Si bien hace medio año que culminó esta historia, siento al igual que ustedes que ella merecía algo mejor. Es por esto, que por impulso de una lectora y buena amiga, que decidí dejarles está alternativa que una vez pensé ponerla como verdadero final. Mínimo les dejaré cinco capítulos, un máximo de diez...
Tiempo tenía sin ver a Daishinkan realmente. No lo veía desde la noche en que ambos se entregaron a la pasión de su amor. Bajo la sombra de aquel árbol donde él le confesó su amor por ella, allí se encontraba. El viento mecía sus cabellos rozando y jugueteando entre el verde césped. Se encontraba acostada boca arriba, entre el follaje de ese árbol, podía ver trozos de cielo, fragmentos de luz que llegaban a tocar su pálido rostro.
Una sonrisa atrevida se coló a sus labios al hacerse cómplice de un pensamiento. Aquel de la última vez en que lo vió. Recordar a su querido ángel acariciando su piel y besando sus labios, ese era el responsable de esa pícara sonrisa. Eso y además unas palabras que él le dedicó antes de irse.
"En otra ocasión lo repetiremos"
Cerró los ojos para mantener esa imágen en mente, pero:
-Imagino que esa sonrisa es causada por un buen pensamiento -rápidamente la voz de Daishinkan borró esa sonrisa para transformarla en una rubor que se apoderó de su rostro por completo, dejándola totalmente roja como un tomate.
-Dai... ¿Desde cuándo estás aquí? -se levantó con ayuda de la mano que Daishinkan le ofreció.
-Eso no es relevante -rió viendo su expresión- ¿Es que acaso el pensamiento era malo?
-No... -tomó su rostro entre sus manos para besarlo a manera de saludo.
Daishinkan se abrazó a su cintura para corresponderle, cuando algo que sintió lo hizo detenerse y apartarla un poco. La miró con seriedad, en su rostro se notaba claramente una expresión de desconcierto con una pizca de asombro.
-¿Te pasa algo, Dai? -le preguntó Seijun al ver cómo la miraba- ¿Dai? -lo llamó al ver que no respondía nada.
Sin decir una palabra, Daishinkan llevó su mano derecha al vientre de Seijun. Solo quería corroborar lo que le pareció estar allí. Al momento de sentir la palma de él allí, sintió calor, algo tibio que le envolvió el vientre.
-¿Que haces? -le preguntó mirando como Daishinkan mantenía su mano allí.
El levantó su mirada a la de ella, y con una sonrisa candida, extendió su otra mano a la altura de su rostro para mostrarle una esfera. En esta se podía apreciar algo, una pequeña esfera de luz color celeste que débilmente palpitaba. Donde sea que eso estuviera, era oscuro, al menos no sabía que era su vientre.
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Débil Corazón
FanfictionUna chica humilde pero de puro corazón, en un planeta lleno de vicios y lujuria. Donde menos sé lo esperaba allí la encontró Daishinkan, un pequeño trato lo llevará a descubrir que los mortales no son como el pensaba. Amor, él no comprendía el signi...