08.

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Lo primero, quiero daros las gracias por seguir leyendo la novela, votando y comentando, me hace mucha ilusión ver que os gusta. Sé que éste capítulo no tiene mucha acción,  pero os prometo que el siguiente si la tendrá.

Espero que os guste y no dudéis en comentar qué os parece, me gustaría saber qué os está pareciendo la historia ♡♡♡

El estruendo de un trueno despertó a la chica de golpe. Era de noche, la lluvia chocaba fuertemente contra el cristal de la ventana. La joven de 15 años intentó volver a dormirse, pero no podía, no era a causa de la tormenta, si no por una extraña sensación que tenía de que iba a pasar algo horrible.

Finalmente, la chica se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, con la intención de beber un vaso de agua. Caminó en silencio, sin hacer ni un solo ruido, debido a su entrenamiento,  la chica se había acostumbrado a caminar así.

Cayó otro rayo, iluminando el pasillo por unos instantes, los suficientes como para que la chica se fijase en que uno de los cuadros favoritos de su madre estaba tirado en el suelo. Sonó un trueno.

La joven se acercó al cuadro, dispuesta a recogerlo del suelo, cuando de repente vio algo en la pared que captó su atención. Unas extrañas manchas. Sangre.

El cuerpo de la chica se tensó rápidamente, algo andaba mal. Buscó algo que pudiese usar como arma, sólo encontró un bolígrafo. Eso serviría.

La chica de ojos grises siguió las marcas de sangre que había por la pared y el suelo. Todas ellas conducían al gran salón de la casa. Tragó saliva, unos intantes antes de entrar a la habitación, dispuesta a encargarse del ser que estuviese allí.

La joven entró en el salón, justo cuando la luz de otro rayo iluminaba la habitación, permitiendola verlo todo con absoluta claridad.

Sonó un trueno. Lo que vio la heló la sangre. El suelo estaba cubierto de sangre, en medio de la habitación había una serie de cuerpos, inmóviles, sin vida. Los cuerpos de su familia.

La chica no pudo evitar fijarse en ellos. Su madre, sus tíos y sus abuelos. Todos ellos yacían en el suelo, con unas expresiones faciales que indicaban terror absoluto, como si hubiesen sufrido antes de morir.

Un rayo iluminó la habitación de nuevo, la chica entonces se percató en una figura masculina, que estaba de espaldas a ella, mirando por la ventana.

El bolígrafo cayó de su mano, golpeando el suelo junto al estruendo de un trueno. El hombre de la ventana se giró hacia ella, como si hubiese sido capaz de oir el bolígrafo. La chica estaba aterrada, era incapaz de moverse.

- Voy a torturarte, preciosa. - dijo el hombre con una gran sonrisa. - Hasta que me supliques que te mate. Entonces seré compasivo, y te mataré.

El hombre comenzó a acercarse, lentamente, tomandose su tiempo, como si disfrutase de lo aterrada que estaba la chica.

De repente ocurrió una cosa muy rara, se oyó primero un trueno y luego cayó el rayo.

El hombre se detuvo al instante y su sonrisa desapareció.

- Smyza. - pronunció aquella palabra tan extraña en a un susurro que la chica no consiguió entender, parecía asustado, luego se dirigió a ella - Volveremos a vernos, pequeña zorra.

Y a continuación desapareció en una nube de humo negro.

Dean observaba dormir a Iris, ya que él era incapaz de hacerlo, estaba agobiado, apenas le quedaba tiempo, en nada el contrato con el demonio acabaría y vendrían a por él  Aquello le quitaba el sueño, no quería dejar a Sam solo. Y para su sorpresa, le dolía pensar que tampoco volvería a verla a ella.

Supernatural (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora