Capítulo Diez: Sin dudar.

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Bajé mi baúl y Camisón saltó encima de él, sentándose con gracia y mirándome con curiosidad. Le di una mirada agria. 

-¿Vas a dejar de estar tan emocionada? - gruñí. Ella inclinó la cabeza a un lado, maullando. Suspiré - Lo siento, tienes razón, no es tu culpa, vamos a tratar de hacer lo mejor que podamos, ¿Está bien? - Le di una sonrisa triste y ella volvió a maullar con comprensión.

Padre no estaba por ningún lado. Él siempre me esperaba adentro, no preocupándose lo más mínimo en venir y saludar, de hecho, él solía olvidarse de mi llegada. Tomé una respiración profunda intentando calmarme, abrí la puerta y entré a la casa. 

La casa estaba como siempre, limpia y ordenada.... Al instante tomé mi equipaje y subí las escaleras a mi habitación y puse la maleta en mi cama, todavía perfectamente hecha desde la última vez. Aunque mi habitación parecía estar un poco... desaliñada. Las cosas habían sido trasladadas, derribadas o incluso tomadas. Temía que alguien pudiese entrar en mi habitación, aunque eso no tenía sentido en absoluto. El gran televisor de pantalla plana estaba allí, intacto, incluso mi nuevo ordenador Apple y todas mis posesiones costosas estaban allí. Sólo un par de cosas me di cuenta que faltaban: un par de fotos de Hogwarts y una estatuilla de cristal con forma de árbol que Dumbledore me había regalado en mi segundo año.

Había regresado de las vacaciones, con marcas en mi piel a causa de la furia de mi padre. Dumbledore siempre había sido dulce conmigo y fue justo antes de fin de año que me llamó a su oficina. Me quedé allí, en silencio. Él me hizo un gesto para que entrara y eso hice. Entonces me lo dio, un tronco retorcido con ramas exuberantes ..

-Un árbol es el símbolo de muchas cosas, Claudinia, representa el crecimiento, la fortaleza y la esperanza de vida, el tronco de un árbol tiene anillos ¿Sabes por qué? - negué con la cabeza - Muestran los años y lo difícil que a veces pueden ser, el daño queda escondido debajo de los otros anillos y la corteza, no puedes verlo pero ahí está, creo que debe ser tuyo.

-Pero, ¿Por qué? - le pregunté de nuevo, acunando la estatuilla en mi pecho con cuidado.

-Creo que sabes porque Claudinia - él me dijo. Asentí con la cabeza sin dejar de mirar la estatuilla. Le había dicho a mi padre que yo misma la había comprado, porque pensé que sería suficiente. Pero ahora se ha ido, junto con todas las preciosas fotos del lugar que más me gustaba. Los recuerdos que atesoraba. Me hubiera gustado que él tomara todo lo demás. Los extravagantes artículos de lujo y la ropa de diseñador. ¿Por qué tomar mis cosas personales? 

Aún confundida sobre el tema, bajé las escaleras. Quizás padre no estaba en casa y tenía algún asunto que atender. Preferiría hacerme creer eso a enfrentar la realidad de por qué no estaba aquí para recibirme. No le importaba. En contra de mi mejor juicio, lo llamé. Supongo que no importaba lo que me hiciera, el todavía era mi padre y mi única familia. Yo aún lo quería y atesoraba, a pesar de los crueles castigos y culpas injustificadas.

-¿P-padre...? - llamé. Mi diminuta voz hacía eco. Hice una mueca, sola. Suspiré y sentí lágrimas inesperadas brotar de mis ojos. Yo sólo quería que él me amara. Tal vez si yo hubiese sido Ravenclaw, como él quería. Si mi madre no hubiese sido muggle. Si ella no nos hubiese abandonado. Yo sabría qué hacer para que él me amara, ganármelo. Me sentía como una tonta, sólo era una carga para mi padre, pero yo sólo anhelaba su amor. Que me abrazara y besara, que me deseara las buenas noches, que me consolara mientras me decía que yo era su pequeña. Dar la cara por mí. Sabía que mis sueños nunca se cumplirían. No todo el mundo tiene el padre perfecto o se queda con su madre. Hay casos peores que el mío, me recordé. Aunque era un hecho triste que siempre utilizaba para consolarme.

Entonces, escuché un arrastramiento de pies en la parte superior de las escaleras. Miré hacia arriba con optimismo, no segura de qué pensar ¿Debo tener miedo?

To Mend The Broken Heart (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora