20.

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Dean abrió la puerta del almacén lo más rápido que pudo, aquel no era un demonio normal, eso estaba claro, había algo muy extraño en él.

Apenas habían conseguido avanzar unos metros por el pasillo que conducía a salida de la casa cuando la pareja de demonios les alcanzó.

La mujer se abalanzó sobre Iris, mientras que el hombre hacía lo mismo con Dean.

El peso de la mujer provocó que Iris cayese al suelo, al igual que el cuchillo mata-demonios que había sostenido segundos antes.

La morena forcejeó con la mujer, que trataba de herirla a toda costa, arañándola e intentando morderla. La herida del hombro, aún reciente, no era de gran ayuda, había vuelto a abrirse.

Dean no lo estaba pasando mejor, el hombre había conseguido morderle en la base del cuello, peligrosamente cerca de la yugular del chico.

Estaban perdidos, no iban a poder resistir por mucho más rato.

En ese momento, Sam entró por la puerta de la calle, armado con una pistola. El menor de los Winchester,  al ver aquella escena, no se lo pensó dos veces y disparó al demonio que más cerca estaba suyo, a la mujer. La bala dio en la cabeza, provocando que la mujer cayese hacia un lado a causa del impacto. Iris actuó muy rápido, cogió el cuchillo de suelo y se lo clavó al demonio que estaba atacando a Dean en el cuello.

La reacción del demonio no fue la que todos ellos esperaban, no actuó como normalmente hacían los de su especie al ser atravesados por el cuchillo. Se quedó muy quieto al principio, inmóvil, momento en el que Iris aprovechó para tirar de Dean y recuperar el cuchillo. La mujer a la que Sam había disparado instantes antes también se quedó paralizada. A continuación, se escuchó un grito inhumano en lo más profundo de la casa, y el cuerpo del hombre cayó al suelo, sin vida, mientras la mujer continuaba inmóvil, como si estuviera en pausa.

Los tres cazadores no se quedaron a mirar qué iba a pasar, corrieron a la salida de la casa, no estaban en condiciones de enfrentarse a ningún demonio.

En cuanto llegaron al motel, Dean se dejó caer en la cama, se sentía agotado. La de ojos grises se sentó a su lado.

- ¿Estáis bien? - preguntó Sam, mientras cerraba la puerta de la habitación del hotel, los dos cazadores asintieron.

- Estás sangrando. - le dijo Iris a Dean, observando la herida que éste tenía en el cuello.

- Ese cabrón me mordió.  -dijo Dean, incorporándose en la cama con esfuerzo. La herida del cuello le dolía bastante. - Tú también estás sangrando.

La chica se llevó la mano hacia la herida del hombro ocasionada por el cuchillo, un escalofrío la recorrió la columna al recordar el dolor que había sentido cuando el cuchillo había penetrado en su piel.

- ¿Qué eran esos seres? - preguntó la chica. - El cuchillo de Ruby les afectó de una manera muy rara.

- No lo sé. - dijo Dean, que seguía tumbado en la cama. - Pero tenemos que encontrar la manera de acabar con ellos antes de que maten a más gente.

- Id curándoos las heridas. - dijo Sam, mientras se ponía en pie. - Yo voy a por algo de comer, a la máquina de aquí al lado, ahora vuelvo.

Iris y Dean se quedaron solos, el chico se levantó de la cama trabajosamente para ir a buscar el botiquín.

- ¿Estás bien? - preguntó la chica, al ver lo pálido que estaba el cazador.

Dean asintió con la cabeza.

- Sí, no te preocupes, estoy cansado, nada m...- el chico se apoyó contra la pared, evitando así caerse al suelo.

- ¡Dean! - Iris corrió hacia él. La chica le hablaba, pero Dean era incapaz de escucharla, todo lo que oía era un desagradable pitido. Se sentía terriblemente débil, mareado y cansado, necesitaba sentarse.

Supernatural (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora