Alternativo -8: Encuentro peligroso.

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Días después de aquella noche, Seijun fué a casa de Okami. No sabía porque, pero se sentía en la confianza de salir, era una sensación de seguridad que la invadía para darle el alivio que necesitaba. Talvez también aportaba el hecho de que no hubieron más sonidos afuera de su casa, visitas inesperadas y Daishinkan no le volvió a nombrar nada de esa índole. Era como quitar aquella pequeña opresión de su pecho, para hacerla respirar mejor.

Al venir de regreso de esas casa, caminado por las calles de ese planeta, se encontraba perdida entre las infinitas lagunas de sus pensamientos. Gente pasaba de aquí para acá, distintas razas de distintos planetas. Ese planeta en su mayoría era habitado por la raza lobo humanoide, pero en esa localidad del lugar donde se encontraba Seijun, era el punto frecuente de otras. Allí era donde salían naves, puntos de mercadería entre otros que lo hacían más pisado por ajenos.

Tenía la mirada perdida entre la gente. Cualquiera diría que miraba el camino, pero en realidad estaba pérdida en la nada. No por mucho, en un momento en que no lo esperaba, un hombro chocó con el suyo, haciéndola retroceder un par de pasos de tal impacto y sorpresa. La otra persona terminó con su cigarro en el suelo y la mirada enojada.

-Disculpe, no fue mi...

-¿Seijun? -la mujer la interrumpió.

Seijun acomodó al bebé en sus brazos y alzó un poco la mirada para ver quién era la que se sabía su nombre. Esa voz la recordaba. Era una de ellas, una de aquellas mujeres que cuando estuvo cautiva por Zafar, entraron a la habitación para darle ropa, además de ofensas e indirectas insolentes. La mujer de cabello rojo y franjas del mismo color en la piel. La que tenía el carácter de un volcán activo y la lengua más venenosa que una cobra.

-No fue mi intención tropezar contigo -terminó la frase más como un murmuro.

-Claro que eres tú, esa voz y esa mirada de no rompo un plato no puede ser de nadie más -la mujer sacó otro cigarro, lo colocó entre sus rojos labios y lo encendió.

-Suerte que estás con vida -murmuró antes de intentar seguir su camino.

-La vida ha sido dura desde que Zafar desapareció... Dicen que por tu culpa. Todo se fue abajo, muchas fueron vendidas a otros que se dedicaban a lo mismo que él, otras como yo, decidimos huir a buscar nuestra suerte, !y vaya que suerte! No acabé tan mal como ellos que fueron destruidos -comentó para captar su atención. Lo logró, la hizo detenerse y voltear a verla.

-Mi culpa nunca fue, él buscó su propio destino. Tarde o temprano la vida le pasaría la factura -le dijo Seijun al voltear.

La mujer tomó una calada de su cigarro para luego soltarla en el rostro de la muchacha. Seijun tosió un par de veces y cubrió aún más a su bebé para que no le llegará el humo.

-¿Destino dices? -cuestionó- Mírate, tu vida era miserable, eras una simple limosnera. Ahora vistes mucho mejor que hasta la realeza. Dime, ¿Merecías tu eso? Ni siquiera trabajaste por ello como nosotras cuando mil veces te lo ofrecieron. Ahora sin esfuerzos tienes todo -la miró como fiera- Yo trabajé por una década en esto. Mírame, ahora en las esquinas de la calle a quien se le ofrezca. Tu no merecías eso.

-¿Te estás escuchando?, ¿Cuál es el sentido de tu lógica? -le cuestionó severamente- ¿Crees que la vida que llevaban todos ustedes era para merecer la fortuna, la verdadera fortuna y la felicidad? -a sus preguntas no obtuvo respuesta alguna, solo un silencio amargo y revelador.

-¿Cómo lo hiciste, Seijun?, ¿Cómo te saliste con la tuya siempre? 

Ella no le respondió. La verdad nunca se salió con la suya, ella siempre iba a dónde la corriente la llevara, a veces a su mala fortuna y tragedias, pocas, muy pocas y contadas ocasiones a la verdadera fortuna. Pero si en algo estuvo siempre segura, era que de la mano del verdugo no llegaría al destino correcto, en su lugar la llevaría al sendero de la perdición. Para su suerte uns oveja disfrazada de verdugo llegó a su puerta, más bien invadió su habitación. Un ángel detrás de una temible fachada de poder.

Débil CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora