Ella sabe, sabe que alguien la busca y su paranoia ha aumentado considerablemente esa fría mañana.
Camina con los ojos bien abiertos, el corazón le late con fuerza dentro de su cuerpo que parece que un son de chachachá resuena desde dentro. Es suficiente, lo sabe, no necesita otro motivo para largarse y por eso está encendiendo los motores viejos del Eravana. Si Rose cree que se quedará en Bracca para que la capture la Primera Orden, está muy equivocada. No tiene intenciones de ser atrapada y joder, se le acaba el tiempo de forma desesperada. Por eso sus manos vacilan un poco sobre el comando de la nave, porque está aterrorizada con el eco de aquella voz masculina que se repite como un disco rayado una y otra vez en su cráneo. Conoce esa voz, ridículamente tiene una familiaridad con ella y maldito infierno, eso no le puede estar pasando. Se prometió mantenerse alejada de los problemas, se prometió evitar todo tipo de riña o malas ideas y vivir tranquila hasta el fin de los tiempos en su viejo carguero. Sus ropas desgastadas son la clara muestra de que no le interesan los lujos o la buena vida, que prefiere vivir en la ermitañez antes que llamar la atención. Es una buena carroñera y nada más. No la mujer sensible a la fuerza de la que tanto se está admirando su regordeta compañera y que insiste en saber más del tema. Ese un claro motivo para no hablarle el resto de la mañana, de hecho la evita a toda costa y Rose desde su sitio también se conforma y se pone a trabajar para encender los motores del Eravana. El silencio es incómodo entre las dos, lo único que se escucha son los sonidos tercos e irritados de su astromecánico que se queja por la rapidez en la que están haciendo las cosas. BB8 fue un droide de la resistencia; uno del cual ella y Rose robaron hace más de cuatro años en una vagancia que parecía graciosa en su momento.
Pero Rey ignora al droide, por supuesto. Está más concentrada en salir de ahí o quemarse la cabeza tratando de recordar de quién pertenece esa ronca voz. Quién es el dueño y por qué le es tan familiar. Porque sí, mierda, tiene que aceptarlo, le hizo sentirse extraña consigo misma que incluso pareciera que su cuerpo se movió por su cuenta.
—Tienes que dejar de pensar tanto, Rey.—La línea de pensamiento se ve interrumpida por su compañera, quien está sentada en el lado del copiloto. Rose ha decidido adoptar un porg, lo compró en el mercado de Bracca en especies de contrabando. Era innecesario, pero aún así la tipa hace lo que se le salga de los huevos y nunca la escucha. Por eso tiene que rodar los ojos cuando el pequeño porg le chilla molesto. Esa especie tiene una capacidad enorme para exaltar los nervios. Al final, decide que le incomoda el animal.—Maz va a ayudarnos. Relájate. Seguro la anciana sabe de la fuerza.
—¡Dios jodiendo a Jesucristo, Rose!—Exclama con las manos arriba. Su ceño castaño frunciéndose como una perra en su rostro. La otra chica adopta una posición sumisa desde su asiento de cuero, Rey casi nunca eleva la voz.—No vuelvas a mencionar esa puta palabra de nuevo.
—¿La fuerza?—Repite inocente.
—Sí.
—Ya no hablaré de ello, pero sabes que tengo razón. La anciana nos ayudará.
Rey se pregunta si es así. Si la anciana sabe de la fuerza y puede ayudarla, porque de lo contrario no sabe a quién más recurrir y necesita suprimir eso, desea borrar los recuerdos, hundirse de nuevo en su vida simple y monótona.
—Espero que pueda.—Y es genuino, joder. Ojalá ella supiera qué hacer.
Rose presiona su mano en su hombro en signo de apoyo y Rey coloca su mano sobre la de la contraria, sonriendo tan forzada que cree que sus mejillas se ven horribles en su cara.
Las luces del hiperespacio le dan el tiempo suficiente para ordenar sus ideas. Tranquilizarse antes de que Maz le pregunte qué le pasa y no suene tan derrotista en el intento. Tardarían dos días en llegar hasta Takodana y medio más para caminar hasta el castillo de la anciana naranja.
Rey no vuelve a comentar nada al respecto, pone en piloto automático al Eravana y una vez que se para se recuesta en su deshilachada almohada.

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𝐄𝐑𝐀𝐕𝐀𝐍𝐀 | 𝐑𝐄𝐘𝐋𝐎
Science FictionSINOPSIS: No recuerda nada de su pasado. Rey no sabe de dónde viene o cuál es su misión en la galaxia. Ha pasado más de seis años trabajando como traficante de especias, junto a la mecánico más irritante a bordo del Eravana. Su vida es monótona, sim...