Capítulo 36: Fuego

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Se dejó caer.

O al menos eso piensa cuando sus pies dejan el suelo terrenal y el abismo la traga como un animal hambriento. Ella grita y se ahoga en su propia garganta cuando el espiral de la fuerza y la mente de su padre está abordando la suya.

No es un sentimiento terrible pero tampoco es agradable. Sentir como la mente llana y fría de su padre se mueve como serpiente invadiendo sus memorias la hace querer vomitar y arrepentirse de su decisión. No creyó que hubiese algo peor que un Kylo Ren furioso rompiendo su cerebro, pero ¡Oh sorpresa, que equivocada estaba!. Esto se siente diferente, esta vez no es agresivo, no es abrasivo como la fuerza mental de su hermano mayor. No hay golpes y pasos atronadores en su cerebro, ni la voz persuasiva y profunda de un hombre que quiso todo de ella sin pedirlo dos veces.

En esta ocasión es silencioso y extraño. Es como un vacío enardecedor, abriéndose camino a sus memorias, mientras poco a poco se pierde en sus propios recuerdos. Es muy extraño de experimentar, es jodidamente incómodo.

—No te resistas, Rey.—Luke dice y tiene la mano levantada sobre su cabeza. Los ojos azules cerrados y el entrecejo arrugado.—Será difícil para los dos si te resistes.

Ella no está de acuerdo, sin embargo le da acceso a su mente.

.

No hay nada malo con él. Es sólo un niño Luke.

La mujer de finos rasgos lo miró a través de sus gafas de lectura. Estaba sentada en un cuarto amplio de blancas paredes y una esquina repleta de libros. Era elegante a la vista de cualquiera, el tipo de mujer hermosa que adornan las portadas de las revistas de variedades de Corruscant. Se veía castaña, piel blanca y ojos claros y llamativos. Llevaba el alfiler de la República en una solapa de su traje y las piernas delicadamente cruzadas sobre el sillón. Fue familiar para Rey, ella sintió una punzada en su corazón en el momento en que Luke Skywalker más joven dijo su nombre,

—Leia, yo sé lo que vi. Yo sé lo que sentí. Hay algo malo con él.

El hombre se llevó las manos a la cabeza mientras se sentó a un lado de Leia. Estaba asustado o al menos eso creyó Rey cuando lo vió tiritar de la cabeza a los pies.

Leia dejó el libro que sostenía en sus manos y se quitó las gafas. Se giró lentamente, con temor a asustarlo todavía más y le acarició el cabello rubio, tan suavemente como si fuera a desvanecerse.

—Luke...—Ella suspiró.—Ben es un niño inquieto. Esta descubriendo su habilidad en la fuerza y es normal que actúe de forma brusca con sus compañeros.

Luke gruñó y la miró con fastidio.

—Atacar a un compañero no es precisamente descubrir su habilidad.

—Niell hirió a Rey.—Refutó ella.—Lo hizo ventajosamente... Ben sólo la protegió.

—Decidió que la cuchilla de Beskar sobre el cuello de su compañero era lo correcto.

—Él no pudo controlar su ira.

—Casi lo decapita, Leia.

Ambos se quedaron en silencio.

Rey pudo jurar que escuchó incluso sus erráticas respiraciones de no ser sólo un recuerdo ajeno en su mente. Había tensión entre la pareja; no se miraban, no se tocaban, no existía signos de un acuerdo tácito o soluciones al problema y es un poco triste dado el hecho de que como pareja debían trabajar en equipo para la crianza de sus gemelos.

Ellos son sus padres.

Ellos son los decepcionantes padres de Rey.

—Debo retirarme.—La mujer rompe el silencio y Luke la mira decepcionado. Por la fuerza, ella lo entiende. ¿Cómo su madre podría irse en un momento así?.—¿Puedes hacerte cargo de esto?...Tengo una cita con el diplomático de Bada.

𝐄𝐑𝐀𝐕𝐀𝐍𝐀 | 𝐑𝐄𝐘𝐋𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora