Él no le dice nada, pero de igual forma se mantiene quieto en su sitio.
La mira desde arriba con esos ojos aterradores y el semblante más frío que el de un glacial. Tiene la boca cerrada en una fina línea, que Rey llega a comparar con la línea recta de un cable con alta tensión. Hay pesadez en el ambiente; una sensación extraña e incomoda que reverbera en el aire y que segundos más tarde lo distingue como el lado oscuro en la fuerza. Ella se mantiene recostada en el posabrazo del trono del líder supremo, boca abajo, su cabeza gacha, sin razón de mirar el rostro de su hermano mayor y la respiración acelerada tomando forma luego de los segundos.
Ya no hay dolor.
Ya no hay vergüenza.
Al menos una parte de ella se está acostumbrando a la intromisión de su gemelo, dándole una sensación más llevadera a lo que acaba de suceder. Su cuello aún arde por los puntos donde las uñas y dedos se cerraron cortándole la respiración, y ella sabe que dejará una marca durante días y días, lo que lo hará casi imposible de olvidar.
No quiere volver a pensar en Finn, en Rose o en cualquiera que pueda meter en problemas por su mente divagante. Con Kylo Ren no hay secretos, no existe una posibilidad de engañarlo cuando es poderoso y poderoso. No cuando tiene el maldito don de leer la mente y la capacidad para inmovilizar cuerpos humanos con el índice de la mano.Quizá eso es lo que la hace escurrirse hasta el suelo en una posición defensiva. El temor, el júbilo y la desesperanza por un futuro tan incierto. Se abraza por las rodillas, sintiendo el galopeo constante de su corazón en los músculos de los muslos y los huesos vibrando por sus temblores y respiraciones erráticas.
Si le hubiesen dicho antes que terminaría de esta manera, ella jamás lo hubiese creído. Ella era fuerte, aventurera y hábil. Sabía lo que quería y tenía una meta sencilla para su bajo estatus social; tan controlada, precavida y astuta. Ahora sólo hay una mujer apagada, cansada de luchar, con el resentimiento creciendo día con día más dentro de ella.
Kylo Ren levanta el casco del suelo cuando Rey decide moverse del trono y ponerse de pie. Una vez más, el hombre está imperturbable tras la máscara y tras el porte impecable y elegante de líder supremo. Sabe que no hay emociones de arrepentimiento en él, que no le causa un conflicto a su consciencia o moral, no cuando los guantes de cuero se ajustan en sus manos en un movimiento casual y casi despreocupado.
—Prepárate, vamos a salir del destructor.
La voz de barítono hace que levante la cabeza y lo mire sorprendida. ¿Salir del Finalizador? ¿De verdad va a sacarla de su cautiverio? Rey no lo entiende, hay mil cosas que no entiende de su gemelo y unas tantas más que preferiría ignorar. Ella no puede salir. Se supone que es una esclava, una prisionera sin permisos de salir de la nave o incluso de la habitación que le han asignado. Salir del destructor casi ha sonado como una burla sarcástica a su integridad.
—¿De verdad saldré?—Le pregunta; mordaz y lo más tranquila que puede. Ella lo hace bien, poco a poco, perno por perno. Cada vez más moderada al dirigirse a él.
—También aceptaste ser mi aprendiz y al menos, ante la primera orden así funciona.—Ajustándose el casco en la cabeza, Kylo se da la vuelta para bajar por cada escalón del trono. La capa oscura, balanceándose como un plumaje precioso de un ave.—Estás yendo con los caballeros, por lo que te recomiendo ser prudente.
La última palabra es enviada a ella con una ligera vista de refilón.
No quiere que juegue con ella. Es por eso que una parte sensata y autoconservadora la hacen seguirlo con pasos rápidos y largos, tratando de detener esta absurda idea. Ella no va a formar equipo con un maníaco megalomano que espera a matarla y con un sujeto que no hará nada para detener a su compañero. Rey no quiere volver a ver a los caballeros de Ren, aún sabiendo que ha hecho un pacto y que el rompimiento de éste le puede costar muy caro. No está dispuesta a soportar otro dolor intenso como el de su hueso rompiéndose, o el latigazo torturador de su maestro.
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𝐄𝐑𝐀𝐕𝐀𝐍𝐀 | 𝐑𝐄𝐘𝐋𝐎
Ciencia FicciónSINOPSIS: No recuerda nada de su pasado. Rey no sabe de dónde viene o cuál es su misión en la galaxia. Ha pasado más de seis años trabajando como traficante de especias, junto a la mecánico más irritante a bordo del Eravana. Su vida es monótona, sim...