YO V
Lana había estado analizando su situación con respecto al estudio, había hecho lo posible para evitar una recaída aunque sabía que pronto sucedería.
La mañana era incierta, era primavera y la calidez del sol meneaba los pétalos nacientes de las plantas. El sol era tranquilo aunque molesto. Te digo algo, de todas las estaciones el invierno es mi preferido, pero estoy en las cuatro.
La cafetería del centro estaba repleto de personas, por lo que decidieron ir a la casa de Xu Wen. Al llegar, Lana notó que no era tan lejos de su casa a lo que programó una visita sorpresa. Era una mansión exuberante, muy llamativa de por sí aunque delicada y rústica. Una gran puerta había, parecía ser perfecta para algún transformers. Las ventanas era muy espaciosas, pero lo más sorprendente era aquel jardín lleno de vida, rosas blancas, rosas y las rosas negras que tanto le gustaban a Lana muy parecidas a las de Turquía. El color de la casa era un blanco coral, con un camino delicado de cemento muy fino y a las orillas del mismo blanca piedras.
-Wen tu casa es bellísima- Lana sacó su teléfono para tomar fotos de las rosas negras-
Eran capullos en formación, pero abajo había un cartel en inglés que las identificaba.
Wen sonrió con cariño.
La casa era indescriptible de lo bella que era, muy delicada para ser real. Parecía ser una casa de cuentos de hadas. Sillones azul mar con decoración en dorado, y mesas blancas ubicadas en distintos lugares.
En la entrada había un lugar muy ordenado para poner las zapatillas y las mochilas.
LANA CASTINGER
-Vamos a un lugar tranquilo- Wen dijo mientras nos ofrecía una pantuflas- Es afuera por lo que mejor lleven sus zapatillas a mano y las mochilas también-
Caminamos por el abrazable piso, era muy calentito. ¡Que ganas de tomar un batido de durazno! de esos duraznos que uno cosecha y luego los hace dulce en conserva, mmm... un poco de hielo y a la batidora. Bueno, esa era la sensación que me daba. Tontamente, reí, pero no me di cuenta hasta que los chicos me preguntaron si estaba bien.
-Perdónenme- dije mientras tapaba mi cara- El suelo cálido me hizo acordar a algo que solía hacer cuando tenía calor en casa- las caras de mi mis padres y mis hermanos me atravesaron la mente-
-Está bien- dijo Seung-
-No, esto significa que estas muy loca, alejate de mí- Wen suavemente me deslizó de su lado- No me toqués-
Rápidamente me abalancé sobre él. Aunque era puro hueso y pellejo era muy cómodo estar a su lado.
-Wen, necesito tu perfume- dije en español para que no me entendiera-
Me paré y lo patée con delicadeza. Éramos muy brutos para jugar, pero lo hacíamos con cuidado para no lastimarnos entre nosotros.
En fin, nunca fuimos afuera, estuvimos en una sala de estudios personal de Wen donde aprendimos entre los tres. Estuvimos hasta las 00:00, cuando mis padres en persona me vinieron a buscar. Hasta organizaron junto al padre de Wen una cena en familia, con un poco de negocios.
XU WEN
El viento parecía hacer una jugada fantástica. Era tan fresco y cálido, que la piel se sentía cómoda.
Lana parecía no darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Alguien tan normal como yo y un cantante reconocido mundialmente estábamos a su merced, ese duro y ridículo carácter en lo personal me atraía. Ella era esa persona que necesitás para poner los pies en la realidad, esa persona que te hace querer ser mejor y dar lo mejor de uno. Sí señores, desde la primera vez que vi a Lana Castinger con su intrépido sabor de justicia supe que había clavado salvajemente un flechazo a mi corazón apagado.
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Una argentina en Asia
RomantizmSi mi vida hubiera sido dos alas, estaría volando sobre la cúspide del Aconcagua, observando la belleza natural de los árboles y el aroma dulce de la nieve al derretirse sobre las filosas rocas brillantes de la flamante cordillera de Los Andes, pero...