Las Crónicas De Narnia: 𝔼𝕝 ℍ𝕒𝕕𝕒 𝔾𝕦𝕖𝕣𝕣𝕖𝕣𝕒 [Edmund Pevensie]

2-.

Después de acomodar mis cosas me acosté en mi cama y tomé una pequeña siesta, me desperté y fui al cuarto de los Pevensie, ya que recorde que en uno de los cuartos había una pequeña cajita con fotos mías y recuerdos de mi familia.

-Claro mamá- oí a Edmund.

-¡Ed!- dijo Peter reclamando.

La puerta estaba abierta, así que me pare en el marco de esta y toqué.

-Perdón por la interrupción, pero es que necesito algo que esta en aquel cajón- dije mientras señalaba el mueble de la esquina.

-Sí claro, adelante- respondió Peter.

-Gracias-.

Camine hacia la cajonera y me puse de rodillas para abrir el último cajón.

-Este lugar es muy grande, Lu. Podremos hacer lo que queramos- giré la cabeza y ví que Lucy estaba con la cabeza gacha y un semblante triste.

Mientras sacaba la cajita del mueble, mi cabeza estaba en un debate de si hablar o no. Pero al final hablé.

Me puse de pie con la caja en mis manos y camine hacia el borde de la cama.

-Si a tus hermanos no les molesta y si tú quieres, puedo llevarte a un estanque que está cerca de aquí, por ahí pasan muchos animales y es un lugar muy agradable-.

Lucy me miró y asintió con una pequeña sonrisa y Peter me dijo que no había problema.

-Está bien, te llevo después de desayunar.

-De acuerdo- respondo Lucy, por lo menos su semblante no se veía tan decaído como hace unos minutos.

-Muy bien. Buenas noches- dije hacía los cuatro.

-Buenas noches- me respondieron Lucy, Peter y Susan. Edmund sólo veía enojado hacia otra dirección y no dijo nada.

Griton, mal educado y grosero.

Salí del cuarto y me fui a mi habitación para poder dormir.

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-Buenos días señorita Macredy- dije mientras entraba en el comedor.

-Buen día joven Adeena, sabe si los niños Pevensie bajaran a desayunar-

-No sé, las puertas de los cuartos estaban cerradas-

-Podría avisarles que ya está el desayuno-

Iba a responder pero los hermanos entraron al comedor, todos tenían esa cara que se te pone cuando todavía te faltan horas de sueño.

-Buenos días- habló Peter con voz ronca.

-Buenos días- respondí.

Nos sentamos en la mesa y comenzamos a desayunar.

-¿Entonces el profesor es tu abuelo?- preguntó Peter.

-Sí, he venido a su casa casi cada verano- respondí -¿Y de dónde son ustedes?

-De Finchley- respondió Lucy -¿Tú de dónde eres?

-De Cricklewood.

-Adeena- habló Susan -¿Sabes si hay algún libro que pueda leer?

-Sí, hay toda una biblioteca. Cuando terminemos de desayunar te muestro donde está- gire mi cabeza hacía Lucy -Después te llevo al estanque-.

Por suerte el día estaba soleado y no se veía ninguna señal de lluvia.

Terminamos de desayunar y lleve a Susan a la biblioteca, mientras Lucy fue a prepararse para el paseo.

-Aquí es- dije mientras entraba en el gran cuarto -Hay libros de todo tipo, si quieres uno de arriba puedes tomar esa escalera-