42.

981 66 2
                                    



Sam lo tenía todo preparado, había robado sangre humana del hospital, encargándole previamente a un cura que la bendijera.

En el búnker de los hombres de letras, Dean le esperaba, atado a una silla, que se encontraba en el centro de un símbolo enorme dibujado en el suelo, para evitar que el demonio pudiera abandonar aquella habitación.

- ¿En serio? - preguntó Dean al ver aparecer a su hermano en la habitación con un transportín repleto de sangre humana.

- Si te sirve, conseguí tu grupo sanguíneo.

- Sam, se que piensas que lograrás repararme, pero, ¿se te ha ocurrido pensar que tal vez no quiero ser preparado? - Sam hizo caso omiso a las palabras de su hermano, y comenzó a sacar las bolsas de sangre del transportín, poniendo todo a punto. - Déjame vivir mi vida. prometo que no te voy a molestar. ¿Qué te importa?

- ¿Qué me importa? - Sam por fin rompió su silencio, Dean le sonreía con maldad, por lo que decidió dejar de perder el tiempo, comenzando de éste modo con el ritual.- Ritum sacrum...

- ¿Crees que me voy a quedar aquí sentado como un niño bueno?- habló Dean, mientras su hermano salpicaba el suelo con agua bendita y continuaba con el ritual.- Bueno, olvídalo. No quiero esto.

- Sí, ya, lo has dejado claro.- le cortó su hermano pequeño.

- Ni siquiera estás seguro de si esto funcionará. ¿Verdad? - Sam preparó la primera jeringuilla, llena de sangre humana.- ¿Sabes? No soy un demonio normal, hay mucha cosa corriendo dentro de mí.

- La sangre Grigori, la maldición... ya lo sé.

- Eso es.

- Vamos allá.

- Sammy... sabes que odio las inyecciones.

- Yo odio a los demonios. - Sam se acercó a Dean, y le colocó la primera inyección sin perder más tiempo, lo que no le hizo mucha gracia al de ojos verdes, quién comenzó a gruñir y a retorcerse de dolor.

- Tenemos muchas más para usar. Podrías hacer las cosas fáciles.

Dean únicamente le miró desafiante, para segundos más tarde volver a retorcerse de dolor bajo la atenta mirada de Sam.

Sam inyecto una nueva inyección repleta de sangre humana, Dean soltó un nuevo gruñido de dolor y comenzó a hiperventilar. Su hermano menor le observaba con una mezcla de intriga y preocupación.

- Podrías estar matándome.

- O... - Sam cogió una nueva inyección.- Sólo estás jugando conmigo. De todos modos, el acervo no dice nada sobre excepciones a la cura.

Dean soltó una risita.

- El "acervo".- contestó el demonio, con burla.- Cazadores... Hombres de Letras... Menudo montón de mierda. ¿No tienes nada que decir?

- ¿Quieres que discuta contigo? - Sam levantó las cejas.- Ni siquiera estoy hablando con el verdadero tú.

- Te equivocas. Soy el verdadero yo. - Contestó el de ojos verdes. Sam negó con la cabeza.- ¡El nuevo verdadero yo! El que ve las cosas como realmente son. Los Winchester... héroes luchando contra el orden natural. Déjame decirte algo, los tipos como yo, somos el orden natural.

- Los tipos como yo aún debemos hacer lo que podamos. - Contestó Sam.

- No seas tan arrogante, Sammy. Mira, desde que estoy aquí sentado, no hay mucha diferencia entre lo que yo me convertí y lo que tú ya eres.

Supernatural (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora