Capítulo Veintiocho: Realidad Alterna.

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Cassandra. Cassandra Burkely. Algo sobre ese nombre... Sabía que en la escuela había docenas de Cassandra's, pero ¿Por qué iba aparecer una al azar en el mapa? Debe tener un propósito. Por lo tanto, me vi obligada a seguir sus pasos.

El nombre estaba descendiendo rápidamente más allá del Gran Comedor, así que tenía un pequeño viaje que hacer antes de alcanzarla. Yo no quería decepcionarme, así que decidí tomar el consejo de Snape en esto y no hacerme altas ilusiones. Mientras hacía mi camino hacia abajo, mantuve mi equilibrio lo más silencioso posible, manteniéndome alejada de los prefectos y tal; que era mucho más sencillo ahora, con el mapa y todo para informarme con anticipación.

-Debe ser una pista - Murmuré para mí misma. Seguramente esto significaba algo: tenía que hacerlo. He estado suplicando por una pista de mi pasado todo este tiempo, y ahora sé que he encontrado una. ¿Podría ser el fantasma de mi madre? No había manera de que pudiera estar en el castillo: eso era completamente absurdo, sino también imposible. Sin embargo, no tenía ningún sentido. Alguien sabría si el espíritu de mi madre acechaba sobre el castillo. Además, ella era muggle. Ella no podía estar aquí. Por lo tanto, debía ser una prefecta.

Aunque algo me dijo que no lo era. Una fuerza me instó a seguir adelante. Finalmente, después de lo que me pareció una eternidad, doblé en la esquina por donde los pasos iban. Corriendo a un ritmo vertiginoso, el cual me espantó ¿Por qué estaría un estudiante corriendo tan rápidamente? Ni siquiera era después de horas todavía.

Planté mis pies firmemente en el suelo, y esperé a que el objeto de mi atención se acercara a una velocidad alarmante. Me quedé mirando el mapa. A pocos metros de distancia... Sólo unos pocos... Sólo... Más cerca... Y justo como se podría suponer, no salió nada. Los pasos zumbaron sobre mí, sólo el sonido de un golpe ligero y una leve pausa indicando que algo estaba ahí. Yo estaba aturdida. Debió ser un fantasma.

-*-

Caminé hacia la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, cerca de los bordes del bosque. Hagrid aparentemente tenía algo que nos quería mostrar a todos nosotros, ya que su entusiasmo rebosaba. La última vez que esto ocurrió, Buckbeak era el recién llegado, y todos sabemos que no terminó bien. Esperemos que esto resulte mejor, por el bien de Hagrid. El hombre gigante se mantuvo de pie con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa en sus rústicos labios marrón-barbudos.

-Ahora clase, presten atención. Tengo una lección especial para hoy - Anunció. Todos volvimos la atención a él, silenciosos. Hagrid se hizo a un lado, dejando al descubierto una criatura enjaulada. Luna al instante supo lo que era, por supuesto. Ella parecía saber todo sobre todas las criaturas comúnmente desconocidas.

-Es un hada - Ella señaló. Eso era evidente, y un poco más interesante de lo que pretendía. Las hadas eran hermosas criaturas, aunque diabólicas. Eran criaturas apasionadamente silvestres; Hagrid gratamente continuó con sus enseñanzas.

-Eso es correcto. Y yo soy el único conocido que domesticarlas - Se regodeó.

En la parte de atrás de la multitud, Draco Malfoy se burló con altivez.

-Cierto - Él desafió. Hagrid siguió tranquilamente con su lección, ignorando al chico Slytherin.

-Un día desperdiciado en ver hadas - Murmuró Draco, y sus matones, Crabbe y Goyle, rieron entre dientes. Hagrid se movió incómodo, y recordé el otro día con el Boggart. Él felizmente había guardado mi secreto, y no me juzgó ni me preguntó por un segundo. Se lo debía. Me aclaré la garganta, todo el mundo vio con asombro como la niña silenciosa daba un paso adelante hacia la hada enjaulada y habló. Puse mi mano en la jaula, medio temerosa de que el hada me atacara. Aunque yo actuaba como si tuviera una fe total en que la criatura estuviera mansa.

To Mend The Broken Heart (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora