Supernatural (Dean Winchester)

37.

(Tercera y última temporada de la historia)

Sam estaba paralizado, no era capaz de asimilar todo aquello, no, no podía ser verdad. Contempló el cuerpo sin vida que estaba sobre la cama. Dean no podía estar muerto.

(Flashback)

Unas semanas antes todo había sido distinto, Dean, Iris y el propio Sam habían acudido a un pequeño pueblo del sur de Illinois, donde Bobby les había dicho para reunirse. Habían hablado con él por teléfono, y la conversación había estado llena de buenas noticias; Bobby les había explicado, como a partir de unos antiguos escritos había sabido de una tabla de piedra, escrita por el escriba de Dios, llamada la tabla de los ángeles, que por lo visto, estaba llena de hechizos muy poderosos. Y según Bobby, era muy probable que entre ellos hubiese uno que acabase con la maldición de los Grigori.

Sin embargo, todo había salido mal, la existencia de la tabla había llegado a oídos de Crowley y sus seguidores, cuando los tres cazadores llegaron a la habitación de hotel del punto de encuentro, los demonios se habían adelantado, dejándoles un horrible espectáculo. La tabla había desaparecido, y Bobby... A Bobby le encontraron en el baño, sin vida. Le habían abierto en canal, y todo estaba lleno de sangre y vísceras.

Encontrarse así a Bobby había sido un golpe muy duro para los tres cazadores, todo se volvió cuesta arriba. Pero no se rindieron, su objetivo paso a ser encontrar la tabla, y de paso, vengar a Bobby, por lo que se pusieron manos a la obra. Pero la tabla no estaba en manos de Crowley como ellos esperaban. El demonio les explicó que sí, que él había mandado a sus súbditos en busca de la tabla, pero que cuando llegaron, Bobby ya estaba así. Él no había tenido nada que ver.

Fue Ertael quién arrojó luz al asunto, a pesar de que Dean y Sam no confiaban para nada en él, les contó que era muy posible que el mismo escriba, llamado Metatrón, era el autor de la muerte de Bobby, que lo había hecho para obtener la tabla y porque él era así, desde la desaparición de Dios todo había cambiado, él en especial, se había vuelto un sociópata. El ángel caído les advirtió acerca del peligro que corrían al enfrentarse a él, Metatrón no dudaría en matarles si creía que así se divertiría un poco. Para él, los humanos no eran más que meros juguetes, de los cuales, si uno se rompía, siempre podría jugar con otro.

Ertael había advertido a los tres jóvenes que se mantuvieran alejados de Metatrón, sin embargo, no lo hicieron. Desde la muerte de Bobby, Iris había empeorado, se comportaba de una manera totalmente suicida, los dos hermanos sabían que si seguía siendo humana era por ellos dos, sin embargo no aguantaría mucho más tiempo, la muerte de Bobby carcomía la conciencia de la chica, quién no podía dejar de pensar que todo aquello, que todas las muertes eran por la maldición, por su culpa. Y ese pensamiento, estaba acabando con ella. Los Winchester sabían que debían encontrar la tabla y librarse de la madición, ya que de lo contrario, seguramente él y su hermano acabarían muertos y si no, perderían a Iris.

Finalmente, después de semanas siguiéndole, consiguieron dar con su paradero. Se encontraba en Nueva York, jugando a ser Dios. Según Ertael, el escriba se encontraba en el Webster Hall, una de las discotecas más concurridas de la ciudad. 

(Fin flashback)

(45 minutos antes)

Los tres cazadores aparcaron el coche y entraron en el edificio, pronto decreció su ánimo, aquello no iba a ser fácil, la música estaba muy alta, hacía calor, estaba lleno de gente que no dejaba de bailar y para variar, estaba todo iluminado con luz negra, lo que hacía todo mucho más difícil. A los cinco segundos de haber entrado, volvieron a salir, aquel ambiente era realmente agobiante, y la música les impedía hablar entre ellos.