YO V
La entrada del hospital "The Seven day" estaba llena de reporteros de diferentes lugares del mundo para entrevistar al doctor y al cirujano Lee Bon-hwa. Había sido un prodigio de en el área de cirugía, muy pocas personas habían tenido la oportunidad de operarse con él, ya que solo atendía casos extremadamente urgentes. Este cirujano había descubierto la cura para una enfermedad crónica, y había desatado una lluvia de periodistas. Clara era tan pequeña e indefensa, (recalco como testigo de cada hecho, que ella aún lo sigue siendo)que no podía ingresar al hospital. Aunque les pedía pedir permiso no la dejaban ingresar. Una mujer de seguridad vio su ficha de pasante dándole lugar para entrar.
Ese aroma tan peculiar de los hospitales le fascinaba, ver a los uniformados la hacían sentirse como en casa. Habían carteles en coreano e inglés, eso le facilito saber dónde debía de presentarse, además, algunas personas amables la ayudaron a poder ir a su destino correspondiente.
Cada segundo le parecía eterno, pero la espera valió la pena. Lee Bon-hwa salía desde una habitación con un grupo de doctores también pasantes, pero ella no se dio cuenta.
-Disculpe doctor, soy Clara Castinger, estoy buscando la oficina 254 para poder hacer mis pasantías, usted podría ayudarme, estoy algo perdida- Clara había tomado valor de donde no tenía para hablar a un desconocido-
Pobre Clara, tan tímida. El rostro serio de Lee Bon-hwa cortó el clima tenso.
-Mucho gusto doctora Clara, soy el doctor en jefe a cargo de las pasantías puede darme los papeles que luego se los daré a administración. Tenía entendido que usted debía llegar puntal, pero se le dejaremos pasar. Únase al resto del grupo, vamos a ir a una sala de juntas- extendió su mano para recibir los documentos-
Esa actitud soberbia molesto a Clara. Era tímida, pero de carácter muy fuerte.
-Muchas gracias por su amabilidad, pero prefiero ambientarme a este hospital, solo quería saber dónde quedaba el lugar y creo que lo encontré. Con respecto al horario, pude haber ingresado 40 minutos antes, pero una muchedumbre de periodistas no me lo permitieron- el doctor Lee iba a reprocharle, pero Clara no dejó que la intimidara- No es una excusa, trataré de mejorar y no ser una molestia para el grupo- sonrió-
Clara le había tocado el orgullo. El doctor siempre miraba con desprecio a los médicos, se creía un poco superior, aunque era un buen especialista con las personas necesitadas.
-Como quiera doctora. ¡Vamos!- ordenó con sus manos empuñadas-
Clara era muy observadora con cada detalle del camino y los carteles. El camino era algo largo y muy transitado. Unas camillas desde una punta hasta la otra iban y venían dirigiéndose a distintas direcciones.
-Llegamos- suspiró con pesadez- Acá ingresarán dos veces, ahora es una de ellas... y la próxima será cuando terminen su pasantía que será dentro de doces meses- dijo mientras repartía los expedientes- Quiero que se presenten- exigió-
Las presentaciones fueron interesantes, cada vida lo es. Los ojos del doctor estaban sobre cada uno de los inspirantes, pero su mente reposaba sobre los recientes sucesos con la doctora Clara.
-Hola, me llamo Clara Castinger, tengo 22 años y estoy haciendo la especialización de neurocirugía y oncología infantil. Vengo desde Argentina y estoy viviendo con mi familia acá en Corea del Sur. También puedo hablar cuatro idiomas, ente ellos el coreano. - Clara se inclinó con respeto a sus mayores-
A diferencia de Lana, Clara era muy atenta a las situaciones y sabía como debía de actuar.
-¿Cuántos años tenés?- preguntó Lee Bon-hwa tratando de disimular su asombro por la edad temprana de la pequeña doctora-
-22, muchas gracias a todos por prestar atención- finalizó su presentación-
Todo se tornó pesado para la frágil Clara, ir de un lugar a otro y todavía guardar el cansancio del viaje, más los nervios que parecían que la carcomían por dentro, pero Clara sabe disimular muy bien lo que siente. Estaban en la habitación 544, un paciente de 28 años había sido herido de gravedad por su esposa, evidentemente padecía de violencia doméstica. Tenía su dorso rasgado y su pantorrilla quemada, su rostro golpeado y moreteado. Clara era consiente al mundo que se estaba sumergiendo y la realidad pesaba (y pesa) bastante.
El doctor Lee Bon-hwa sentía curiosidad por esta latina intrépida y desafiante, caminó desde un lugar a otro para recibir los documentos oficiales de Clara. Con textuales palabras, su boca estaba abierta y sus ojos de la misma forma. ¿Cómo podía ser posible? La universidad de Clara había recomendado que no hiciera las pasantías, no era necesario, Clara superaba a cualquier médico; de forma voluntaria la pequeña doctora quiso tomar experiencia con la escusa que no le dieran su título hasta terminar su pasantía. ¡Loco! ¿verdad? ¿Acaso podría alguien como ella indefensa y frágil poder tomar el papel por el que tanto se había esforzado por tener?
Solo quedaba observarla y ver que tanto podría hacer ella. Él la juzgaría profesionalmente. Deseaba de una gran manera ver como se desarrollaba la menor pasante.
Clara de por sí poco le interesaba lo que los demás pensara sobre ella, mejor dicho nada. Por dentro sabía las intenciones del médico, pero ya había pasado por innumerables situaciones que la había destruido y reconstruido. Aunque Clara no negaba que su corazón dolía cuando las personas la juzgaban sin conocerla, si en realidad supieran la verdad de porqué ella es así no la juzgarían por ser diferente, aunque de manera imperfecta y tal vez extraña, ella se aceptaba como era...hermosamente auténtica.
Un girasol en medio de la oscuridad de la ignorancia, eso es Clara, luz en los rayos. Fuerte y potente. Desgarrante, pero calmo. Un paloma sobre los cuervos.
Las palabras no alcanzar para describir la paz que es ella. Solamente te digo, que estos hermanos son tan distintos e iguales a la vez. Una es un girasol que brilla en la sombra del miedo, la otra es una rosa negra sobre la luz.... pero su hermano mayor es aloe vera, se protege con esas puntas puntiagudas, sin embargo cura con su gel de aloe. Una es la luz, la otra es la noche y el otro es el sanador de sus heridas.
Autora:
Hola a tod@s les quería regalar este capítulo y adelantarles una próxima historia.
¡Espero que disfruten!
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Una argentina en Asia
RomanceSi mi vida hubiera sido dos alas, estaría volando sobre la cúspide del Aconcagua, observando la belleza natural de los árboles y el aroma dulce de la nieve al derretirse sobre las filosas rocas brillantes de la flamante cordillera de Los Andes, pero...