¶¶ dónde T/n está embarazada de nadie más y nadie menos que Hugh Ransom Drysdale.
Hugh Ransom Drysdale y T/n Cabrera tienen un pequeño encuentro.
De ese pequeño encuentro T/n se entera que esta embarazada, algo que no creía capaz, pero al enterarse...
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[4 meses después]
—T/n!!!— grito Marta mientras se colocaba su abrigo gris.
—estoy en la cocina!!— gritaste con tu vista atenta a tu computadora.
Escuchaste los pasos de ella acercarse, hasta detenerse en la entrada de la pequeña cocina.
—ya me iré a trabajar, ¿no ocupas nada?– pregunto acercándose mientras acomodaba su abrigo.
—nop— negaste tomando una galleta del paquete a lado tuyo.
—¿de cuales galletas son?— pregunto ella cruzándose de brazos.
—De coco— tomaste el paquete en tus manos para enseñarlo.
Marta era muy estricta al hablar sobre los cuidados a tu bebé, y tu igual los conocías bien, pero de vez en cuando desobedecias las reglas.
No te permitían casi el dulce, aparte no lo acostumbrabas mucho, pero por alguna razón se te antojaba... Bueno si había razón.
—si ocupas algo puedes llamarme... Aunque estaré ocupada hoy— hizo una mueca.
—¿la familia estar ahí?— preguntaste desviando tu mirada a ella, mientras entrecerrabas tus ojos. Marta asintió en respuesta.
—sip... Todos, también tengo que ayudar a Fran, ella tiene todo el trabajo— suspiro cerrando sus ojos.
—¿y si yo te ayudo?— preguntaste sonriendo.
Marta abrió los ojos y frunció el ceño.
—no, no te preocupes yo puedo— dijo para después sonreir.
—oh vamos!!! Puedo hacerlo, el simple hecho de que este embarazada no significa que no pueda hacer cosas— te cruzaste brazos.
—pero mañana tienes revisión— recordó apretando sus labios.
Sabía que eras capaz de hacer muchas cosas en tu estado, pero a veces eras muy terca, cosa que le molestaba.
—si bueno, solo te ayudare con lo principal— hablaste mientras te para as de tu lugar, dejando ver tu grande sudadera.
—no lo se.... Mamá se enojara si sabes que no estas en casa descansando— hablo con un tono inseguro.
Tu madre, al igual que Marta, era estricta en detalles del embarazo.
Cuando le comentaste la inesperada noticia no tardo en llevarte una línea de cuidados.
Algo que odiaba, era que te preguntara por "el padre", te safabas desciendo que el estaba fuera, pero te ayudaba desde donde sea que estuviera. Aunque no la veías muy convencida, interrogaba a Marta, otra cosa que odiabas, ya que Marta no podía mentir.
