Snape. Snape. Snape. Mi Snape. Él podría morir. Y por mi culpa. La bestia me quería a mí. Me habría ido de buena gana, si lo hubiera dejado en paz. Sólo me quería a mí. Dijo que lo dejaría en paz si me iba con él. Snape... Él me salvó. Arriesgó su propio cuello para alejarme. Se arrojó delante de mí en la primera señal de peligro. Entre el vampiro y yo. Estaba indefensa. Busqué, me quedé helada. DEJÉ CAER MI VARITA. ¿Qué está mal conmigo? Él era tan preciso... Tan experto, algo que sólo podía soñar ser.
Corrí rápido. Más rápido de lo que nunca en toda mi vida. No me importaba lo que la gente pensara viéndome correr así. Tenía que buscar ayuda. Tenía que conseguir a alguien para él. No había manera de que dejara que le pasara nada, nunca me perdonaría ello.
Estaba en el castillo, corriendo a través de los pasillos. Debía ser la hora del almuerzo, ya que los pasillos estaban vacíos. Hice un giro brusco a la derecha, por suerte cerca de la puerta del Gran Comedor. Me eché a través de la puerta de entrada. Todos los ojos me miraron, con la cara roja y jadeando por aire. Me detuve en la puerta, con tiempo suficiente para que la profesora McGonagall me preguntara cuál era el significado de esta entrada.
-Señorita Vitrosis, ¿Algo anda mal?
Ella se levantó. Yo estaba demasiado cansada para correr hacia ella, así que grité, aun con la respiración entrecortada.
-¡Snape!... ¡El profesor Snape! El vampiro... nos atacaron... Él me hizo correr... ¡Y-tiene que ayudarlo! ¡Podría morir! - mis palabras eran un revoltijo junto con mis respiraciones. Todos los profesores corrieron hacia mí, la profesora Sprout se detuvo para ayudarme. Ella puso una mano preocupada sobre mi hombro, y mis ojos se movían alrededor del gentío de forma presionante. Flitwick y Filch reunieron a los estudiantes y los llevaron a un lugar más seguro. Los otros se apresuraban por todas partes.
-Necesitas descansar, querida... podrías utilizar alg-.
-¡No! ¡Tengo que ayudarlo! - exclamé, con voz tensa. Dumbledore y McGonagall estaban por mí ahora.
-¡Oh, no, es mucho más que peligroso! - McGonagall se puso firme al instante. Protesté.
-¡Pero usted no sabe dónde está! ¡Sería más fácil y más rápido que les mostrara! - Los persuadí. Y estábamos perdiendo tiempo haciendo esto. Cuanto más tiempo tomaba explicando cosas, más tiempo le daba al vampiro para lastimar a Snape. ¿Y si vinieron más para ayudar a su compañero? Él estaría pérdido, seguro. La sola idea me mataba por dentro.
Todavía estaba llorando. Sólo de pensar en todo esto me dolía más. Lo dejé en manos de una bestia sedienta de sangre. Los profesores estaban discutiendo acerca de si o no permitirme guiarlos. Esto estaba tomando demasiado tiempo. Di un paso hacia adelante, lejos del alcance de la Profesora Sprout.
-¡Síganme! ¡No discutan! ¡Esto es más rápido! - Fue todo lo que dije antes de correr hacia donde dejé a Snape.
Corrí, aunque a un ritmo más lento para que los demás pudieran alcanzarme. Cuando finalmente llegamos al lugar donde habíamos sido atacados, era peor de lo que esperaba.
Snape estaba obviamente débil. Tenía varios cortes en su cuerpo los cuales sangraban, su capa estaba desgarrada y tenía una herida en la cabeza. Grité.
-¡Snape! - Apenas tuvo tiempo para mirarme cuando uno de los nuevos Vampiros, que ahora eran cuatro de ellos, lo atacó.
Él había hecho un gran daño en ellos, por supuesto, y uno estaba tirado inconsciente sobre la nieve. Otras dos, entre ellos el primer hombre, estaban ensangrentados por sus propias heridas. Grité de nuevo mientras Snape caía.
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To Mend The Broken Heart (Severus Snape)
FanfictionEn el sexto año de Claudinia Narissa Vitrosis, ésta es considerada una paria, ella es en efecto, solitaria. No tiene la valentía de ponerse de pie y hablar por sí misma... Bueno, literalmente. Ella nunca habla, esto es debido al abuso de su padre, u...