𝐄𝐑𝐀𝐕𝐀𝐍𝐀 | 𝐑𝐄𝐘𝐋𝐎

Capítulo 21: Furia

Rey se despierta lentamente con un ligero latido detrás de sus ojos cerrados. El dolor es una de las dos sensaciones que puede sentir, pero la única que se siente normal. La otra está fría, y eso no es normal. 

Se estremece y se acurruca de costado para mantener algo de calor. ¿Por qué hace tanto frío en su habitación? ¿El Finalizador finalmente ha averiado su sistema de calefacción? Si es así, le debe un punto a favor a la primera orden de que no es perfecta.

Apoya las manos debajo de la cabeza y decide que el trabajo del día no va a funcionar por sí solo, así que bien puede levantarse y empujar a través de la paliza que había recibido semanas atrás. Pero cuando abre los ojos con lágrimas en ellos, no se encuentra con los familiares tonos grises y la luz fría artificial de su elegante habitación, sino con el raquítico cemento y la tierra mojada por todos lados. La habitación que la saluda está llena de líneas duras y mobiliario austero, el lugar aún más impersonal y desnudo que su propio espacio vital, y eso es decir algo. 

Sus ojos se agrandan. 
¿Qué diablos pasó ayer?

Estruja su cerebro mientras se sienta lentamente en el suelo en la que la han acostado, agarrando la manta que se ha caído a la mitad y envolviéndose con ella mientras se estremece.

¿Por qué no puede recordar nada? ¿La han golpeado contra una pared, o por qué demonios duele tanto su cabeza?

Ella traga e inmediatamente hace una mueca. Tiene la garganta seca pero se siente como si se hubiera tragado espinas de los arbustos. Se pasa las manos por el cuello y siente ternura allí. Entonces ella también ha sido estrangulada o algo parecido.

Su corazón empieza a latir con fuerza. ¿Qué tipo de monstruo la ha capturado esta vez? Mira a su alrededor, tratando de encontrar una pista sobre quién o qué es su nuevo captor, pero realmente no hay nada. Abre la manta y comprueba que sus ropas y la tela oscura todavía estén intactos y no hayan sido manipulados, yendo tan lejos como para ahuecar y pinchar sus partes femeninas para comprobar si existe dolor que pudiera delatar que ha sido violada por completo en algún momento.

Pero no hay ninguno.

Ella exhala, un pequeño suspiro de alivio. 

Con las piernas temblorosas, se pone de pie, sintiendo una ola de piel de gallina dispararse a través de ella cuando sus dedos descalzos golpean el frío suelo de tierra húmeda. Envuelve la manta con más fuerza, extrañamente intranquila por la quietud de su prisión. La curiosidad siempre la ha metido en serios problemas, pero ahora parece prudente tocar los barrotes de acero de su celda, esperando que el ruido y el  moviemiento llame la atención de quien la custodia.

Pero pasan casi dos días antes de que el hombre de tez morena se presente frente a su celda y le arroje un cuenco con comida bajo los barrotes. Ella se arrastra, miserable y miserable, raspando el plato con uñas llenas de arena y las mejillas cenicientas. Come sin mirar al hombre que la observa con rigidez en su cuello, tratando de fingir que no existe. Desde que fue atrapada por Kylo Ren, hay tantas cosas de las que ya no se siente tan segura.

—Ya no te ves tan ruda ¿Cierto?—Dice el extraño. Rey se arremolina en la esquina de la celda, sin mirarlo todavía y con las rodillas retraídas para apoyar su cuenco. Continúa comiendo sin hacer contacto visual, deseando que se vaya y la deje tranquila.—¡Te estoy hablando, maldita bastarda!

Golpea la puerta y ella por fin levanta la mirada para encararlo. Sus ojos grises la taladran con rabia desde el otro extremo y se pregunta porqué demonios últimamente la gente la mira así. Como si la odiaran. Antes de la fuerza no era nada, antes era una partícula invisible.