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NARRADOR OMNICENTE.

Las hermanas se encontraban abrazando los fríos cuerpos inertes de Aslan y Adeena.

­-Andando-dijo Susan al notar que el sol estaba saliendo.

-Tengo frio.

Las hermanas bajaron de la mesa con la intención de ir al campamento, pero solo pudieron dar un par de pasos antes de sentir como la tierra temblaba y escuchaban algo romperse detrás de ellas.

-Susan...- dijo Lucy al ver la mesa vacía y partida por la mitad.

Ambas chicas se acercaron estupefactas a la mesa de piedra, sin comprender lo que acababa de pasar.

-¿Y Aslan? ¿Y Adeena?

-¿Qué les hicieron?

Levantaron la vista al ver que el sol resplandecía con más fuerza, y a través de un arco de piedra vieron a Aslan con su enorme melena.

Y detrás del gran león, las hermanas vieron la figura de Adeena volando por los cielos.

-¡Aslan! ¡Adeena! - ambas corrieron para abrazar a el león, mientras su amiga se acercaba a ellas para hacer lo mismo.

-Vimos el cuchillo... La bruja- dijo Susan estupefacta.

-Si la bruja hubiera entendido el significado de sacrificio, habría interpretado la gran magia de otro modo:

"Cuando una víctima voluntaria que no ha cometido traición es ejecutada en lugar de un traidor la mesa de piedra se romperá. Y tal vez hasta la misma muerte dará marcha atrás"


–Se siente bien no estar muerta– dijo la chica mientras estiraba sus brazos y piernas –Creí que no me libraría de esta. Casi me hago encima.

Las hermanas rieron, pero la mayor avisó –Se dio la noticia de sus muertes. Peter y Edmund deben estar en la batalla.

–Tenemos que ir también- dijo Lucy mientras empuñaba su daga.

–Así será, querida, pero no solos. Suban a mi lomo, y Adeena tú ya sabes que hacer.

–Sí, sí. El cerdo al matadero, lo sé.

La chica se dio vuelta y agito sus enormes alas, mientras el gran león rugía.

Adeena se dirigió a toda velocidad al campamento. Al llegar fue a la tienda de campaña y recogió todas sus armas y al salir vio a lo lejos una cota malla, se acercó y se la puso rápidamente (por pura suerte le quedo al tamaño adecuado), también encontró un par de brazales, pero eso era todo, iría prácticamente expuesta a la batalla.

Se puso de pie y hecho una vista rápida al mapa en el cual se encontraban todas las estrategias y planes de emergencia que tenían para la guerra. Dejo el mapa y movió sus alas con fuerza para sobrevolar el campamento y partir a la batalla.

Al llegar notó fácilmente que las tropas de la bruja superaban en número a las de Peter.

Descendió con velocidad y fuerza con la intención de poder penetras las tropas de la bruja, pero antes de que pudiera avanzar 2 metros una flecha pasó rosando su cara.

–¡Ey! ¡A mi no! ¡Casi me sacan un ojo!– ningún miembro del ejército pudo articular palabra alguna. En cambio Edmund sólo abría y cerraba la boca, pero no lograba emitir ningún sonido.

Adeena siguió su camino y con fuerza se introdujo entre las tropas de la bruja, derribando a los soldados con sus enormes alas.

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Las Crónicas De Narnia: 𝔼𝕝 ℍ𝕒𝕕𝕒 𝔾𝕦𝕖𝕣𝕣𝕖𝕣𝕒 [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora