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—Arriba, tienes que irte al puerto en treinta minutos.

—Volare hasta allá, dormiré cinco minutos más.

Elijah me sacudió más fuerte, obligando a levantarme.

—No existe el respeto aquí.

Después de haberme encontrado con Calinda hace unos días, la noticia no tardó mucho en rondar por toda la nación. Caspian me recibió feliz, no creyó que me volvería a ver y la verdad es que yo tampoco, considerando que la visita anterior tuvo mil años de diferencia.

Me invitó a quedarme en el castillo—el cual por cierto adornó y mejoró su apariencia, ahora estaba muy bello—, pero al entrar sentía incomodidad, aunque las paredes estuvieran pintadas y adornadas, yo seguía vendo los muros grisáceos de los que alguna vez escapé.

Fuera de eso, todo estuvo de maravilla. Trumpkin, Buscatrufas, Reepicheep, fue un reencuentro cálido. Incluso había conocido a Mary, quien era novia de Calinda, era un chica muy imperativa, me agradó mucho.

“—Mi lady estaba apuntó de besarme cuando se detuvo a preguntarme si estaba de acuerdo.— Mary rio ante el recuerdo —Soy una recluta, si no hubiera estado de acuerdo, te habría golpeado.

Calinda me suplicó silencio con la mirada, su novia no sabía que sobre el intento de beso qué trato de darme en el pasado. No mencioné nada, me alegró escuchar que Calinda aprendió la lección sobre el acuerdo mutuo antes de intentar algo con alguien.”

Caspian me comunicó qué pocas hadas vivían en Narnia, al parecer ninguna familia quería vivir cerca del castillo donde sus hijos fueron raptados. No los culpaba, a mi tampoco me ponía feliz ver esas paredes.

Sin embargo, unas horas después de mi llegada, afuera del castillo estaban esperando los niños—ya no tan niños— qué escaparon conmigo. Fue gracioso porque al principio no los reconocí.

Pase más tiempo con ellos, me contaron que ahora algunos vivían a las afueras de Archenland, otros en la cañada angosta e incluso otros en el páramo de Ettin.

Me invitaron a pasar la noche con ellos y acepté con todo gusto. Optamos por dormir en las zonas de Archenland, fueron unas lindas noches, pude conocerlos a ellos y a sus familias más a fondo.

Pero claro que no podía venir solo a convivir y pasarla bien. Caspian me dio aviso de que en unos días zarparía un nuevo barco, irían en busca de los sietes lords qué su tío Miraz pretendía atacar. Cas y su tripulación irían a buscarlos a las islas solitarias, por lo mientras, Calinda se quedaría para ocuparse del reino.

Ese era el motivo por el que Elijah me despertaba—cuando lo conocí era una cosita de trece años, ahora tenía dieciséis y me doblaba el tamaño—.

—¿Crees que vayas a regresar? —Laura de ahora quince años se acercó para abrazarme—.

—No lo sé. —respondí, devolviéndole el gesto—. Pero si no es así, le diré a Caspian que les de mis armas si no vuelvo, ¿Qué es eso de dejarlas en una vitrina?

—No des ideas,  Laura no dudará en robarse tu daga. —dijo Matthew Mientras desordenaba el cabello de la chica.

Terminé de despedirme de todos y finalmente las haditas me acompañaron al puerto.

Caspian sonrió orgulloso cuando me mostró “El viajero del alba”, el nuevo navío de la flota narniana.

—¿Es hermoso, no? Es como si fuera mi hijo.

Reí ante su entusiasmo. Conocía de ante mano el amor que los capitanes tenían a sus naves, su mirada me recordaba a mi madre cada vez que veía a su barco llamado “Maravilla”.

Las Crónicas De Narnia: 𝔼𝕝 ℍ𝕒𝕕𝕒 𝔾𝕦𝕖𝕣𝕣𝕖𝕣𝕒 [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora