Un nuevo despertar - SEGUNDA TEMPORADA

11 2 0
                                    


YO V

Las semanas pasaron rápidamente, con velocidad luz.

Las notas ya estaban, y muchos habían desaprobado apropósito para poder obtener mejores notas el año entrante. Lana y Wen ingresaron a la "mejor" universidad, todo valía la pena, e incluso el dolor que sufrieron en ese lugar.

-Felicitaciones a los engrasados 2021- el director de la escuela miraba con orgullo a cada uno de sus alumnos- Me siento honrado de que cada uno de ustedes haya sido parte de esta familia- se apartó de su micrófono e hizo una gran reverencia-

Todos se pararon y se inclinaron con respeto a su maestro superior.

Al caer la noche, las amigas de Lana estaban armando su carpa al lado de la pileta, los tres hombres estaban del otro lado del agua.

-Vamos a comer- Lana caminaba junto a su hermana Clara- Les quiero presentar a mi hermana mayor, ella es Clara, el es Beojun, pero con cariño le digo Bey Bey, ella es Yun y ella es Ji- presentó a sus amigos con mucho cariño- Y bueno a ellos ya los conocés- abrazó a los dos restantes-

Todos se inclinaron con respeto, también estaban asombrados de que la frágil Clara fuera una "doctora" muy destacada y sobresaliente. E incluso creían que ella y Lemuel eran los focos de Lana y estaban en lo correcto. Eran los focos y la fuente principal que motivaba a Lana a querer mejorar y superarse ella misma.

En la larga mesa, estaba toda la familia Castinger. Eso hizo que los invitados sintieran algo de envidia, pero se sentía feliz de estar allí. Los hermanos y la cuñada de Lana la abrazaron con mucho cariño e incluso le dieron esos dulces golpes que solamente ellos podían hacerlo. Sus padres los observaron con orgullo, sabían que sus hijos (e incluso Éliza) se habían esforzado lo suficiente e incluso habían dado 1000% de ellos para alcanzar sus metas. Yo fui y soy testigo.

La mamá de Lana los había sorprendido con una rica chocotorta, tan rica que le suplicaron que los volvieran a invitar a comer ese delicioso postre. Lana por su parte comía helado de agua con su seño fruncido por no probar ese bocado. Seung, la pateó suavemente y le ofreció un poco (muy poco) a lo que ella aceptó con sus ojos brillantes. A Seung le pareció ver una estrella, por lo que solo sonrió. Lemuel vio que los presentes masculinos sentían atracción por su hermana menor, por lo que con sus grisáceos ojos intimidó a esos jóvenes en busca de amor. ¡Oh, Lemuel, algún día sus alas volarán! Los tres se sintieron inhibidos, aunque no todos tenían hermanas sabían de ese sentimiento de protección. Lana se dio cuenta de que Lemuel estaba más que celoso, por lo que decidió romper el hielo.

-Jugamos un trucardi- frotó sus manos en forma de preparación- Vamos-

Sus hermanos se negaron rotundamente, sabían que Lana era realmente mala en el truco, aunque le gustara.

-Bueno, che, que amargados que son y ...¿un cuarteto? Que tal al Potro- se paró a reproducir música-

Con sus pasos gracioso y desalineados invitó a su madre a un pequeño baile, luego su padre y finalmente su hermano.

-Bailas horrible- Lemuel la abrazó con cariño-

-Mentira, sé que bailo mejor que todos acá- besó la mejilla de su hermano- Te amo bol***-

Se sentaron y rieron por sus payasadas. Los jóvenes recién graduados no estaban acostumbrados a estar hasta tarde despiertos, por lo que sus ojos parecían cansados. La mesa se levantó entre todos.

-Clara, ¿vas a estar con nosotros?- Lana esperaba dijera que sí- Por favor, solo hoy-

Clara miró a su hermana y besó una de sus mejillas.

-No, después vemos un concierto- sonrió con picardía-

Clara se prometió que esas caras ridículas y graciosas solo serían vistas por su querida hermana menor.

Lana le rogó muchas veces, pero como resultado recibió un gran golpe en su brazo. ¡Esa frágil Clara era tremenda!

Todos se acostaron a dormir, hoy querían hablar con la almohada, pero Lana no tenía sueño. Estaba acostumbrada a estar largas noches despiertas y eso le fascinaba. Una carpa se abrió, Wen salió en busca de aire puro. Sus ojos se dirigieron a la persona enfrente de él. Amos cara a cara, con sus pies sobre el agua, tal ves unos tres metros los distanciaba. Se miraron entre ellos aunque no dijeron nada.

Wen se sumergió sobre la tibia agua. Parecía ser un tritón encantador o eso pensaba Lana.

-Vamos- ofreció su mano-

Ella sin titubear aceptó.

Flotaron en el agua en silencio. Wen era ese tipo de personas que te hacen sentir cómodo sin decir ni una sola palabra.

-¿Dónde vas a estudiar?- Lana preguntó- ¿Qué planes tenés?-

Wen pensó un poco su respuesta.

Se giró y vio que Lana lo observaba, el reflector daba sobre ella resaltando sus ojos. Tragó con dificultado.

- No te acordás que vamos a ir a la misma universidad- rió despacio- Y también quiero ser analista financiero internacional- se acercó y ambos observaron el cielo estrellado-

Lana rió como cascadas en un manantial de corriente. Causando que esa risa fuera contagiosa.

-Wen, me alegra conocerte- él sonrió- De verdad, gracias por ser parte de mí- lo abrazó-

Lana sabe que lo quiere de una forma extraña y que es indispensable para ella, pero es ese tipo de personas que no reconoce lo que es amor. Sentir la piel de él, y el fragante olor de su cabello, causó de manera involuntaria sentir la necesidad de esconder su rostro sobre su blanco cuello.

Él, con respeto le correspondió ese caluroso abrazo. Aunque temía que la pudiera incomodar.

-Lana, viniste a darle color a mi vida- susurró en su oido-

Causando que Lana sintiera templar su pecho y unas ganas incontrolables de no despegarse de su lado.

-Wen, quiero que nos saludemos de otra forma. Tal vez te sea incómodo, pero está bien si vos no querés- de golpe Lana se volvió torpe en su forma de expresarse-

XU WEN

Verla con sus mejillas de color rosa y sus manos haciendo ademanes no pude evitar sentir gran ternura.

-Wen, nos podemos saludar como en mi país. Al no hacerlo con vos, siento como si estuviéramos distanciados o peleados- Lana esperó mi respuesta- No quiero que te sintás incómodo o presionado- ella se giró para dirigirse a un baño cerca-

Al verla marchar sentí ganas de correr haca ella, pero aun no, ella aun no me ama.

-Lana, no me molesta saludarte como en tu país. Y tampoco vos invadís mi espacio personal, es más, creo que es bueno aprender de tu cultura- rápidamente me fui-

Nunca me había pasado que estar cerca de una persona me había hecho saltar el pecho. Aunque Lana no era de esas persona que se comportaban de forma "afeminada" o tierna, ella ni siquiera le salía falta hacer aegyo, pero con una sola mirada, palabra o gesto podría ser un tarrito de azúcar.

El acercarme a ella y a su familia me hicieron sentir lleno de vida. Ella es el motor que necesitaba.

¡Oh, querida Lana, si supieras que te amo incluso más allá del infinito!

YO V

Una dulce noche...un acaramelado latido de amor.

Una argentina en AsiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora