14.

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- ¿Olivia? - preguntó Bobby, llamando a su amiga, mientras entraba en su apartamento, seguido de Dean, Sam e Iris. No tuvieron que buscar mucho por el apartamento para encontrarse con el cuerpo sin vida de la chica. Éste estaba en la habitación de esta, junto a la cama, había una línea de sal en la puerta, y el armario estaba abierto, mostrando una gran colección de armas de cazador.

- Estaba usando el medidor de campos electromagnéticos. - informó Dean, mirando el aparato.

- Espíritus. - concluyó la chica, observando el cadáver.

- Sí... - dijo Dean, acercándose a ella- con esteroides, nunca vi a un fantasma capaz de hacerle esto a una persona.

Bobby apareció en la habitación.

- Bobby, ¿estás bien? - preguntó Sam.

- Sí, - contestó él - es sólo que he hecho algunas llamadas a cazadores de la zona...

- Genial, así pueden ayudarnos. - dijo Sam.

- Ninguno contesta al teléfono.

- Algo pasa.

Bobby miró a Sam.

- ¿Tú crees? - preguntó con sarcasmo.

- Estamos en casa de Jed.- dijo Dean, saliendo de la casa de otro cazador junto a su hermano. - Está muerto. ¿Dónde estás?

- He verificado a Carl Bates y a R.C Adams. - Contestó Iris al otro lado del teléfono.- también muertos.

- Mierda.

- ¿Qué está pasando? ¿Por qué un puñado de fantasmas, de repente atacan a cazadores?

- No lo sé - dijo Dean- pero lo mejor será que hasta que lo averigüemos será mejor que estemos juntos. Nos vemos en casa de Bobby.

- Vale. - contestó la morena, al otro lado del teléfono, mientras montaba en el coche.



Las luces comenzaron a parpadear, la radio se encendió sola. Bobby cogió un palo hierro de la chimenea, preparado para atacar a cualquier espíritu. Una pelota comenzó a bajar, dando botes por las escaleras de la casa de Bobby, el hombre, armado con la barra de hierro se puso tenso. Y entonces las vio, dos niñas, gemelas, paradas a unos metros enfrente suyo, mirándole.



- ¡Joder, Bobby! ¡Coge el teléfono! - le gritó Dean a su móvil, mientras volvía a marcar el número. - ¿Cuántos dedos tengo levantados? - preguntó Dean a su hermano.

- Ninguno. - contestó Sam.- Dean estoy bien ¿vale?

- ¿Henriksen? - preguntó Dean a su hermano, quién acababa de ser atacado por el espíritu de un agente de policía que Lilith había matado. Sam asintió.

- ¿Por qué? ¿Qué quería? - preguntó Dean. Bobby seguía sin coger el móvil. Dean comenzaba a impacientarse.

- Vengarse, porque hicimos que le mataran. - contestó Sam.

- Sam... - dijo Dean. Salió el contestador de voz. Dean marcó el número de Iris, tal vez ella había llegado a la casa de Bobby y sabía algo.

- Bueno, es la verdad.

- Vale, para. Deja de decir tonterías, no puedo localizar a Bobby. Así que si no vas a decir nada útil mejor cállate. - contestó Dean, enfadado con Sam porque él pensase eso, mientras pisaba el acelerador del coche.

Supernatural (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora