Capítulo Once: Mensajes Contradictorios y Una Primera Navidad.

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Corrí de regreso al castillo y entré por la puerta principal, con la cara enrojecida y el corazón latiendo fuerte en mi pecho. Miré a mí alrededor. Vacío. Camisón maulló y yo asentí, en dirección a las escaleras, donde podría esconderme en mi habitación, aún estaba paranoica de que padre viniera a por mí. 

Mientras subía las escaleras, me encontré con alguien: Dumbledore. Él me miró, la preocupación se adueñó de su viejo rostro. Le eché un vistazo antes de estallar en lágrimas. Él me tomó en sus brazos y me palmeó la espalda con dulzura.

-Dime lo que pasó, Claudinia - tranquilamente ordenó y asentí contra su pecho. Me aparté y le limpié el rostro con las palmas de mis manos. Me senté en mi maleta.

-Cuando llegué a casa, padre estaba dormido, pero luego despertó y le hice un poco de café, estábamos hablando y se me escapó de que tenía una gata... se enfureció tanto y exigió saber dónde estaba escondida... yo sabía que le iría a hacer algo horrible, así que le dije que no le diría... me golpeó y luego me dio una patada... Y-y he usado un hechizo sobre él... él vino corriendo a mí porque no tenía su varita... así que en estado de pánico usé Legeremancia en él... vi a mi m-madre... él me llamó monstruo... ellos discutían por mí... luego, cuando todo terminó, padre estaba llorando... él ni siquiera me miró... así que corrí... - terminé mi historia, con las lágrimas aun brotando de mis ojos, había empezado a llorar en mitad de la explicación.

Dumbledore, asintió en silencio para mostrar que entendía, me ayudó a levantarme. A continuación oí pasos, Dumbledore miró por encima de mi cabeza.

-Ah, Severus - giré sobre mis talones para mirarlo. El Profesor Snape nos miró engurruñado a Dumbledore y a mí, con sus profundos ojos negros, pasmado. ¿Qué pensaría de mí? ¿Estaría orgulloso de mi? ¿Enojado porque me metí en este tipo de situación?

Él sólo se quedó allí. Sólo un segundo después, sólo un segundo, corrí a él y me arrojé contra su pecho. Sentí las lágrimas derramarse, una vez más. No sé por qué corrí al Profesor Snape de esa forma pero me sentía... segura. Sentía como si este hombre pudiera ofrecerme protección y confianza. 

-Profesor ¡Lo hice! ¡No dudé! - tartamudeé a través de las lágrimas. Poco a poco, sentí que el confundido hombre puso sus brazos alrededor a mí, dudosamente. Me acarició la espalda como lo hizo Dumbledore. Las lágrimas que se derramaban de mis ojos se convirtieron en lágrimas de alegría. Me sentía tan orgullosa, tan experta. Estaba tan feliz de que me devolviera el abrazo, aunque era muy ligeramente. Lo que Dumbledore había dicho ayer regresó a mi mente.

A continuación, el Profesor Snape me apartó y me echó un vistazo.

-¿Por qué estás lloriqueando sobre mí, niña insolente? ¿Y qué te pasó en el ojo? - regresó a su áspera personalidad, extendió la mano y tocó (mi entrepierna, nah mentira) la piel alrededor de mi ojo. Me aparté haciendo una mueca de dolor.

-Padre... - mi voz se apagó.

-¡Tú padre no puede seguir con tal violencia injustificada! - él gruñó. Me empujó a un lado y se acercó más a Dumbledore. Abrí los ojos por su inesperada respuesta, me limpié la cara  con mi chaqueta. 

Dumbledore parecía tranquilo de esta explosión repentina del Profesor Snape y asintió con la cabeza.

-Sí, Severus, creo que esto ha ido demasiado lejos. 

-¿Q-Qué quieren decir...? - le pregunté a los dos hombres ¿Qué iban a hacer?

-No puedes ir allí, Claudinia, no es seguro para ti - dijo Dumbledore. ¿No volver?

-¡Pero no tengo a nadie más! ¡Nadie! ¡Sólo a padre! - sentí pánico.

-No te preocupes, querida, vamos a encontrar a alguien que te quiera - me aseguró el director. Pero estaba equivocado. Negué con la cabeza. 

To Mend The Broken Heart (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora