32.

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Dean acariciaba lentamente la espalda desnuda de Iris, mientras ella dormía, ajena a todo. El joven de ojos verdes observaba cada detalle, bañado por la luz de la luna que entraba por la ventana de la habitación del motel.


La mano de Dean jugaba a trazar pequeños círculos por la piel de la chica, mientras el chico pensaba qué podía haberle pasado a la morena durante el tiempo en el que no había estado en el mundo de los vivos.

¿Dónde había estado? ¿Qué había pasado?

El mayor de los Winchester se alegraba de que volviera a estar con él, ¿pero a qué precio? ¿y por qué?

Tenía experiencia suficiente con el mundo sobrenatural como para saber que milagros como aquel no eran gratis. Siempre debía haber un equilibrio. Y Dean temía lo que iba a costar todo aquello.

El sonido del móvil de Iris le sacó de sus pensamientos, consiguiendo despertarla a ella también.

- ¿Sí? - preguntó la chica medio dormida, sin enterarse bien de lo que estaba pasando. - ¿mmmm? ¿Tyler?

Dean frunció el ceño.

- ¿Qué? ¿Tyler? ¡Tyler! - preguntó Iris, mientras se levantaba de golpe de la cama, acabando con la calma que reinaba en la habitación. Unos instantes después miró a Dean. - Tenemos que irnos.


- ¿Vais a darme alguna explicación de por qué me habéis despertado en medio de la noche? - preguntó Sam, todavía medio dormido, primero se había encontrado la habitación donde supuestamente iba a dormir cerrada, y cuando por fin había conseguido dormirse en la habitación de Iris, le despertaban en mitad de la noche.

- No lo sé. - dijo la chica de ojos grises finalmente. - Tyler me llamó en mitad de la noche, parecía muy asustado, y antes de que pudiera explicarme qué pasaba la llamada se cortó.

Dean observó a Iris, mientras conducía, parecía realmente preocupada por el chaval.

Finalmente el impala se detuvo frente a la funeraria. La morena bajó rápidamente del coche, seguida de los dos hermanos.

- ¿¡Tyler!? - preguntó la chica, entrando en el establecimiento, que estaba abierto. Sin embargo no había ni rastro del chico.

- ¿Qué hacen aquí? - preguntó el Sr. Greybarg, con echarle un rápido vistazo, la morena supo que algo no iba bien; el tono de piel del anciano era 3 tonos más blanco, estaba cubierto de sudor y temblaba como una hoja.

- ¿Dónde está Tyler? - preguntó la chica.

- No... no lo sé.

- Sé que usted sabe qué mierdas está pasando. - dijo Iris, acercándose al hombre, hasta que prácticamente pudo sentir su aliento en la cara. - ¿Dónde está su sobrino?

Dean y Sam se mantenían al margen, observando la escena, nunca habían visto a la chica de aquel modo tan serio y amenazador.

La mirada del Sr. Greybarg le delató, el anciano echó una rápida ojeada a la puerta que daba al sótano. Una peligrosa sonrisa apareció en la cara de Iris. Iba a disfrutar cargándose a lo que fuera que hubiera al otro lado de aquella puerta.

- ¡Espera! ¡No puedes bajar al sótano! - suplicó el anciano. - No abras esa puerta.

Iris consiguió detenerse a duras penas, el impulso de bajar y meterse en una pelea era demasiado grande.

- Explíquese. - dijo con voz fría, agarrando fuertemente el pomo de la puerta, tratando de contener las ganas de bajar. - Tiene 20 segundos.

- Todo empezó con la muerte de mi esposa. - comenzó el anciano. - Me destrozó. Me negaba a aceptarlo, no quería quedarme solo. Por lo que busqué algo que la devolviese a la vida. - Entonces sacó un pequeño amuleto, con forma de calavera que llevaba colgado al cuello. - Y lo encontré.

Supernatural (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora