¶¶ dónde T/n está embarazada de nadie más y nadie menos que Hugh Ransom Drysdale.
Hugh Ransom Drysdale y T/n Cabrera tienen un pequeño encuentro.
De ese pequeño encuentro T/n se entera que esta embarazada, algo que no creía capaz, pero al enterarse...
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—espere solo son..... ¿Movimientos?— preguntaste confundida.
Evelyn asintió con una sonrisa, volvió a mover el aparato en tu estómago.
—te dije, pero eres muy dramática— contesto Ransom con brazos cruzados mientras recargaba su mano en el puente de su nariz. Lo volteaste a ver con enojo.
—pues me asuste— dijiste rodando tus ojos. Volviste tu vista a la pantalla donde claramente reflejaba a tu pequeño bebé.
—es normal, contando que eres madre primeriza— comentó burlona.
—y dramática— repitió Ransom.
—tu no hables— apuntaste con tu dedo índice hacia el, el se encojio de hombros.
—todo esta bien en el bebé, no hay nada malo, de vez en cuando hará pequeños movimientos, pero todo en orden— hablo con una sonrisa. —también se puede mover por que en veces les da hipo, por el frío— comentó.
—ow..... De verdad me había asustado.... Pensé que era... Hum... Ya sabe— comentaste moviendo nerviosamente tus manos.
—creyó que era un aborto, pero ya le dije que no podía ser— hablo Ransom rodando los ojos.
—es normal creerlo, yo igual lo pensaría, pero todo bien— repitió ella.
—¿y tu como sabes de eso?— preguntase a Ransom.
—ya te dije, experiencia— repitió.
—¿fuiste pediatra a caso?— preguntaste y negó. —¿entonces como sabes?–
—es algo privado ya te dije— comentó con irritación, ignorandote, su vista se pego a la pantalla.
Rodaste los ojos antes de copiar su acción.
***
—Bien, ya sabes cualquier cosa me contactan— hablo Evelyn observando como caminaban a la puerta —oh, señor Drysdale, también ahí otra técnica para el frío, viene en los folletos que les di— comentó señalando hacia los papeles que traía Ransom en mano.
Este asintió antes de salir del lugar, tu ya estabas fuera esperando en el auto dentro. Una vez que se adentro en este lo prendió en marcha.
Tal vez esté era momento para cuestionarlo sobre el gran vendaje en su mano y su desaperecida en las dos semanas.
—¿que te paso en la mano?— preguntaste observando el lugar recién mencionado. Ransom bajo su mirada a su mano para después negar.
—nada— dijo sin interés.
—algo te paso, la traes vendada— insistías tu.
—nada, ya te dije T/n, no seas insistente— comentó con enojo.
