Supernatural (Dean Winchester)

31.

- Deja de luchar contra ello. - dijo una voz profunda.

-¿Quién eres? - preguntó Iris. - ¿Dónde estoy?

La joven no conseguía ver nada, la oscuridad la rodeaba. Podía oír el sonido de la lluvia al golpear lo que había a su alrededor, pero eso no conseguía darla ninguna pista sobre dónde estaba o qué estaba pasando.

-No luches contra ello, Iris. - dijo la voz de nuevo.

-¿Cómo sabes quién soy? - preguntó la chica, ignorando lo que la voz decía.

-Eres tan testaruda como tu madre, en eso os parecéis.

-¿Mi madre? ¿Qué tiene que ver mi madre con esto? ¿Contra qué no debo luchar?

-Te he dado la oportunidad de hacerlo por tu cuenta.- dijo la voz, que cada vez sonaba más lejana. - Supongo que tendré que ayudarte.

-¿Ayudarme? ¿De qué hablas? - gritó la morena, aunque podía sentir cómo la voz se había ido. Ahora se encontraba completamente sola en la oscuridad.

Entonces la joven averiguó de qué la sonaba aquella voz. Era la voz de su padre. Samyaza.

Iris despertó de golpe, jadeando, aquel sueño la había dejado una sensación muy rara en el cuerpo.

-¿Estás bien? - preguntó Dean, observándola por el espejo del coche, con actitud preocupada.

La chica aún estaba demasiado desorientada como para contestar. Miró a su alrededor. Se encontraba en la parte trasera del Impala.

-¿Iris? - preguntó Sam, que también la miraba con preocupación.

-Eh... sí, sí, estoy bien. - dijo la chica apartando la vista de ambos hermanos para observar la lluvia que golpeaba con fuerza contra la ventanilla del coche.- Sólo ha sido una pesadilla.

Dean la observó durante unos instantes más, podía ver en su mirada que algo la preocupaba. No entendía por qué les mentía. 

Tras dos horas más de viaje, por fin llegaron a Nueva Orleans. El tiempo se había calmado, y la luz del sol bañaba la ciudad entera. Los cazadores se dirigieron al barrio Cortez. Al lugar donde la última víctima había sido encontrada.

Se trataba de un bonito barrio residencial, con jardines perfectamente cuidados, al igual que las casas. Transmitía bastante paz, parecía imposible que en aquel lugar hubiese habido algún tipo de asesinato.

El lugar del crimen se encontraba cerca de la casa de la víctima, el cuerpo se había encontrado detrás de unos contenedores de basura, según los familiares de la víctima, ésta salió a sacar la basura y nunca más volvió. Enfrente de los contenedores había antiguo edificio de color oscuro, una funeraria.

-Es un barrio demasiado bonito para una funeraria ¿no?- preguntó Dean sonriendo. - Me parece que ya hemos encontrado lo que buscábamos.

Los tres cazadores se dirigieron al edificio. La puerta estaba abierta, por lo que pudieron pasar sin ningún tipo de problema.

-Buenos días, ¿puedo ayudarles en algo? -  preguntó un chico joven, de ojos color ámbar, pelo castaño, bastante revuelto y con toda la cara cubierta de pecas.

Iris miró a Dean, ¿aquel chico era un ghoul? Apenas era un crío.

-¿Hola? - volvió a hablar el joven, tratando de llamar la atención de los cazadores, que estaban en silencio, observándole.

-Eeeeh... Sí, hola. - dijo Sam, actuando el más rápido de los tres, sacando su placa falsa.- FBI 

Dean e Iris hicieron lo mismo.