¶¶ dónde T/n está embarazada de nadie más y nadie menos que Hugh Ransom Drysdale.
Hugh Ransom Drysdale y T/n Cabrera tienen un pequeño encuentro.
De ese pequeño encuentro T/n se entera que esta embarazada, algo que no creía capaz, pero al enterarse...
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(27 de marzo)
4:26 pm.
—Que tenga nuez— hablaste hacia el ojiazul, el cual solo te escaneo con su mirada antes de asentir. Sonreiste con tu fingida inocencia al ver cómo Ransom se marchaba hacia la puerta principal para salir de la casa y poder cumplir tu manifestado antojo. Si bien de algún modo u otro lograbas manejarlo a tu antojo, algo que el jamás permitiría.
En cuanto escuchaste el auto irse, soltaste un largo suspiro.....bueno, en lo que llegaba tardaría más tiempo, contemplando que tú dichoso antojo de helado es de una tienda muy bien distribuida, donde se han tardado largos minutos para poder conseguirlo.
Te levantaste del gran sofá, dispuesta a distraerte por los largos y curiosos pasillos de la casa. Si, había un lugar que tanto te gustaba de la casa, era la oficina de Ransom, sus colores otoñales y el olor a vino con una rara combinación a madera era perfecto. Así que caminaste segura hacia la dichosa oficina. Toda la casa tenía esos toques, pero aquella oficina le quedaba pequeño el saco, era perfecta.
No era sorpresa ver todo acomodado, Ransom tenía eso en especial, era perfeccionista, y coleccionista, parecía tener un raro fetish por cosas antiguas, todos aquellos libros en sus estantes solo eran por qué le llamaba la atención el diseño, aceptaba que solo leía los libros de su abuelo, pero ni el se lo creía.
Te dejaste caer lentamente sobre la silla de escritorio, sientiendo el embriagador perfume de Ransom. Su escritorio tenía ese mismo toque antiguo, hecho de madera y un color bastante llamativo.
Aburrida sin más que hacer, solo dar vueltas en la silla, pero valla que eso lograría marearte. Comenzaste a husmear entre los diversos cajones, tomando el atrevimiento de arrastrarte por la silla, tus pies últimamente se han vuelto un martirio, contando que apenas das cinco pasos y ya te quejas.
Encontrando botellas de licor, libretas y más cosas que sabías que eran a su gusto. En el último cajón, mientras aceptabas el no encontrar nada con lo que pudieras divertirte o por lo menos distraerte, dispuesta a cerrar el cajón antes de que tú atención se plasmara en algo al fondo, una carpeta que lograba sobresalir por su color diferente a las demás cosas.
Con tu ceño fruncido te inclinaste para tomarla, la curiosidad te llenaba en cada parte, en especial cuando examinaste más de cerca. El color amarillo piña era muy diferente a los demás colores neutros y terracota del lugar. Admitias que podías reconocer a Ransom por esos colores que de alguna manera le sentaban bastante bien.
La carpeta amarilla con unas iniciales al frente color azul y blancas, se veía un poco gruesa, pero no tanto. Te mordias la mejilla cada segundo que pasaba, la curiosidad te decía que revisaras aquella carpeta con contenido irreconocible, mientras el otro lado te decía no hacerlo por privacidad de Ransom....Pero si fuera privado estuviera en otro lugar ¿No?, Aparte hablaron sobre el ocultar cosas y el no te ocultaba nada, N A D A. Tus dedos pasaron por las esquinas de la carpeta sintiendo un escalofrío sin razón.
