
Buscó un cepillo entre unos cajones para tratar de desenredar su cabello, subió su mirada hacia un espejo y dió un grito al verlo allí reflejado como fantasma, ni siquiera lo escuchó entrar.
-Creí que me había arreglado, pero tal parece que mi aspecto inspira espanto -rió Daishinkan, quien venía vestido como de costumbre.
-No te esperaba allí atrás, menos te escuché llegar -le dijo Seijun al girar de nuevo su cuerpo para seguir desenredando su cabello.
-Quisiera permanecer durante un rato más a tu lado, pero en breve deberé volver a mi trabajo -le informó, se dió la vuelta y se dispuso a salir del lugar.
Minutos luego, bajó hasta la primera planta de la casa. En la sala lo esperaba Daishinkan, sentado disfrutando una taza de té tranquilamente.
-Pensé que tardarías un tiempo más -comentó separando a penas sus labios de la taza.
-Nunca he sido de arreglarme mucho -se encogió de hombros- Suerte que eso no te interesa.
-Tienes razón -sonrió- Tus estándares de belleza no son iguales a los míos. Aunque según los de tu especie, eres de apariencia atractiva sin necesidad de nada, lo tienes por naturaleza.
-¿Eso es un halago? -debía preguntar, tal vez Daishinkan dió muchas vuelvas para decir "eres linda". Nunca se lo había dicho, pero es que ese tema no era relevante para él, y mucho menos tenía que ver con el amor.
-Tómalo como uno -sonrió.
-Si te quedarás un rato más, ¿Preparo el desayuno para ambos? -le preguntó, a lo que él respondió que si- ¿Alguna preferencia?
-Lo que hagas está bien, sé que tienes el don para cocinar mejor que muchos -le dijo.
-Exageras -añadió antes de irse a la cocina.
-Puede ser que no.
Whis se dirigía junto al pequeño ángel al planeta donde habitaba Seijun, pero a mitad de camino la presencia de su padre lo hizo detenerse. Daishinkan lo estaba esperando en ese punto en medio del espacio.
-Un placer verlo, padre -le dijo.
Whis llevaba a Vesper amarrado al pecho con una tela para poder conducir a gusto y sin problemas. El pequeño ángel al oír a Daishinkan saludar a Whis, se alegró, tanto así que torpemente levantó vuelo a brazos de su padre.
-¡Vaya! Creo que desarrollar tus habilidades con mucha velocidad -le dijo. Era la primera vez que lo veía volar- A tu madre le sorprenderá bastante verte así.
Le alegró poder ver a su hijo, la verdad tenía poco más de un mes en que no lo veía. Aún lo tenía prohibido, pero estaba en la seguridad de que nadie lo vería.
-Estaba por llevarlo con la señorita Seijun, padre -le informó Whis quien veía como su hermano se agitaba alegremente en los brazos de su padre. Se le notaba al pequeño ángel la alegría de verlo de nuevo.
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Débil Corazón
FanfictionUna chica humilde pero de puro corazón, en un planeta lleno de vicios y lujuria. Donde menos sé lo esperaba allí la encontró Daishinkan, un pequeño trato lo llevará a descubrir que los mortales no son como el pensaba. Amor, él no comprendía el signi...