29.

3.2K 269 54
                                    

Iris tenía la boca completamente seca, su cuerpo pedía agua a gritos. Pero no la apetecía nada tener que despertarse, estaba demasiado cómoda. Finalmente no pudo más y movió el brazo en busca de la botella de agua que siempre guardaba sobre su mesilla de noche. Sin embargo, algo se lo impidió. Por más que lo intentaba no lograba mover el brazo más de unos centímetros.

- Creo que se está despertando. - dijo una voz muy familiar para la joven.

La chica, molesta, abrió los ojos. La llevó unos instantes hasta que se acostumbró a la cegadora luz que inundaba la sala para darse cuenta de que aquella no era su habitación, ni la habitación de uno de los moteles en los que estaba acostumbrada a quedarse. Aquello era una habitación de hospital. Y no estaba sola. Había 3 personas más con ella, la resultaban familiares pero su visión aún era demasiado borrosa como para distinguirles.

- ¿Iris? 

Aquella voz, aquella voz la era muy familiar.

- ¡Sam!- dijo la chica, con voz ronca, como si hiciera mucho que no hablaba, reconociendo al menor de los Winchester. Finalmente su visión se despejó del todo y pudo ver con claridad. Sam y Castiel estaban a los pies de la cama, sin embargo la chica apenas les dedicó un vistazo, ella buscaba a otra persona. Finalmente, le encontró, algo más alejado, en una esquina de la habitación estaba él. El corazón de la joven de ojos grises se aceleró al verle. Estaba tan guapo como siempre, sus ojos verdes no se apartaban de los suyos. Sin embargo aquella mirada era muy seria, demasiado. La seriedad de Dean la hizo centrarse de nuevo.

¿Por qué la miraban todos de aquella manera, como si estuvieran viendo un fantasma? ¿Qué hacía ella en una habitación de hospital? ¿Qué había pasado?

La realidad la golpeó de golpe. No recordaba nada. No recordaba por qué estaba allí. La ansiedad comenzó a invadir su cuerpo. La chica trató de incorporarse de golpe, sin embargo un fuerte tirón en sus muñecas se lo impidió. Iris bajó la vista y pudo ver que estaba esposada a la cama.

- ¿Qué demonios...? - protestó la joven.

- Eso digo yo. - la cortó Dean levantando la voz, que ya no pudo contenerse más, mientras se acercaba a la cama.-  ¿Qué demonios eres? ¿Qué clase de broma retorcida es esta?

- Dean, cálmate. - pidió Sam, tratando de contener a su hermano, sin embargo no lo logró, Dean estaba demasiado alterado.

- Apártate. - dijo el chico, completamente serio, empujando a Sam y a Castiel a un lado, mientras sacaba un pequeño pero afilado cuchillo de plata.- Voy a darte una última oportunidad, ¿qué eres?

- Déjate de tonterías y desátame, Dean. No estoy para bromas. - dijo la de ojos grises que empezaba a hartarse de aquel juego. La broma esa había dejado de tener gracia hacía rato.

Dean sonrió, pero aquella no fue una sonrisa dulce a las que Iris estaba acostumbrada, era una sonrisa peligrosa, cruel, que no indicaba nada buena.

- Como quieras, si lo que quieres es jugar...- dijo Dean con una voz muy suave que le provocó escalofríos a la chica, mientras acariciaba la piel desnuda de ésta con el cuchillo sin llegar a provocarla ninguna herida, el contacto de la hoja de plata incomodaba a la chica, no la dolía, sin embargo, la producía un picor muy desagradable.- ... jugaremos.

Y entonces Dean hundió la hoja del cuchillo en el brazo de la chica, produciéndola a ésta un grito, más por la sorpresa que por el dolor.

- ¿¡ERES GILIPOLLAS O QUÉ MIERDAS TE PASA?! - le gritó la chica tratando de apartarse de él, sin embargo las esposas se lo impedían.

- ¿¡QUÉ ERES?!- la gritó Dean.

- ¡Dean para! - dijo Cas, cogiendo al chico por los brazos y apartándole de allí.- No es ningún monstruo y tampoco un demonio. Puedo sentirlo.

Supernatural (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora