Partida y llegada

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YO V

-¡Lana! Apurate que se le va el avión a Mateo- la madre de Lana entró a la habitación apresurada-

Hoy en la mañana Mateo se marcharía hasta Argentina, ya no hacía falta que él estuviera.
Y...Clara volvería a reencontrarse con su familia nuevamente. Era tan esperado este día que Lana había estado tan emocionada que no pudo dormir bien en la noche.
De un gran salto, pilló algunas prendas que habían en la silla del escritorio y dio marcha hasta el living  donde sus padres junto a Mateo estaban en medio del desayuno. Fue un pequeño momento de despedida con algunas cucharadas de hiel y miel, dando sabores nuevos.
En camino al aeropuerto Jony condujo lo más seguro posible para desviar a los reporteros que los seguían desde la salida.
-Te voy a extrañar bolu**-Mateo abrazó a Lana con fuerza-
Un carraspeo asustó a Mateo, Gemuel lo miraba como si fuera fuego contra el viento.
-Yo también, voy a hacer el tratamiento acá. Vos no te preocupes, voy a volver a mi país sana y salva- lo golpeó suavemente-
El aeropuerto estaba repleto de distintas persona, fue como la primera vez de nuestra historia.
Acompañaron a Mateo hasta su vuelo.  Se podía decir que los brazos de Mateo necesitaban por última vez sentir el tacto de Lana. Y esta fue su última vez juntos...
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LANA CASTINGER


Clara, mi querida Clara...al fin te volvería a ver. Mi hermana que tanto extrañe, la volvería a ver. Su cabello ondulado castaño, parecían cascadas de chocolate al jugar con la brisa.
-Jony- llamé su atención- Clara es como el amanecer, es preciosa. No te enamores de ella-bromee-
Él sonrió amargado, supuse que quizás no estaba para soportar mis estupideces. Desde lejos se escuchó la voz de un hombre avisando que el vuelo de Argentina a Corea del Sur había llegado. Sentí mil emociones, estaba nerviosa, mis manos sudaban y tenía unas enormes ganas de llorar.
Sus delgadas piernas cubiertas de sus viejos jeans caminaban en nuestra dirección. Mis padres y yo tiramos nuestros abrigos y corrimos con desesperación hasta ella. Clara corría con una sonrisa en su hermoso rostro,  parecía una luz en medio de toda esa gente. Mi rostro estaba empapado de lágrimas, había deseado tanto este reencuentro que no podía creer que fuera real.
A trote rápido Jony estaba a nuestro lado con otros tres guardaespaldas y nuestras camperas en sus manos. Se inclinó ante mi hermana con mucho respeto.
-Clara, él es mi guardaespaldas y mi amigo, se llama Park Jiho  , pero de cariño Jony- dije mientras no soltaba a mi hermana- Jony viste que es hermosa como el amanecer- besé la mejilla de Clara-

A cambio recibí un codazo muy fuerte de ella sobre mis costillas, no le gustaba a Clara nada de abrazos y besos menos. Pero es tan amorosa.

-Y fría como el hielo- sobé mis costillas-

-Lamento que mi hermana sea tan infantil señor Park- Clara me miró con llamas en sus ojos- Me llamo Clara Castinger, pero dígame Clara- ella estrechó su mano con Jony-

Los dos eran tan hermosos que hacían una pareja espectacular. Mis padres regresaban de comprar algunas cosas ricas para comer. 

-Perdón señorita Clara, pero usted ¿es menor que Lana?- otra vez otra persona hacía la pregunta equivocada-

Clara me miró y rió con vergüenza, siempre fue  muy tímida. Pero todas las ocasiones ella me defendía como una leona.

-No Jony, yo soy la menor de mi familia, tengo 18 y ella 21. Solo soy cinco centímetros más alta que ella. ¿Tengo cara de vieja?- tomé mi teléfono para fijarme algún tipo de suciedad-

-Lana discúlpeme, pensé que era usted la mayor- Jony abrió sus ojos como plato-

Solo reí y negué juguetonamente. Mis padres tenían unas bebidas y unos aperitivos para Clara, su viaje había sido muy largo y estaba cansada. Unos flash llegaron en un instante, por instinto tal vez cubrí a Clara con mi cuerpo, detestaba que molestaran a mis hermanos. Los guardaespaldas hicieron lo mismo con mis padres.

-Por favor señor Castinger, somos de Sponi 90. ¿Puede contestar nuestra pregunta?- un hombre bajito y algo torpe extendía el micrófono a mi padre-

Pude ver por el color de sus orejas que estaba muy enojado. Mi madre agarró la mano de él para que se tranquilizara. Me hacía acordar tanto a la historia de Hulk y la viuda negra.

-A todos los medios, por favor sean un poco ubicados. Mis hijas están muy cansadas, no es momento de hacer preguntas íntimas de mi familia, por favor- mi padre se tranquilizó sus ojos verdes estaban algo azules y brillaban con la luz del aeropuerto-

Como pudieron y con la ayuda de Jony nos condujeron hasta la limusina. Al introducirnos un suspiro escapó de los labios de Clara.

-¿Cómo soportan esto?- miró los alrededores del rodado- ¿Y esta limusina?- agarró los caramelos del auto-

Mi madre miró fijamente  a Clara.

-Clara Pelomtuwe (fuente de luz), no llevás acá ni media hora y ya querés quedarte sin dientes- mi madre le pasó agua saborizada y sándwiches saludables- 

La entendía, hacía mucho tiempo que no veía a su hija, y quería que se alimentara lo mejor posible. Aún no soy madre, pero creo que mi mamá Eliana ha sido la mejor en todo.

-Maaaaa, dejala mira lo flaca que está, tiene que engordar esas nachas y esas piernas- le di el caramelo- Además no ha probado las cositas dulce de acá- 

Mi madre saltó de alegría y le convidó su golosina favorita. Eran unas gomitas moradas en forma de tiras. No sabía de su existencia. 

-Vos no podés comer- mi hermana miró mis ojos de gatito-

-Es una limusina Linc...-sus pequeñas manos taparon mi boca- 

Como pude saqué sus manitas.

-¡Y CUESTA 37.500.000 DE PESOS ARGENTINOS!- Clara tomó mi cabeza para callarme-

Mis padres nos miraban de forma divertida. Extrañaba jugar con ella, era mi  dos tercios, pero con mi hermano éramos tres tercios. La igualación: 1.

Aún no entiendo cómo, pero salí con mi ojo rasguñado y ella sin una lesión. ¡Y eso que yo practicaba artes marciales!

-Che, che van a romper- mi padre intentaba separarnos-

Fue demasiado tarde, lo agarramos a cosquillas y nuestro famoso juego ..."La guerrita". 

-¡Negra! Ayudame, sacame a estas dos- gritaba en medio de sus carcajadas- 

-Jodete, vos te los buscaste- mi madre reía mientras le mandaba una foto a mi hermano sobre nosotros tres en medio de la limusina- Mira negro, mi madre le mostraba las fotos que había tomado.

Y así fue el principio de mi felicidad al lado de mi dos tercios. Solo faltaba mi tres tercios. Para que finalmente fuésemos UNO.

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YO V

Jony solo reía de las nuevas facetas de la familia Castinger.

¿Quién pensaría que serían tan revoltosos? 














Autora:

¡Hola! Perdón por la tardanza, quise apresurarme a escribir, pero me estoy ahogando en un mar de palabras y números.

Les dejo estos dos capítulos como recompensa por esperarme. Los quiero a tod@s.

¡Gracias por ser parte de esta familia!

Espero que sigan prendidos a esta historia :)

Una argentina en AsiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora