Supernatural (Dean Winchester)

22.

Iris se despertó de golpe, jadeando y totalmente desorientada. Una pesadilla. Otra vez.

No era nada nuevo, llevaba días soñando con cosas parecidas, con su padre, con Castiel acabando con ella de diferentes formas...

La chica soltó una gran bocanada de aire, mientras se incorporaba en la cama y miró a su alrededor, tratando de situarse.

Estaba sola en una pequeña habitación de motel.

La chica todavía no podía creerse lo rápido que todo se había ido a la mierda.

Salió de la cama, necesitaba una ducha con urgencia.

Esquivó con agilidad una botella de cerveza del suelo y encendió el agua. Mientras ésta se calentaba, tomó dos pastillas para el dolor de cabeza, necesitaba pensar con claridad, y aquello no ayudaba.

Se sentía agotada, y el alcohol y las pesadillas no hacían más que empeorar su estado. Comenzaba a arrepentirse de haber ido de caza el día anterior, aquello la había pasado factura. Pero había tenido que hacerlo para poder sacar todo el odio y la rabia que sentía, esa era la única manera que conocía.

El agua caliente sobre la piel de la chica consiguió relajar los músculos de ésta. Cerró los ojos, relajándose, mientras recordaba todo lo que había pasado.

Todo comenzó a ponerse feo cuando Sam escapó de la mazmorra de Bobby, donde ella y Dean le habían encerrado para desintoxicarle de la sangre demoníaca.

*Flashback*

- Encontraron el coche que Sam había robado, abandonado junto a un río. - informó Bobby, al otro lado del teléfono.

- ¿A cuanto estamos de allí? - preguntó Iris.

- Estáis lejos, a unas 8 horas. Hay una ciudad no muy lejos de ahí, Coldspring. Hay un montón de indicios que indican que allí hay actividad demoníaca.

- Bien, miraremos allí entonces.

- Tened cuidado. - dijo Bobby, antes de colgar el teléfono.

- ¿Y bien? - preguntó Dean, apartando un momento la vista de la carretera, para mirar a Iris. La chica le contó lo mismo que Bobby la había dicho a ella. Dean asintió y pisó con fuerza el acelerador.

La noche había caído hacía un buen rato y el impala se encontraba en absoluto silencio. Iris observó a Dean, sin saber qué decir, el mayor de los Winchester estaba enfadado y preocupado por su hermano pequeño, ella lo sabía y sin embargo no se la ocurría nada que pudiese decir para animarlo.

Dean estaba demasiado concentrado pensando en su hermano y en lo que le haría a Ruby cuando la encontrase. Todo lo que le estaba pasando a Sam era culpa de aquella zorra. Estaba tan concentrado en eso que por poco no vio a un pequeño ciervo que apareció en medio de la carretera. El chico consiguió esquivarlo a duras penas, haciendo derrapar al Impala por el arcén, para luego detenerse finalmente en el borde de la carretera.

- ¿Estás bien? - preguntó Dean, mirando a la chica. Ésta asintió con la cabeza, mientras sentía la adrenalina causada por el susto recorriendo su torrente sanguíneo.

- Deberíamos parar. - dijo Iris.

- No, tengo que encontrar a Sam y traerle de vuelta. - contestó el cazador.

- Dean estás agotado, es de noche y todavía nos quedan más de 5 horas de viaje. Sam no va a ir a ninguna parte y necesitas descansar.

- Puedo seguir conduciendo, no estoy cansado. - insistió Dean, comenzando a perder la paciencia.