Capítulo Nueve: La Discusión.

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El espacio entre nosotros me quemaba, quería gravemente acortar la distancia y abrazarlo.

Alguien llamó a la puerta. Instantáneamente nos separamos y me sonrojé. Tomé asiento en el escritorio más cercano. El Profesor Snape gritó para que entraran. Era el Profesor Moody pidiendo otra Poción, el Profesor Snape aceptó airadamente y lo echó, dejándonos a los dos solos de nuevo, sólo que las cosas ahora eran incómodas. ¡Maldita sea! ¿Por qué no simplemente hice algo antes? ¿Por qué siempre debía dudar y terminar en una incómoda situación?

-Debería preguntarle a mi padre sobre quedarme en Hogwarts... las vacaciones comienzan pasado mañana - murmuré. Debía comenzar la carta, pero esto sólo fue una excusa para irme. Tenía algunas cosas en que pensar. Él asintió con la cabeza, sin mirarme. Los dos estábamos muy confundidos. Después de escribir la carta, me di cuenta que no tenía una lechuza para enviarla. Maldita sea. Tal vez el director Dumbledore me permitiera usar la suya, bueno, valía la pena intentarlo.

Me dirigí a su oficina, esta vez él estaba solo. Me miró por encima de sus anteojos de media luna con una pequeña sonrisa. 

-Ah, hola Claudinia, ¿Cómo puedo ayudarte esta noche? - me preguntó amablemente. Me acerqué a su escritorio, con la carta entre mis temblorosas manos. 

-Me gustaría enviar una carta... pero no tengo lechuza... tenía la esperanza... ¿Podría usar la suya?

Dumbledore respondió rápidamente con su vieja voz de caballo (madre mía, vieja voz de caballo, que imaginación...)

-¡Por supuesto, por supuesto, niña! - él dijo, levantándose de su escritorio y caminando hasta su lechuza. Lo seguí.

-¿Puedo preguntar a quién va dirigida esta carta?

-A mi padre, señor - contesté. Seguramente él no sabía nada, pero su rostro se ensombreció un poco ante la mención de mi padre. Me pregunto si el profesor Snape le dijo. No, él no lo haría.

-Muy bien - abrió su mano y le di la carta. Se la dio a la lechuza ésta despegó de inmediato. Hice una reverencia.

-Gracias, director Dumbledore.

-Ah, un placer, Caudinia - él resopló mientras se sentaba en su escritorio. Me acerqué a la puerta - ¿Claudinia? - Él me detuvo, me di la vuelta un poco preocupada.

-¿S-si señor?

De repente la expresión de Dumbledore era muy seria. ¿Quería hablar conmigo acerca de mi padre? ¿Podría ser que él ha sabido todo desde un principio? ¿Y si no fue el Profesor Snape quién le dijo? ¿Y si sólo lo sabía? Me tragué el miedo y el nerviosismo.

-Le has tomado un gusto particular al tostado Profesor Snape ¿Verdad?

¿Era eso? ¿No iba a hablar sobre mi padre? Asentí con la cabeza.

-Oh, si, el Profesor Snape es una persona maravillosa que me ha ayudado a superar mis temores, porque sin él... - me detuve en seco. Él no se refería a que me gustara de la forma a la cual a una alumna le puede gustar su profesor, sino a algo más. No era posible, no había manera de que se enterara tan rápido ¡Todo acababa de suceder hace una hora! Pero yo sabía que él estaba dando a entender eso.

-¿Qué quiere decir, director?

-Severus nunca ha tenido amigos, él es un hombre muy solitario, frío, nadie nunca lo ha amado - comenzó - Sin embargo, puedo ver que has podido romper esa barrera de hielo poco a poco, nadie ha sido capaz de hacer eso, salvo una persona en particular, que al final sólo logró aumentar el dolor - la última parte me dejó perpleja, pero el continuó - Puedo ver que él le lleva mucho a usted también. 

-Director - empecé, ni siquiera segura de lo que iba a decir. ¿Negarlo? ¿Suplicar misericordia? ¿Preguntarle qué debo hacer? Él, sin embargo, me cortó.

-Solo sea consciente de sus actos, no llegue a algo que después planee abandonar, el no podría soportar ese dolor otra vez.

Otra vez... así que él ha pasado por esta situación antes. ¿Fue con una estudiante o alguien más? ¿Debo preguntar? ¿Él siquiera me respondería? Lo más probable era que se enoje, ni siquiera era mi asunto. Luego, sus recuerdos se deslizaron nuevamente a mí. La pequeña pelirroja. La misma chica, ahora mayor. Ella estaba en todas partes, en sus recuerdos. Las emociones que lo embriagaban cuando la miraba. Él abrazó su cadáver, sollozando. Él la amaba.

-Entiendo, director... yo... yo no... yo n-no quiero herir a nadie.

-No creo que lo haga, pero ten cuidado de no salir lastimada tú - advirtió.

* * *

La carta llegó al día siguiente, negando vulgarmente mi petición de quedarme en Hogwarts. Me regañé a mi misma por siquiera preguntar. Padre estará enojado conmigo.

Entonces me di cuenta: ¿Qué pasará con Camisón? Ella se quedaría aquí, sola, sin nadie que cuide de ella. Seguramente no podía llevarla a casa. Tal vez si le pida a alguien que cuide de ella, pero ¿Quién? Nadie iba a estar aquí, todo el mundo iba a desaparecer.

Tal vez podría llevarla a casa conmigo, ella no causaría muchos problemas y padre ni siquiera se daría cuenta si la mantenía en mi habitación. De todos modos es probable que ni le importe, pero la mantendré en secreto, sólo por si acaso.

En un pequeño maletín negro empaqué las cosas que tal vez pueda necesitar: dos faldas y suéteres, una blusa, un par de zapatos, dos pares de calcetines negros y tres túnicas. Tenía ropa allí en casa, pero a veces puedo necesitar algo. Después de todo, nunca se es demasiado cuidadoso. También escondí una bolsa de comida para Camisón. 

Me senté en mi cama, Camisón se acurrucó a mi lado, ronroneando, le acaricié el cuello. 

-¿Por qué estás tan feliz? - le pregunté, sabiendo que mi pregunta no sería respondida. 

Mañana partiría. Sólo espero volver sin daños visibles.

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Tengo muchas lectoras fantasmas, eso no me gusta e.e *se cruza de brazos*

Voten por el amor de Sasanach 7u7

Gracias a:

@HaeleyWilliamson

Por haberme permitido traducir su libro :)

To Mend The Broken Heart (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora