Sueños

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YO V

Cada uno de ellos estaba en su cuarto pensando o imaginando cómo sería que Lana estuviese con ello. Como testigo de cada pensamiento de ellos, te prometo que reía como nunca, pero ¿Pasará? ¿Lo intentarán? Imagina en tu mente cuatro viñetas, primero el dulce y tierno Bey Bey mientras está en su frío y solitaria habitación sueña alrededor de cuatro matones que lo golpean hasta dejarlo sin fuerzas, de pronto su heroína aparece y lo rescata en un blanco, esponjoso caballo donde su tusa peinada y aliñada limpia las hojas secas. Mientras que Jesp se la imagina sentada en un pastizal muy verde rodeada de rosas negras que ponen en equilibrio el contraste de las nubes densas, tapa sus ojos y le susurra en el oído canciones para endulzar su corazón; se conectan y funden sus labios. Por otro lado, tenemos al rudo y atractivo guardaespaldas que siente la adrenalina hasta en sus sueños, la ve a Lana correr mientras las balas son introducidas a él, ella llora sobre su pecho herido y besa su frente como muestra de despido y finalmente, pero no menos importante, tenemos a Xu Wen que se ve inundado en problemas y llorando al pie de la tumba de su madre, siente muy real... siente como unos brazos cálidos lo rodean. Sus lágrimas son secadas con una tela suave, esos ojos que tanto amaba se clavan en su mirada llevando todas sus cargas y preocupaciones a la estratosfera.

Esos eran sus sueños, tan irreales hoy, pero quizás concretos en el futuro. Por otro lado, tenemos a Lana que anhela reencontrarse con sus hermanos y compartir esas noches del sábado jugando al UNO y trampear entre ellos. Eran tres hermanos muy unidos, a tal punto que con una mirada gesto o una simple palabra se darían cuenta de lo que les pasaba, soñaba en compartir la cama con su hermano mientras descargaba ese sufrimiento que la ahogaba por las noches o los regaños de su hermana cuando hacía algo que no debía o la molestaba demás, habían estado distanciados por cinco días, pero hacían videollamada... ahora era distinto ahora no tenía los abrazos de sus hermanos.

La mañana aparecía sobre la ventana de Lana, sé muy bien lo mucho que detesta eso, siente que le quema la piel. Su madre la estaba observando desde la puerta, sentía orgullo por sus hijos, los conocía desde la punta de los cabellos hasta los dedos de sus pies, Eliana sabía como sus hijos habían sufrido por el pasado que más adelante te contaré. En ese momento agradeció a Dios por dejarle tener a sus hijos vivos y sanos, aunque con el tiempo habían tenido "secuelas" de ello, incluyendo a los adultos.

-¿Qué pasa negra?- apareció su esposo con una jarra con agua-

-Estoy pensando lo que nuestra familia soportó, ¿sabés pa?, muchas veces me siento culpable por esto, pero siempre hay un propósito para el futuro, puede ser que la distancia sea un impedimento, sin embargo, estamos unidos- besó la sien de Lana- ¿Qué vas a hacer con esa jarra?

Él sonrió con picardía en sus ojos. Los gritos se escuchaban desde la planta baja haciendo que todos rieran de gracias. Se podía ver a una Lana mojada con una cara de "me la vas a pagar muy caro". Estas escenas de familia, hacía que los trabajadores se sintieran cómodos y queridos por los patrones.

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LANA CASTINGER

Estaba enojada, odiaba que me despertaran de esa manera. Mi padre se veía rojo de la risa y mi madre nos miraba como si estuviera viendo a dos niños pelear por un helado. Sabía que se sentían cansados y tenían ganas de ver a sus otros hijos, debía de poner mi mejor esfuerzo para lograr que se sintieran "mejor" o más tranquilos.
El desayuno fue tranquilo, nos habían preparado frutas cortadas y jugo de naranja, estábamos acostumbrados a tomar yerbeado con galletitas y jalea de membrillo, mientras mis hermanos con mis padres tomaban mate con cosas dulce, extrañaba ya no poder tomar mate. El personal ya se sentía más cómodos en casa, algunas veces se sentaban a desayunar o cenar con nosotros, mucho no hablaban. De mi parte pensaba que sentían temor por nosotros más por mi padre, cuando llegaba del trabajo tenía su cara cansada y mostraba enojo, sin embargo, trataba de no mostrar su preocupación.
En viaje a la escuela, el cielo se veía gris, el sol se ocultaba sobre las nubes de lluvia y el viento soplaba sobre las hojas, hacía frío y me había ido sin mi campera y saco, me encantaban los días así, me gustaba sentirme fresca y que mi piel no ardiera con los rayos del sol.

- Lana, está feo el día ¿No le parece? - suspiró mientras miraba por los costados-
Volví a mirar a fuera, se veía tan hermoso afuera y más debajo de las frías gotas.
- Creo que es un maravilloso día, odio el sol y lo fresco es tan hermoso. ¿No te gustan los días así?- tomé del jugo que había guardado-
Negó rápidamente.
- Me parecen días tristes ¿Y por qué no te gusta el sol?
- No me gusta que lo caliente toque mi piel, siento que mi piel arde - agarré un vaso de jugo-
Ya estábamos en la entrada de la escuela, y como siempre los reporteros estaban en busca de su noticia.
- Toma, pienso que lo vas a necesitar, es muy denso estar allí- sonreí tocando su hombro-
Él me tomó de los hombros y me guío hasta la puerta de entrada, Wen y los demás estaban esperando por mí y Jesp, eran tan dulces y tiernos.

Me gusta este tipo de amistad, creo que nunca se va a romper e incluso si tenemos algún problema en el futuro vamos a seguir estando juntos a pesar de los baches. No tenía ninguna intención de dejarlos fuera de mi vida. Todos somos uno, y uno somos todos, bueno, yo pienso eso, y creo que ellos también. ¡Uff, que mala seguridad que tengo en mí misma! Ojalá que pueda cambiar eso.


Autora:

Hola!! Perdón por no escribir nada, estoy por rendir el ingreso y no tengo tiempo. Perdón por descuidarlos, gracias por su apoyo, los recompensaré.
Espero que les guste este capítulo, si algo no es de su agrado, háblenme por privado. ¡Gracias por todo!!
¡Comente que piensa de Lana y Wen... estoy ansiosa por ver qué sueño se cumple!! 


Una argentina en AsiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora