¶¶ dónde T/n está embarazada de nadie más y nadie menos que Hugh Ransom Drysdale.
Hugh Ransom Drysdale y T/n Cabrera tienen un pequeño encuentro.
De ese pequeño encuentro T/n se entera que esta embarazada, algo que no creía capaz, pero al enterarse...
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—haber....repasemos.....— murmuró Marta concentrada.
Suspiraste con calma antes de volver a prestarle atención.
—hago la maldita prueba, dos rayos positivo, una raya negativo, sencillo— hablaste rápido mientras colocabas tus manos en tu cintura. Repasando mentalmente las órdenes de Marta, era como si estudiarás antes de un examen.
—tal vez salga negativo...si sale positivo te apoyaré— hablo sonriendo mientras posaba su pequeña mano en tu hombro en señal de apoyo.
—tiene que salir negativo— hablaste sin tiempo.
Marta hizo una mueca antes de abrir la pequeña caja de cartón frente a ustedes, sacando una prueba de embarazo efectiva.
Después de confirmar que en vez de tomar tus pastillas anticonceptivas tomaste vitaminas, ambas decidieron comprar una prueba de embarazo, asegurándose que sea efectiva.
Sentías como tu corazón latía rápidamente a medida que avanzabas al baño, donde te harías la prueba.
Una vez que entraste, seguiste los pasos que marta te dio, no estabas mal, también sabías los pasos, pero por los nervios que sentías los habías olvidado.
—marta!!!— gritas te una vez que terminaste.
—¿ya acabaste?— escuchas su voz baja del otro lado de la puerta.
Tomaste la prueba en tus manos mientras esperabas el resultado, que no debía tardar. No la quisiste, mejor saliste del baño y le tendiste la prueba a Marta.
—yo no entiendo— mentiste mientras te cruzaba de brazos para verla.
—b-bueno solo debemos esperar poco— hablo ella dándote una sonrisa dulce, tratando de calmar tus nervios.
Alzaste ambas cejas fingiendo sorpresa.
Viste como Marta bajaba su mirada a la prueba en sus manos, mientras fruncia su ceño. Alzó su mirada hacia ti, en cuanto la viste sabias lo que iba a decir.
—am.....e-es positivo— murmuró apretando sus labios en una fina línea.
Abriste ambos ojos como platos, sentías como tu respiración se cortaba.
—ah maldición— dijiste dando la espalda hacia marta, mientras pasabas tu mano por tu cabello.
—no te ha... ¿Bajado?— pregunto con cierta pena al mencionarlo, que lo dijo casi en susurro.
Aunque estabas de espaldas Marta sintió como tu cuerpo se tensaba, por la forma en la que alzaste lentamente tu cabeza.
Fue cuando diste vuelta, mostrando tu cara de confusión.
