¶¶ dónde T/n está embarazada de nadie más y nadie menos que Hugh Ransom Drysdale.
Hugh Ransom Drysdale y T/n Cabrera tienen un pequeño encuentro.
De ese pequeño encuentro T/n se entera que esta embarazada, algo que no creía capaz, pero al enterarse...
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Suspiraste con cansancio mientras te parabas del suelo frío. Rápidamente llevaste tu mano a tu vientre.
—¿Quieres matarme acaso bebé?— preguntaste al bulto en tu vientre.
Te acercaste al lavabo mientras abrías la llave, acercando tu rostro y manos para remojar ambas.
En cuanto sentiste el agua tibia que corría por todo tu rostro sentiste alivio.
Una de las partes que más odiabas del embarazo eran los horribles mareos.... Incluyendo las agruras, ascos, vomitadas.
Era una lista infinita de tragedias para ti.
Apenas era de mañana y ya empezaste el día mareada.
Para tu suerte tu madre y tus hermanas estaban abajo, viendo su típica novela de los martes.
Estaba lista para bajar, hacerles compañía, no te quejabas, te entretenidas con cualquier cosa que salía por la televisión.
Tu celular comenzó a sonar, el sonido era bajo, al parecer estaba debajo de las cobijas amontonadas en tu cama.
Con rapidez lo buscaste entre estás.
Cosa que conseguiste rápido.
En la pantalla marcaba un número desconocido.
Dudaste sólo unos segundos en responder. Cuando tomaste el celular en tus manos y contestaste.... Estabas confundida por la voz del otro lado.
—¿T/n?— preguntaron del otro lado de la línea, una voz masculina que por alguna razón se te hizo conocida.
—¿quién habla?— preguntaste sería.
—soy yo, Harlan— hablo con emoción. Tu en cambio abriste los ojos como dos platos.
—¿Harlan? el abuelo de Ransom ¿no?— preguntaste más fuiste interrumpida.
—le supe mover al cuadrito mágico, no sabía que tenía que pagar por llamar— se quejo al mismo tiempo que lo decía con emoción. —las computadoras son más fácil— hablo.
—wow... Am supongo que ¿hola?— dijiste no muy segura. No sabías iniciar una conversación por teléfono, asegurabas que te sonrojabas de la vergüenza.
—T/n.... Seré rápido.... ¿Has visto a Ransom?— pregunto con rapidez. No pudiste haber evitado pensar en Marta.
—si, lo vi hace unos días— hablaste segura.
—comprendo.....oye T/n.... ¿Te gustaría ayudar a este viejo?— pregunto con el tono más depresivo que pudo.
