Prólogo

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Prólogo

Parte 1/2

Abriste tus ojos lentamente al sentir los rayos del sol sobre tu rostro

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Abriste tus ojos lentamente al sentir los rayos del sol sobre tu rostro. Tardaste en abrir los ojos mientras te adaptaba a la luz. Sentías cómo tu cuerpo desnudo rozaba con la fría manta blanca encima tuyo. Sintiendo un leve dolor de cabeza.

Pasaste tu mano por tu cara mientras te frotabas los ojos en espera de poder abrirlos más. Cosa que resultó poco a poco.

Fue ahí cuando abriste bien los ojos, pudiendo observar la habitación donde te encontrabas.

Definitivamente no era la tuya.

Las paredes color terracota, con algunos cuadros colgados sobre paisajes. La habitación estaba amplia, desde tu punto de vista lo podías notar.

Te diste vuelta lentamente, hasta quedar cara a cara con un sujeto a tu lado.

Estaba dormido, pues sus ojos estaban cerrados mostrando sus grandes pestañas, su torso estaba desnudo, solo la manta blanca cubría de la cadera para abajo.

Su pecho subía y bajaba tranquilamente, durmiendo sin preocupaciones.

Si cabello castaño estaba desordenado, pues tenía unos pocos mechones en su rostro, sus gruesos labios rojizos estaban entreabiertos, no pudiste evitar observar su mandíbula, era una de tus debilidades en un hombre.

No negarías que se te hizo guapo, el ángulo en el que estaba.

Pero entraste en razón al volver a sentir como la manta fría se pegaba a tu cuerpo, asomaste solo la cabeza, para confirmar tus sospechas.

Tomaste asiento en la orilla de la cama, con cuidado de no despertar al hombre a tu lado, que seguía durmiendo con tranquilidad.

Tu mirada escaneo cada detalle de la habitación.

En el suelo estaban prendas de ropa tiradas, al igual que zapatos, un verdadero desorden. Con tu mirada buscaste tu celular, al verlo tirado a los pies de la cama, tomaste un saco gris que estaba tirado a tu lado, te lo colocaste y caminaste hacia tu teléfono.

Al revisarlo pudiste ver cuantas llamadas perdidas tenías de tu hermana y madre, al igual que mensajes, revisaste la hora, la cual marcaba 9:18 am.

Rápido caminaste hacía el baño, no conocías el lugar, pero rápido supiste que esa puerta daba al baño, puesto que una leve luz sobresalía.

Al llegar cerraste con cuidado la puerta, sin hacer mucho ruido pegaste tu espalda a la fría puerta, mientras suspiraba tratando de recordar algo. Tu mirada recorrió cada parte de este, de inmediato supiste que era un hombre con buena estabilidad económica, el baño era bastante elegante, con cosas caras.

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