Capítulo Veintinueve: Sé Quién Eres.

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Un largo y rizado cabello rubio cayó en mi regazo, su pálida piel, tan pálida que brillaba contra mis túnicas negras. Llevaba un suéter azul cielo andrajoso que colgaba sobre su huesudo cuerpo, y un par de jeans de mezclilla con zapatos de lona negros. Murmuró cosas incoherentes y movió la cabeza. Yo todavía estaba en shock por todo, sin mencionar que mi gata era una Animaga.

Entonces me di cuenta. El cabello. La cara. Todos sus rasgos... la he visto en alguna parte, sólo que no podía recordar exactamente. Todo lo que sabía era que mis instintos básicos decían lo mismo. Salvar a la persona. No importa la forma, ella seguía siendo mi amiga, y yo tenía que ayudarla.

No estoy segura de cómo la voy a llevar todo el camino de vuelta al castillo. Ella tenía que tener al menos treinta y cinco o treinta y seis años de edad. Y ciento cincuenta libras más o menos. No podía llevarla. Así que, me conformé con arrastrarla.

La tomé de los brazos, sosteniendo firmemente sus muñecas y comencé a arrastrarla por el bosque, hacia la escuela. Después de un minuto de jadear y resoplar, tirando del peso muerto, oí pasos corriendo detrás de mí. Grité y dejé caer uno de sus brazos, tirando de mi varita. Ya era un poco tarde, sin embargo, y el recién llegado estaba a mi lado, mirándome. Registré a la persona justo después de darle un codazo en las costillas. Era Snape. Di un grito ahogado.

-¡Lo siento mucho! Pensé que... eras uno de ellos - Tartamudeé. Snape agarró mi mano y la besó para tranquilizarme.

-Estoy bien - sus ojos negros bajaron al cuerpo tendido en frente de mí, examinándola rápidamente. Me miró de nuevo a mí.

-¿Mataste a alguien?

Miré a... Ni siquiera estoy segura de cómo llamarla nunca más. Seguramente su nombre no es Camisón. Miré a Snape.

-No, es mi gata - Me miró como si estuviera gastándole una broma - ¡Tienes que ayudarme! Ella está herida... - Mi voz bajó a un débil susurro - Ella podría morir, Snape. Ella es mi amiga. Ella me salvó.

Snape suspiró y asintió con la cabeza, tomando a la mujer en sus fuertes brazos, y examinó la zona rápidamente.

-Mantén afuera tu varita, Claudinia - Él ordenó severamente, y así lo hice, siguiéndolo hacia la escuela.

Tan pronto como estuvimos en presencia de otra persona, la cual resultó ser un Gryffindor de séptimo año que no conocía, recibimos ayuda. En toda la locura y la confusión, me separaron de Snape y mi amiga Animaga. Tropecé, buscando en multitud, cuando tuve la idea de ir al ala de enfermería (obviamente). En el camino, me topé con Snape.

Exigió una explicación de por qué estaba en el Bosque Prohibido, y de que me había salvado ella. Él ya lo sabía, no lo dudo; pero él quería oírlo de mi. Así que, le expliqué:

-El Vampiro de antes... Me arrastró hacia el bosque durante la clase del profesor Hagrid... Me dijo cosas... Me dijo que tenía una hermana gemela, y que ella era un vampiro como él, pero ella murió dos días después de nacer. Pero su espíritu de alguna manera entró en mí, y que por eso soy... diferente. En todo la locura, mi gata se presentó y lo atacó. Él la lanzó contra un árbol, y yo... yo... He hecho algo... Más.

Snape me dio una mirada desconcertada.

-¿Algo más? ¿Quieres decir ¿Crees que te convertiste en ella? - Los dos sabíamos a lo que "ella" se refería. Me mordí el labio inferior y asentí con la cabeza. Pasé los dedos por mi cabello.

-Tal vez él estaba en lo cierto. Eso explicaría muchas cosas. Como cuando me siento y comporto diferente cuando estoy enojada. Hermione dijo que mis ojos se pusieron rojos cuando sucedió antes.

To Mend The Broken Heart (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora