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Encendimos una pequeña fogata y la señora Castor atendía la herida de aquel animal que nos ayudó, mientras los demás comíamos de lo que ella y Susan empacaron.

"Valió la pena no empacar el mapa para darle espacio a la mermelada" pensé.

-Auch- se quejó el zorro.

-Quedate quieto, eres peor que mi esposo cuando se baña-.

-El peor día del año-.

-Gracias por su gentilesa, pero no hay tiempo para curar mis heridas-

-¿Ya te vas?- preguntó Lucy.

- Ha sido un placer y un honor, mi reina- Lucy y yo nos miramos con las cejas alzadas por el como se había dirigido a ella -Pero el tiempo es corto y Aslan en persona me a enviado a reunir más tropas-.

Los castores se miraron felices y asombrados.

-¿Has visto a Aslan? -preguntó la señora Castor con una sonrisa.

-¿Y cómo es él?-.

-Como todo lo que hemos escuchado- giró su mirada hacía nosotros -Estarán felices de poder pelear a su lado contra la bruja-.

-No vamos a pelear contra ella- dijo Susan rápidamente.

-Pero sí el rey Peter y la guerrera Adeena, es lo que dice la profesia-

¿Cómo dices que dijiste? ¿Guerrera yo?

-Son necesarios en esta pelea- nos recordó el castor.

Peter y yo nos miramos, ayudaría en lo que más pueda, pero mi objetivo principal era salvar a Edmund y al señor Tumnnus.

Yo no era ninguna guerrera.

-Solo quiero que regrese mi hermano-.

Y yo quiero que regrese para abrazarlo y golpearlo.

~~~~~

El sol había salido y habíamos caminando bastante para llegar con Aslan lo antes posible.

Estaba cansada, mis piernas dolían y unos metros atrás la nieve casi entra mis zapatos.

-El campamento se Aslan esta cerca de la mesa de piedra cruzando el río congelado- nos indicó el Castor.

-¿Río?- preguntó Peter.

-Sí, lleva más de cien años congelado-.

-Está demasiado lejos- dije, probablemente tardariamos días en llegar.

-Así es el mundo, querida ¿esperabas que fuera pequeño?-

-Más pequeño- habló Susan con un tono acusatorio.

Seguimos nuestro largo camino hacía el río. Caminábamos en línea recta, los castores iban adelante, Susan detrás de ellos, después Lucy, y al final Peter y yo que caminábamos juntos.

-Ten confianza en encontrarlo, lo último que necesitas en este momento es culparte a ti mismo- dije. Durante todo el camino su cara reflejó angustia y preocupación. Y basandome en lo que me dijo el otro día, sé que se está responsabilisando por todo esto.

-Debía vigilarlo y se me escapo- respondió sin mirarme y en voz baja -Si algo le sucede será mi culpa.

-¿Te cuento algo?- pregunté pero no espere su respuesta -Cuando tenía 5 años tuve un accidente. Mi hermano y yo eramos los únicos en casa, le pedí que me hiciera un cholate caliente y el accedió, me dijo que no entrará a la cocina porque podía lastimarme- Peter volteo a verme -Paso un rato y yo estaba impaciente por mi bebida, ví que mi hermano entró al baño y aproveche para ir a la cocina, pero no lograba ver, así que tomé una silla para poder subir. Al momento de arrastrarla la silla chocó con el mango del sartén y la leche hirviendo cayó, logre quitarme, pero el líquido logró alcanzar uno de mis pies y parte de mi pierna-.

Las Crónicas De Narnia: 𝔼𝕝 ℍ𝕒𝕕𝕒 𝔾𝕦𝕖𝕣𝕣𝕖𝕣𝕒 [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora