Dean miró a Iris, preocupado, la chica no tenía buen aspecto, había empezado a respirar muy rápido.
- Iris...- la chica de ojos grises ni siquiera le oyó, estaba demasiado ocupada tratando de asimilar toda la información que había recibido momentos atrás. - ¡Mírame!
Dean la cogió de la mandíbula y la obligó a mirarle.
- No puedo respirar. - dijo la chica, mientras su respiración iba cada vez más y más rápido - Dean, ¡no puedo respirar!
El chico de ojos verdes la acarició el pelo, tratando de calmarla.
- Es un ataque de ansiedad, tienes que relajarte. -dijo suavemente, sin embargo la chica no parecía escucharle. - ¡Iris! ¡Mírame! Tienes que calmarte ¿vale?
- No puedo, no puedo respirar, Dean, no puedo - dijo la chica, muy rápido, con lágrimas en los ojos, mientras trataba de coger algo de aire, pero por más que lo intentaba, éste parecía no querer entrar en sus pulmones. - No pue...
Dean la besó, de repente, sin previo aviso. La chica se relajó automáticamente cuando los suaves labios del cazador chocaron contra los suyos, el beso comenzó suavemente, pero rápidamente comenzó a volverse más y más salvaje, hasta que de repente, Dean se apartó, dejandola con ganas de más.
La de ojos grises se quedó unos instantes mirando al cazador, recobrando el aliento.
- ¿Qué...? - preguntó la chica, sin entender nada.
Dean sonrió.
- Necesitabas distraerte, era un ataque de ansiedad, es lo primero que se me ocurrió.
Iris abrió la boca para contestarle cuando Castiel apareció delante suyo.
- ¿Estáis bien? - preguntó el ángel.
- Cass...- dijo Dean apartándose un poco de la chica.
- ¿Quién cojones eran esos dos? - preguntó Iris, volviendo a la realidad de golpe.- ¿Y por qué uno de ellos ha dicho que yo era su hija?
- No estoy seguro.
- No me vengas con tonterías, Castiel, y cuentanos lo que sabes - amenazó la morena al ángel, Dean la sujetó por los hombros.
Castiel observó a la chica durante unos instantes, seguía habiendo algo que estaba muy mal con ella. El ángel la había estado vigilando de cerca, y la había cogido cariño, sin embargo, toda aquella oscuridad que la chica llevaba dentro no le gustaba nada. Nunca había visto a un humano como ella.
- Cass... - la voz de Dean le sacó de sus pensamientos.
- Sé que son demonios, y muy poderosos. - informó Castiel a los dos cazadores. - No son demonios corrientes, hay algo diferente en ellos. Uno de ellos era especialmente poderoso.
- ¿Y eso es todo? - preguntó Iris. - ¿Esa es toda la información que vas a darnos? ¿Que son demonios poderosos? Muchas gracias, Cass, en serio nos resultas increíblemente útil. Nunca hubiésemos logrado averiguar eso sin ti.
Dean puso los ojos en blanco.
- De nada. - respondió el ángel, sin entender el sarcasmo de la chica. La morena emitió un pequeño gruñido de frustración.
- ¿Y qué hay sobre eso que dijo uno de ellos? Se refirió a Iris como "su hija". ¿Qué hay de eso? - preguntó Dean. La chica se mordió el labio, nerviosa. Si era la hija de un demonio, ¿significaba eso que llevaba sangre de demonio en sus venas?
- No lo sé, Dean. A mis ojos, es una humana normal y corriente. - dijo Cass, guardándose para sí mismo todo el tema de la oscuridad que habitaba en lo más profundo de la chica. El nombre de aquellos dos demonios, Samyaza y Azkeel, le resultaba muy familiar, pero, aunque lo había intentado, había sido incapaz averiguar por qué le eran tan familiares. - Si fuera la hija del algún demonio, sería el mismísimo anticristo, y créeme, no lo es.
Ambos cazadores respiraron algo más tranquilos, al menos, habían descartado una posibilidad.
En aquel momento, Sam salió de la habitación del motel, con todas sus cosas preparadas para el siguiente caso, antes de que Dean e Iris se diesen cuenta, Castiel había desaparecido.
- ¿Nos vamos? - preguntó Sam a su hermano, cuando llegó a donde éste estaba.
- Eh... sí, claro vámonos.- respondió Dean, que seguía enfadado con su hermano. Mientras el pequeño de los Winchester cargaba sus cosas en el Impala, Dean se dirigió a Iris. - ¿Por qué no vienes con nosotros?
- ¿De caza? ¿Ahora? - preguntó la chica. Dean asintió. - Dean, estoy bien, lo que ha pasado hace un momento... Puedo vivir con ello. No necesito que cuides de mí.
- Ya lo sé. - dijo Dean, recordando todo lo que había pasado unos minutos atrás, incluido el beso. Ojalá pudiese repetirlo en aquel instante. - Es sólo que nos vendría bien tu ayuda. Además si estás tú, puedes evitar que le rompa la cara a Sam de un puñetazo.
Aquel último comentario hizo sobreír levemente a la chica.
- De acuerdo, os sigo en mi coche. - dijo Iris. En el fondo estaba agradecida, en aquellos momentos lo que más necesitaba era irse de caza y cargarse a alguna criatura. Y bueno, estar en compañía de los dos hermanos, no era algo que la disgustase.
Siento haber tardado tanto en escribir y que el capítulo sea tan corto, pero estaba sin ideas. Ahora más o menos tengo claro lo que va a pasar. Espero que os haya gustado
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Supernatural (Dean Winchester)
FanfictionNo te enamores. Si tienes la oportunidad de elegir, vete, lo más lejos que puedas. Hay demasiado que perder. "¿Qué harías si te convirtieses en lo que más odias?" Historia basada en la serie "Supernatural" (PUEDE CONTENER SPOILERS) y en los libros d...